URBANISMO

La reforma del Palacio Episcopal de Córdoba: historia de un calvario

Pedro García (IU) ha tardado 20 meses en dar licencia amparándose en toda clase de reparos

Obras paradas en el interior del Palacio Episcopal VALERIO MERINO

J. Pino

Mientras que al presidente de la Gerencia de Urbanismo de Córdoba, Pedro García, se le acumulan los proyectos varados (Templo Romano, Regina, La Normal, la Torre de la Inquisición...), la Iglesia (Obispado o Cabildo) sigue sumando iniciativas por la ciudad. Una de ellas es la reforma del Palacio Episcopal para ser centro de recepción de visitantes de la Mezquita-Catedral . Pedro García no cesa de bloquear lo que puede los proyectos eclesiásticos, pero no logra desatascar los suyos.

La licencia del Palacio Episcopal se solicitó en mayo de 2017. Y el problema ya iba dando vueltas desde medidados de 2014, cuando en una excavación en el patio de la sede episcopal se hallan restos califales importantes que obligaron a rehacer el proyecto inicial ya autorizado por la Comisión de Patrimonio .

Empieza aquí un auténtico calvario para una iniciativa que pretende mejorar los activos turísticos e invertir más de 2 millones de euros y generar empleos. A comienzos de 2015 se inician las conversaciones técnicas a tres bandas ( Cultura, Urbanismo y Obispado ) para consensuar este nuevo proyecto e integrar los vestigios. El principio de acuerdo no llega hasta julio de 2016. Sin embargo, meses después, una plataforma laica presenta un escrito en la Comisión de Patrimonio (que debe visar estos proyectos) aduciendo que las taquillas en el Obispado para vender entradas de la Mezquita es una manera de «cristianizar» el monumento . Dos meses después, la Iglesia acepta dividar los expendedores entre el Patio de los Naranjos y el nuevo centro que impulsa.

Entonces llega el expediente a Urbanismo en mayo de 2017 y comienzan los reparos pese a los consensos anteriores y a que siempre en la citada comisión hay un representante de la Gerencia que puede exponer su criterio. La dirección técnica y política del ente achaca ahora que no le gusta un cuerpo acristalado que da paso al nivel superior sobre los restos, ni una escalera proyectada, ni la ubicación de las máquinas de refrigeración... Se suceden los tiras y aflojas , las críticas al obispo de García (« Esperará como el vecino del cuarto »), hasta que en diciembre de 2017 se llega a otro acuerdo. La Iglesia cede y quita el cuerpo acristalado superior, escalera y tapa aires acondicionados. Tercer intento en mayo de 2018. El proyecto recibió ayer los parabienes de Urbanismo pero con una nueva sorpresa, prohibir unas taquillas sobre las que nunca habló en todos los foros y trámites en los que durante casi veinte meses pudo haberlo hecho.

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