CULTURA

Un ponente de la Bienal de Fotografía de Córdoba cuestiona la ética de grandes fotógrafos de ayer y hoy

Antonio Cabello de la Peña carga contra Cartier-Bresson, que «todas las fotos que tiene son robadas», y Gervasio Sánchez, que «lo único que hace es caja»

Una fotografía de Cartier Bresson expuesta en una sala de muestras ARCHIVO

S. L.

La segunda mesa redonda de la XVI Bienal de Fotografía de Córdoba reflexionó sobre la responsabilidad y la ética de los fotógrafos y hasta dónde pueden llegar en el desempeño de su labor. El director de la revista «Arte Fotográfico», Antonio Cabello de la Peña , cargó contra los grandes fotógrafos, desde Henri Cartier-Bresson hasta Gervasio Sánchez , porque «no todo se puede fotografiar» y lamentó que «ahora todo vale».

El periodista, que abrió el coloquio «Ética y estética de la fotografía», criticó a fotógrafos de prestigio como Carlos Pérez Siquier (por «comercializar» imágenes realizadas sin permiso de los protagonistas), Henri Cartier-Bresson («todas las fotos que tiene son robadas»), Cristina García Rodero («no le gusta que le hagan fotos pero ella hace fotos de cualquiera y las comercializa»), Juan Manuel Castro Priero (por «ridiculizar» a seres frágiles) o Sebastiao Salgado. También tuvo reproches para Gervasio Sánchez («lo único que hace es caja: en Madrid lo llaman el señor de los 3.000 euros») o Isabel Muñoz , que «se jacta de que nunca ha pagado por una foto».

Cabello cree que «cuando fotografías la tragedia, la pobreza en grado extremo, qué menos que aportar algo». « La libertad de expresión tiene limitaciones », indicó.

Gervasio Sánchez «lo único que hace es caja: en Madrid lo llaman el señor de los 3.000 euros»

El abogado Alberto Cabello Massegosa centró su intervención en «la colisión de derechos» que se produce en muchos de estos casos, «los de la imagen, el derecho de autor y el derecho a la información». El derecho de autor, aclaró, «nunca está por encima del de la imagen». Por otra parte, en el ámbito informativo, «el fotoperiodismo es indispensable para comunicar en un mundo civilizado y libre». «Todos hemos hecho fotos furtivas en alguna ocasión», añadió, «y además las distribuimos sin consentimiento por las redes sociales y WhatsApp».

Cabello Massegosa considera que es necesaria una mayor «concienciación acerca de los derechos de imagen», que incluyen el honor y la intimidad personal, y explicó que «no solamente se produce delito cuando hay lucro» con una imagen: «simplemente en la difusión». Por desgracia, en numerosos países «muchas personas no tienen capacidad para defender sus derechos». El abogado indicó que el fotógrafo tiene «la obligación de respetar los derechos fundamentales del individuo allá donde se encuentre».

«Dan ganas de salir corriendo»

El tercer interviniente fue el periodista gráfico Francisco González , que después de escuchar a sus compañeros aseveró que « dan ganas de salir corriendo y dedicarse a otra cosa». En sus casi 40 años de trayectoria, afirmó, la mayoría de las fotos que ha realizado han sido «sin permiso» y no ha tenido «ningún percance y ninguna demanda por haber ofendido a alguien». Y se preguntó: «¿Cómo sería el mundo y nuestro concepto de la fotografía si estas imágenes [en referencia a las de Isabel Muñoz, Cartier-Bresson…, proyectadas en un audiovisual introductorio] no existieran?».

González lamentó que «la fotografía de prensa se está perdiendo: todo está controlado» y apeló a la «ética» del fotoperiodista a la hora de realizar su trabajo, de tal manera que piense «tanto en los derechos de los demás como en la propia responsabilidad».

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