Economía

Las plazas de abastos de Córdoba resisten el empuje del comercio electrónico

La ciudad cuenta con siete mercados municipales en los que se concentran 192 puestos

Plaza de abastos del Sector Sur Valerio Merino

Rafael Verdú

La cercanía y una relación casi de amistad entre tenderos y clientes es una de las características propias de las siete plazas de abastos con que cuenta Córdoba. También son la fuente de suministro de determinados productos que son difíciles de encontrar en algunos barrios, como el pescado. Ofrecen buenos precios, suficientes como poco para competir con las cadenas de supermercados. En algunos casos funcionan como espacios para la vida social del barrio, donde los vecinos charlan de sus cosas o toman el aperitivo. Y así desde hace más de medio siglo ; la plaza de Ciudad Jardín , por ejemplo, cumple este fin de semana 55 años de vida.

La irrupción de las nuevas tecnologías en la economía plantea la duda de si este tipo de comercio a la vieja usanza tiene futuro . Los hábitos de consumo no son los mismos que hace 20 años, y ni siquiera que hace 10. Lo saben los tenderos, que han apostado por actualizar su oferta y hacer frente a los retos del siglo XXI con las armas a su alcance. De momento lo están consiguiendo y las plazas de abastos —al menos las de mayor tamaño— resisten al comercio electrónico con un aire saludable.

La zona de pescadería del mercado de Ciudad Jardín Valerio Merino

Veamos los datos de las plazas de abastos, facilitados por la Delegación de Mercados del Ayuntamiento de Córdoba. En 2018 se mantenían 192 puestos en las siete ubicaciones, una cifra inferior a los 213 que había en 2016. la mitad de esas pérdidas se concentran en el mercado más grande, el del Marrubial —popularmente conocido como «La Mosca»—, que pasó de 77 puestos en 2016 a 67 en 2018. Las otras tres grandes plazas ( Ciudad Jardín, Corredera y Sector Sur ), con la mitad de módulos que el mercado de «La Mosca» —entre 35 y 40 cada uno—, han logrado mantenerse estables en los últimos años. El resto de los mercados son tan pequeños que su futuro es incierto . Son Huerta de la Reina (7 puestos), El Naranjo (3) y Plaza España (5).

Entre lo público y lo privado

Esos 192 módulos suponen un porcentaje muy pequeño sobre el comercio de la ciudad, en el que se cuentan más de 7.000 establecimientos dedicados a la venta al por menor y al por mayor (datos del INE de 2017). Su modelo de negocio es una mezcla de lo público y lo privado, en la que los edificios y los puestos son propiedad del Ayuntamiento pero quienes gestionan estos últimos son pequeños empresarios. Para ello necesitan acceder a una concesión municipal , que se otorga por tiempo limitado —a diferencia de lo que ocurre con el sector del taxi, donde los permisos no caducan—. Por lo general, son licencias de larga duración , y en no pocas ocasiones se traspasan de padres a hijos. Por eso algunos tenderos llevan décadas en el mismo puesto.

El Ayuntamiento de Córdoba, a través de una encomienda de gestión a Mercacórdoba , se encarga de llevar el día a día de los mercados municipales, lo que implicar sufragar la seguridad, limpieza, mantenimiento, servicios... y cualquier otro gasto que surja. El encargo le cuesta a los cordobeses 632.000 euros al año , según las cifras de 2018, y eso sin contar las inversiones extraordinarias como reformas o nuevas instalaciones, que se pagan también a cargo de las arcas municipales. A cambio, los comerciantes pagan una pequeña tasa que nunca cubre los gastos; el año pasado los presupuestos locales consignaron por ese concepto 356.231 euros , poco más de 150 euros de media al mes por cada puesto, una cantidad muy inferior a lo que cuesta el alquiler de un local convencional. Pero sin los mercados municipales, habría zonas de la ciudad que se quedarían sin acceso a determinados productos básicos , o sus habitantes tendrían que desplazarse mucho más lejos para obtenerlos.

David Luque (PSOE) , concejal responsable de los mercados municipales, cree que las inversiones previstas en las plazas de abastos permitirán garantizar su futuro en la mayor parte de los casos. «¿Que si los mercados municipales tienen futuro? Claro que lo tienen », sostiene el edil. Pero para hacer frente a los cambios en los hábitos de consumo es necesario adaptar las plazas para ofrecer un nuevo modelo de comercio, «independientemente de las inversiones materiales », afirma.

Las inversiones

En la Corredera parecen claros los beneficios de potenciar la hostelería . Para conseguirlo, ya se han liberado, asegura el edil de Mercados, los 80.000 euros que cuesta la reordenación de la plaza. Los puestos de pescado que ocupan el atrio central cambiarán su orientación para dejar un espacio que será ocupado por veladores; también habrá más puestos para bares y restaurantes (actualmente solo hay uno) y se busca diversificar la oferta. Pero antes el Ayuntamiento tendrá que resolver la adjudicación de las licencias de los puestos, que podría estar lista en cuestión de semanas. Y la instalación del aire acondicionado , asegura Luque, también está planificada por un coste de unos 80.000 euros, aunque esta obra está vinculada a la aprobación de los Presupuestos para este mismo 2019.

La plaza de la Corredera, en una imagen tomada ayer Valerio Merino

Ciudad Jardín , por su parte, es un mercado de barrio, y tiene que seguir siéndolo, por lo que «debe buscar una comercialización competitiva con el entorno», en palabras del concejal. Las inversiones previstas en esta zona son el aire acondicionado , largamente reclamado por los comerciantes, que se instalará en el verano con un coste de 94.800 euros; y un punto limpio de Sadeco (41.000 euros), cuyas obras arrancan la semana que viene.

En el Sector Sur las reformas ya están casi terminadas. Aquí la idea es convertir la plaza de abastos en un supermercado de compra única. Para ello, en el espacio ganado con la reordenación de los puestos se colocará una zona de productos secos , o sea: droguería, perfumería, limpieza, textil... Todo lo necesario para convertir la plaza del Sector Sur en un espacio que pueda competir con los supermercados de la zona.

El mercado del Marrubial «debe aspirar a un nuevo espacio y experimentar con lo que debería ser un mercado del siglo XXI», en palabras de Luque. Eso significa su traslado a Lepanto . Hasta entonces, sólo hay previsto un punto limpio. Las instalaciones de la Huerta de la Reina , aunque pequeñas, «sí son sostenibles porque están muy vinculadas al mercadillo». ¿Y qué pasa con las instalaciones del Naranjo y Plaza de España ? «Por ubicación y población, son los que tienen más difícil el ser competitivos », explica Luque.

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