CASO FUNDACIÓN GUADALQUIVIR

Las otras «mordidas» de Ángeles Muñoz: joyas, viajes, ropa cara, banquetes y rulos de 5.000 euros

El testimonio de su sobrina ante la jueza detalla unos gastos antes desconocidos

Ángeles Muñoz, con un bolso de marca, se dirige a la puertas de los Juzgados VALERIO MERINO

F. J. POYATO

Mientras la Junta de Andalucía llenaba las alforjas del entramado Fundación Guadalquivir Futuro de euros para reparto de alimentos, contratos a parados jóvenes y mayores, atención a niños en riesgo de exclusión en colegios o personas con discapacidad intelectual (cerca de un millón de euros en ayudas en el último lustro), su presidenta, Ángeles Muñoz, su hijo y mano derecha, Cristian Menacho (ambos incluidos en las listas electorales del PSOE de Córdoba en las municipales de 2007 y 2011, respectivamente), daban un giro de ciento ochenta grados a su tren de vida.

«Mira mamá, esto es un regalito que yo me hago porque me han dado el dinero de las subvenciones de los tontos y me lo merezco». Esta era la razón que esgrimía Ángeles, la matriarca del entramado social afín al PSOE, cuando su familia directa de Jerez del a Frontera se inquietaba por ese «cambio de vida que daba miedo». Preguntas que le lanzaban tras soltar rulos de 5.000 euros en billetes con gomilla.

Las subvenciones

Como ha venido publicando ABC estos días, estos hechos forman parte de la declaración de Eugenia, una sobrina directa de Ángeles Muñoz, a un juzgado de Instrucción de Córdoba que tiene abierta una c ausa sobre las mordidas a los contratos subvencionados para parados que gestionó la entidad.

«Antes de este movimiento de dinero, en Reyes regalaban un pijama, y de repente empezó a regalar bolsos muy caros de Bimba y Lola, de Carolina Herrera , y a los hombres un conjunto entero de Massimo Dutti. Y mi abuela decía: ‘¿Qué es lo que estás moviendo para recibir tanto dinero?’».

Pero Ángeles Muñoz , vehemente donde las haya hasta el punto de acorralar a algún patriarca en el barrio del Guadalquivir quemándole los cubos de basura, hacía caso omiso a esas llamada de atención de una familia humilde jerezana.

«Ella tranquilizaba a mi abuela diciendo que era muy amiga de Juan Pablo Durán y Rosa Aguilar y estaba muy respaldada y los tenía agarrados por los cojones. Ella había hecho muchos favores y se los debían».

A la presidenta de la Fundación Guadalquivir Futuro le gustaba alardear de joyas . «Eran muy caras -expuso su sobrina ante la jueza en su declaración como testigo en el caso de las mordidas- y alardeaba mucho de ellas. Su marido empezó a vestir muy bien. Cristian entonces le regaló a su madre un abrigo de piel de conejo por 6.000 euros y a su padre un reloj de la marca Jaguar ; a la abuela un televisor; al hijo de mi tío una PSP...».

La generosidad de Cristian Menacho , quien fuera secretario local de las Juventudes Socialistas de Córdoba y miembro de la lista electoral de Isabel Ambrosio en la cita electoral de 2015, no parecía tener límites. «Pagó a su tío la mitad de un viaje a París para la pedida de boda con su mujer, con fotógrafo incluido, y aparte hicieron un crucero...».

Zapatos de Armani

Los dispendios acudían cada quince o veinte días a Jerez de la Frontera , donde Ángeles era ordeno y mando cuando entraba por la puerta del piso familiar. En Chiclana corría con los gatos mensuales del alquiler de la vivienda para las vacaciones de la familia -unos 3.000 euros al mes según la declaración ante la juez de su sobrina Eugenia-.

El arreglo del cuarto de baño de la madre a cuenta de la Fundación. Una limusina para la Primera Comunión de una sobrina, zapatos de Armani a 500 euros para la boda de un hermano en la que pagó el alquiler del lugar donde se celebró, unos 4.000 euros, o la obra de la casa de los novios... O sus viajes al Caribe (Rivera-Maya) y París. O en los mejores hoteles cuando el desplazamiento era doméstico: Huelva, Granada...

Este nivel de vida no caía en saco roto para la familia de Ángeles que sigue cuestionándose todo lo que ocurre aunque sin alzar mucho más la voz. Incluso cuando llegan las primeras noticias a Jerez sobre las denuncias de los trabajadores de Fundación Guadalquivir Futuro y sus otras oenegés y las mordidas a los salarios de los empleados subvencionados por la Junta, la lideresa calma los ánimos con el mismo argumento, tal y como expuso a la jueza el pasado uno de febrero su sobrina ante la jueza: «Si yo estoy muy respaldada, a mí me deben mucho. Está todo controlado , esto es algo que se han inventado los trabajadores. No os preocupéis que la Rosa y el Juan Pablo me tienen muy respaldada».

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