Un río que no cesa: la población de la periferia de Córdoba crece un 62% desde el último PGOU de 2001

El PGOU de Córdoba aprobado en 2001 tenía entre sus misiones acotar el problema de las parcelaciones ilegales, notorio ya como poco desde los años 80. No parece que haya cumplido, al menos en ese aspecto, a tenor de las estadísticas .

Entre 2001 y 2018, Córdoba pasó de tener 314.034 personas censadas a 325.708 , más de 20.000 ciudadanos de diferencia. Eso es lo que dicen las estadísticas -estas, en concreto, son los datos oficiales del Padrón de Habitantes que publica cada año el INE -. Los fríos números, sin embargo, esconden otra realidad.

El núcleo urbano de la ciudad no ha crecido en esos años. En la almendra central de la ciudad, desde la Sierra hasta más allá del meandro del Guadalquivir , hay ahora 819 personas menos que en el año 2001. Según el Padrón del INE, en ese mismo periodo de tiempo los habitantes registrados y censados en los núcleos diseminados pasaron de 12.993 a 32.504. El aumento es enormemente llamativo, un 62 por ciento. Y esa cifra supone que el 10 por ciento de toda la población vive en la periferia. Como mínimo, ya que esos 32.000 habitantes son los que están oficialmente censados .

El Padrón cuenta nada menos que 118 unidades poblacionales en el término municipal de Córdoba. Ahí están todas las parcelas, desde Alameda del Obispo al Veredón de los Frailes , aunque también se cuentan asentamientos consolidados que funcionan casi como pueblos independientes, como Alcolea , Santa Cruz, El Higuerón o Encinarejo.

Algunas de las más importantes han multiplicado hasta por cinco su población en menos de dos décadas. Es el caso, por ejemplo, de la urbanización Nuestra Señora de Linares , que en 2001 contaba con 612 habitantes y hoy son casi 3.000. En la mencionada Alameda del Obispo se ha pasado de 628 almas a 1.565, casi tres veces más. En Majaneque , una de las parcelaciones más grandes de todo el término casi se ha duplicado el número de los censados: de 1.829 personas a más de 3.000 hoy en día. En otras, como en San Llorente o Abejorreras sus residentes no han considerado oportuno, o no han podido, estar censados allí.