UNIVERSIDAD

Investigadores en la UCO: Bárbara Luque, el reto de mejorar la calidad de vida

La doctora en Psicología pertenece al grupo GE4-Psicología Aplicada del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica.

Bárbara Luque sostiene un libro en la biblioteca RAFAEL CARMONA

RAFAEL C. MENDOZA

La mejora de la calidad de vida, sobre todo en un momento en el que la esperanza de vida se ha incrementado —y seguirá haciéndolo en los próximos años gracias a los avances de la Ciencia—, se ha convertido en un objetivo prioritario para el ser humano. Quiere vivir más y, sobre todo, vivir mejor. Esto es precisamente lo que ha hecho que los investigadores trabajen en encontrar fórmulas que permitan que esto pueda ser realidad. Pero no sólo trabajos dirigidos por expertos en Ciencias de la Salud o Biología, sino también en el campo de las Ciencias Sociales. Estos últimos buscan factores psicosociales para alcanzar este horizonte. Buen ejemplo de ello es el equipo que lidera Bárbara Luque, al frente del grupo «Género, sistemas de comunicación, creencias y educación». Actualmente, indica la investigadora, se encuentra inmerso en una investigación financiada (Mineco) PSI2014-58609-R y liderada por la doctora Tabernero que, bajo el título «La influencia de la autoeficacia y otras variables motivacionales en la adherencia a la dieta, la calidad de vida y el bienestar de pacientes con ECV», pretende conocer «la influencia de las variables psicosociales y los procesos motivacionales en la adherencia a la dieta, la satisfacción vital y la calidad de vida de los pacientes con enfermedad cardiovascular».

«Un éxito de las políticas de salud pública»

No pasa por alto que el envejecimiento de la población puede considerarse «un éxito de las políticas de salud pública y el desarrollo socioeconómico, pero también constituye un reto para la sociedad, que debe adaptarse a ello para mejorar la salud y la capacidad funcional de las personas mayores». Alude así a la enfermedad cardiovascular (ECV) como enfermedad crónica y precisa que «todo ello conlleva una serie de necesidades a nivel biopsicosocial que deben ser atendidas y que obliga a las personas que la padecen a modificar sus patrones de comportamiento en búsqueda de hábitos más saludables».

Bárbara Luque no siempre se inclinó por las Ciencias Sociales. En realidad, señala, «mi vocación inicial giraba en torno a las ciencias de la salud, pero una de mis hermanas mayores que estudiaba en Ciencias de la Educación me influyó positivamente para iniciar mis estudios como maestra». Posteriormente se licenció en Psicopedagogía y finalmente terminó realizando la carrera de Psicología. «Yo creo que mi trayectoria formativa me ha permitido complementar la visión que actualmente tengo sobre el comportamiento humano y la importancia de los procesos educativos en el desarrollo de las personas», dice. En su familia también hay precedentes que tienen algo que ver con su inquietud investigadora. Su padre, pediatra e investigador en el Hospital Reina Sofía de Córdoba, nunca dejó de estudiar e investigar para su mejora profesional. Y una de sus hermanas mayores, doctora en Química y un ejemplo de «constancia y dedicación».

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