UNIVERSIDAD

Testigos del medio siglo de vida de la vieja Escuela de Agrónomos de Córdoba

Investigadores, profesores y empresarios relatan su paso por la Etsiam a ABC

La investigadora del Grupo Dinámica Fluvial e Hidrología María José Polo ABC

R.C.M.

La Escuela de Ingeniería Agronómica de Córdoba cumple medio siglo en funcionamiento. Quienes la conocen a fondo, como Jesús Gil Ribes, catedrático en Ingeniería Agroforestal, y director del Proyecto «Función en Mecaolivar», reconocen que este emblema y referente les ha supuesto la vida, «llevo aquí cincuenta años», reconoce Gil en declaraciones a ABC Córdoba.

Gil Ribes pisó por primera vez la Escuela de Agrónomos en el curso 1969-1970 , un año después de su apertura, con tan sólo dieciséis años, y desde ese momento no se ha despegado de ella. Este ingeniero agrónomo reconoce que el primer año de carrera no estaba seguro de que este fuese su lugar pero, con el paso del tiempo y la experiencia, se dio cuenta de que aquí estaba su futuro. Con mucho esfuerzo y dedicación, Gil Ribes, al terminar los estudios superiores, se quedó en la facultad como profesor ayudante y desde ahí fue creciendo.

Otros ejemplos de alumnos que pasaron a ser docentes es el de la profesora Ana Garrido, investigadora del Departamento de Producción Animal. Para Garrido, los que como ella pasaron por esta Escuela «somos ingenieros de la vida» . Sin embargo, tenía un handicap. «Al acabar la carrera intenté trabajar enviando mi currículum vitae. A mis compañeros los llamaban para la entrevista, pero a mi me contestaban con una carta que tenía por membrete un «querido amigo…», recuerda con nostalgia. Gracias a este rechazo, la ingeniera pudo dedicarse al mundo de la enseñanza que tanto ama y valora.

Uno de los ingenieros agrónomos que dejaron huella en el mundo no sólo de la agronomía sino en el de la política fue Manuel Pimentel, Ingeniero Agrónomo y doctor en Derecho. Este editor de la editorial Almuzara reconoce que está «muy orgulloso de haber estudiado en la Etsiam» . En estos años de trabajo, el que un día fue estudiante de la Etsiam destaca que la ingeniería «por suerte, ha evolucionado mucho sobre todo con la incorporación de las tecnologías, la inteligencia artificial, los drones y el control real». Por este motivo, Pimentel reconoce que «ahora los agrónomos tenemos todo un reto con las nuevas tecnologías, con el uso de las economías digitales y los sistemas digitalizados» que están gobernando el mercado agroalimentario e industrial.

En cuanto al mundo empresarial, Miguel Antonio López Toledano, otro ingeniero Agrónomo, ahora gerente de Agro&Renovables admite que ahora es capaz de «resolver problemas reales gracias a las dificultades de mi época universitaria» . López entró en la Escuela en el curso del 2000 a día de hoy, López trabaja a diario para exportar la energía renovable al resto del mundo con su empresa Agro&Renovables, que se encarga de instalar paneles solares que «han llegado hasta Suramérica, concretamente trabajamos el año pasado con México».

María José Polo, investigadora del Grupo Dinámica Fluvial e Hidrología, recuerda cómo la Etsiam «he aprendido mucho y he descubierto mi vocación, la investigación aplicada» . De cara al futuro, esta ingeniera afirma que sería conveniente que «fuésemos capaces de crear motivación en los jóvenes para que dediquen su formación a la ingeniería de Agrónomos y Montes y conseguir atraer a los mejores alumnos, con la mejor vocación». Además, Polo concluye con una crítica porque como ella afirma, «sí la Etsiam es de Agrónomos, pero también de Montes y eso hay que proyectarlo más a la ciudad».

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