Medio Ambiente

¿Qué fue de los gatos del Templo Romano de Córdoba?

Los doce felinos permanecen en el Arca de Noé a la espera de que el Ayuntamiento permita liberarlos en el monumento

La gata liberada esta semana en el interior del Templo Romano El Arca de Noé

Rafael Verdú

Están vivos y coleando.

Pero empecemos la historia por el principio. Hace ahora un año comenzó la primera fase de las obras del Templo Romano , cuya segunda parte está a punto de comenzar. Para entonces, una colonia de 12 gatos se había enseñoreado de las ruinas y se desató cierta preocupación en la ciudad por el bienestar de los felinos una vez entraran las máquinas. ¿Irían al Centro de Control Animal de Sadeco (léase «la perrera»), del que dicen que no escapa ni micifuz?

El concejal Pedro García (IU), responsable político de la reforma del Templo a través de Turismo, no se escurrió por la gatera. «Se les tratará como es debido» , dijo en su día. Por suerte para los gatos, Pedro García era -y sigue siendo- a la sazón el presidente de Sadeco , de modo que todo parecía bastante sencillo de gestionar. La persona que velaba por el Templo era la misma que lo hacía por los gatos. Su compromiso era retirar a los animales sólo mientras durara la obra , para que luego compartieran espacio con los turistas, viandantes y funcionarios municipales.

No fue Sadeco quien se hizo cargo de los doce minimos asilvestrados, sino la protectora el Arca de Noé , pero para devolverlos tan pronto termina ra la primera fase de las obras, como explica a ABC Miriam Mengual, portavoz de la asociación. Desde aquel mensaje de Pedro García, nadie ha vuelto a ponerse en contacto con el Arca de Noé, que sigue corriendo con los gastos de mantenimiento de los felinos, además de haber costeado su esterilización . Todos están en perfecto estado de salud, esperando a que el Ayuntamiento permita liberarlos de nuevo en el Templo Romano, cosa que de ocurrir tendrá que esperar hasta finales de año, cuando terminen las obras.

El gaterío de la Alhambra, un ejemplo

Ahora surge la pregunta: ¿Es posible la convivencia entre una previsible multitud de turistas y una colonia de gatos ferales? En opinión de Miriam Mengual, sí, y cita como ejemplo el gaterío de la Alhambra de Granada . Es más, si no se hace así, asegura, más temprano que tarde los felinos volverán a hacerse dueños del Templo, pero lo harán de forma descontrolada y sin estar esterilizados. Es lo que se llama, explica Miriam, el «efecto vacío» . O lo que es lo mismo, los gatos que entran por los que van saliendo.

Eso ya ha ocurrido. Entre una fase de reforma y otra, una gata solitaria ocupó el espacio y parió cuatro cachorros al pie de las columnas. Todos, madre y «gatetes» , fueron rescatados por el Arca de Noé la semana pasada. Pero esta vez la protectora no está dispuesta a seguir recogiendo animales que, considera, tienen su hogar allí. «Si no lo entienden, pues bien, pero nosotros no lo haremos más », sentencia Miriam Mengual.

Por eso ya han soltado a la gata -convenientemente esterilizada, eso sí- en el mismo sitio donde lo encontraron, como puede verse en el vídeo. ¿Y si el Ayuntamiento no permite liberar a los otros 12 mininos? «Se quedarán con nosotros para siempre» , concluye la portavoz del Arca de Noé.

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