TRIBUNALES

Caso Fénix | Un comercial afirma que vendía oro a «fabricantes y almacenistas» y nunca por bancos

Uno de los transportistas relata que llevaba lingotes y dinero desde Barcelona a otras provincias

Primer día del juicio del caso Fénix ÁLVARO CARMONA

Irene Contreras @

Uno de los trabajadores de las empresas de P.J.R.F., el padre del considerado cabecilla de la trama que se investiga en el «caso Fénix», ha relatado durante el juicio que se celebra en la Ciudad de la Justicia de Córdoba que su función era gestionar la venta, entrega y cobro del oro en la zona de Valencia y sus alrededores. El oro lo recibía a través de unos chóferes que también se llevaban el dinero que cobraba en efectivo y en talones. En concreto, ha afirmado que tenía una cartera de clientes en los que constaban « fabricantes de joyería y almacenista s», que recibía el oro en lingotes y a través de «chófers» y que lo empaquetaba para después proceder a su entrega. A cambio, los clientes le daban dinero en efectivo o en talones y lo volvía a enviar a al empresa a través de los mismos chófers. Nunca utilizaba cuentas bancarias por indicación directa de la empresa, ha aclarado, para a continuación afirmar que ni sabía dónde iba el dinero ni tenía capacidad de decisión alguna en el entramado, del que solo era, según su relato, un trabajador.

Este acusado ha sido el único que ha aceptado ser interrogado por la Fiscalía y por los letrados de otras defensas además de la suya propia, en una sesión donde han declarado además otras tres personas. El primero en hacerlo fue uno de los chóferes o transportistas encargados de entregar el oro a los intermediarios, que trabajaba desde Barcelona y se trasladaba a otras provincias con un coche de la empresa y un teléfono también pagado por la sociedad. El dinero de esos gastos se pagaban, ha afirmado, con una tarjeta o en efectivo. En respuesta a las preguntas formuladas por su defensa, ha admitido que tuvo que retirar oro de Securitas en Barcelona con una autorización de la empresa en la que figuarban su nombre y la matrícula del vehículo, así como los kilos de oro que debía retirar. Según su relato, firmaba la entrega y llevaba el material al despacho. En ocasiones, intercambiaba el material con otro empleado de la empresa que le daba un dinero que volvía a dejar en al oficina. Ha afirmado que no tenía conocimiento alguno sobre la estructura fiscal de la empresa ni capacidad de decisión.

Los últimos en declarar en esta jornada del macrojuicio que se celebra en Córdoba han sido los propietarios de una empresa que compraba oro a la sociedad del cabecilla de la trama. El administrador único de la misma ha desvinculado a su exesposa, la segunda acusada, de toda responsabilidad ligada a la actividad empresarial afirmando que solo le pertenece el 50% porque se casaron por gananciales, extremo que la mujer, peluquera de profesión, ha confirmado en su declaración posterior. Después, el acusado ha expuesto que su relación con el principal acusado del caso Fénix era clientelar: «me suministraban el metal que yo necesitaba para pagar a los fabricantes las piezas », ha afirmado. Según su exposición de los hechos, él pagaba los encargos a los fabricantes « una parte en oro y otra en dinero ». Compraba oro en bruto «para pagar, no para fabricar», y ha negado la veracidad de los documentos en los que figura que realizaba varias compras al día. «Yo hacía previsiones semanales o bisemanales, y nunca he comprado sin factura», ha defendido para después afirmar que la contabilidad de la empresa estaba externalizada. « No tengo muchos conocimientos de contabilidad », ha afirmado.

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