OPINIÓN

Cañero, entre el odio y la gratitud

El autor, presidente de la Asociación Campera y del Rejoneo Antonio Cañero, defiende el papel del torero a caballo que da nombre al barrio cordobés

El rejoneador Antonio Cañero en una corrida en Barcelona ARCHIVO

ENRIQUE SAN MIGUEL

SI doña Isabel Ambrosio, alcaldesa de Córdoba, y los grupos municipales, no llevan cordura y sensatez al pleno del Excelentísimo Ayuntamiento de nuestra ciudad, instalaran en el corazón de generaciones de cordobeses y durante muchos años, sentimientos de amargura y culpabilidad, darán pié a que los ciudadanos no se sientan representados en la decisión de quitar el nombre a la avenida del Conde Vallellano, calle Cruz Conde o plaza de Cañero y harán que el odio y el revanchismo entren a formar parte de las decisiones de nuestro Ayuntamiento. Poniendo en entredicho, a la tan renombrada ¡Córdoba, ciudad de las tres culturas! ¡Córdoba, ciudad de la convivencia! ¡Córdoba, ciudad del diálogo!

Enterados por la prensa de que la comisión iba a emitir sus conclusiones, y que entre ellas iba la de quitarle el nombre a la plaza Cañero, la Asociación Campera y del Rejoneo Antonio Cañero confeccionó un dossier, que entregamos a la mayoría de los representantes de los distintos grupos municipales, movimiento ciudadano, asociación de vecinos Cañero Nuevo, y a la citada comisión para reflexionar sobre los supuestos hechos, documentos o fuentes documentales en que se basaban para realizar tan injusta y desacertada decisión.

En la contienda Cañero no tiene reconocidos actos crueles o vandálicos

En él demostramos, que durante la contienda Cañero no hizo, ni tiene reconocidos en su hoja matriz de servicios, actos destacados, medallas, ni reconocimiento alguno y muchísimo menos que cometiera actos crueles o vandálicos.

Sobre don Antonio Cañero se ha creado una falsa leyenda negra, que interesadamente se divulgó como propaganda de guerra durante la contienda, y que hoy es mantenida sin el menor rigor historiográfico. En ninguna fuente documental aparece que don Antonio Cañero cometiera muertes o actos crueles alguno. Y si alguien así lo cree, que lo demuestre. ¡En derecho, el que acusa es quien tiene que demostrar la culpabilidad!

Pero hay dos casos, que los inquisidores ocultan y no quieren tener en cuenta.

El primero de ellos el testimonio formulado ante el Juzgado de Primera Instancia de Totana y publicado en el Diario ABC de Madrid zona Republicana, el día 11 de Mayo de 1937. En él se pone de manifiesto, que don Antonio Cañero se negó a participar en la muerte del Diputado Socialista Doctor Romero y que hasta llegó a aconsejar a algunos soldados, se pasasen a las filas del Gobierno de la República.

La acción humanitaria

Doña Isabel Ambrosio y representantes de los grupos municipales en el Ayuntamiento de Córdoba, ¿por qué no tenemos en cuenta esta acción humanitaria de don Antonio Cañero y le mostramos nuestro agradecimiento?

El segundo, el testimonio de don Carlos Castejón, nieto de don Rafael Castejón y Martínez de Arizala incluido en el dossier, que entregamos a los grupos municipales, asociaciones de vecinos y miembros de la Comisión de la Memoria Histórica, «Penalidades padecidas por don Rafael Castejón y Martínez de Arizala con motivo de la guerra civil Española» y que dice, «reunidos varios militares alguien dijo. Dejémonos de pamplinas, vámonos al Alcázar, sacamos a Castejón y le damos dos tiros». Don Antonio Cañero, presente en dicha reunión dijo: «Para matar a don Rafael Castejón primero hay que matarme a mí».

Doña Isabel Ambrosio y representantes de los grupos municipales en el Ayuntamiento. ¿Por qué no tenemos en cuenta esta acción de don Antonio Cañero y le mostramos nuestro agradecimiento?

Y por último el más grande, el más generoso, el que de verdad perdura en el corazón y en la memoria de los vecinos de Cañero , la donación a la Asociación de la Sagrada Familia, de más de 50.000 metros cuadrados, la totalidad de su Huerta de la Viñuela, para la construcción de viviendas sociales.

Por este hecho, solo por este, y como agradecimiento, a la plaza del barrio se le puso su nombre y creemos que debe seguir siendo así.

¿No es verdad doña Isabel Ambrosio y representantes de los grupos municipales en el Ayuntamiento?

Creemos que es injusto el trato que se le da a don Antonio Cañero

Ya no nos queda más que decir. Creemos que es injusto el trato que se le da a don Antonio Cañero. Hasta del Museo Taurino se retiraron medallas de los expositores, por considerar que fueron ganadas en la Guerra Civil. Como demostramos en su día, le fueron concedidas por participar en actos conmemorativos de la guerra de la independencia. Por supuesto, anterior a la civil de 1936. ¿No? Del análisis de las hojas de servicios expuestas, de las panfletarias, contradictorias y claramente publicitarias noticias aparecidas en prensa, no creemos se saquen conclusiones de peso para condenar al ostracismo, en un juicio inquisitorial, a un hombre que es historia de nuestra ciudad.

Ver la historia con los ojos de la comprensión, es más positivo que hacerlo con los del odio.

En el Museo Taurino Municipal están sus pertrechos, historia de su gloria.

En la ciudad queda la gran obra de beneficencia que hizo.

En nuestros corazones debe estar nuestro agradecimiento.

¡¡¡¡Señores!!!! Ya es hora que Córdoba le dé la mano a Antonio Cañero. Nosotros así lo hacemos.

Por todo esto, rogamos que don Antonio Cañero siga siendo recordado en nuestra ciudad como lo que fue. Un gran caballista, un gran artista de cine, un gran rejoneador y un gran benefactor.

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