LA CUARESMA EN ABC

El patero del domingo: No podemos conducir por ti, por Luis Miranda

En vez de las sanciones se podría hacer una campaña como las de la DGT

Campaña contra los accidentes de tráfico en Córdoba Roldán Serrano

Luis Miranda

Ahora que los ordenadores lo ponen tan fácil que sólo hay que tener la idea, y eso desde luego no es poco, la Agrupación de Cofradías podría ir pensando en una campaña como las que hacía la Dirección General de Tráfico contra los accidentes . Las hermandades han dejado para un momento en que haya más tranquilidad el reglamento que recuperará las sanciones , y parece que en general se piensa que hace falta, así que para este año tampoco se podrá tocar el bolsillo a las cofradías que vayan roneando más de la cuenta o hayan hecho un cálculo optimista de la velocidad.

Aquellos anuncios iban desde la crudeza de la sangre hasta las consecuencias, y nadie dice que su espíritu no se pueda copiar: «Ana no volverá a salir con su cofradía. Tuvo un parón que le dejó un dolor de huesos tremendo y terminará por desligarse de ella. Nada de esto estaría sucediendo si la cuadrilla de la cofradía que iba antes no se hubiera dormido escuchando ‘Mi amargura ’, que ya es gusto».

Un vídeo impactante sería el de unos operarios montando y desmontando cierta rampa de la Catedral a las tantas de la mañana y si quisieran tirar por el testimonio estaría bien el del costalero que aprovechando el parón de la Ribera salió a respirar y se ganó una neumonía por enfriarse mientras la hermandad de antes terminaba de pasar. Algunos pueden ser un poco más positivos, como aquel de la chica que desconecta cuando le dan la lata: «Está claro que sabes pasar; cuando estés camino de la carrera oficial , deja los cambios aunque te guste la marcha».

En un mundo perfecto no habría que decir a nadie que no bebiese cuando tiene que ponerse al volante, ni que dejase el teléfono para estar pendiente de la carretera. Tampoco habría que caer en la cuenta de que al ver nazarenos esperando no se puede ir más que a paso de mudá, y el orgullo se marcharía antes de que cualquier conflicto se convierta en una herida con dos versiones que nadie es capaz de poner en común. Quizá los grupos de whatssapp de cada jornada tendrán que repetir el «No podemos conducir por ti» a cada rato.

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