ENTREVISTA

Córdoba CF | Sergi Guardiola: «El cambio en la propiedad del club ha sido abismal»

El máximo goleador cree en la salvación, regatea su posible traspaso y habla muy claro de todo

Sergi Guardiola, ayer jueves, en el estadio El Arcángel ROLDÁN SERRANO

JAVIER GÓMEZ

Es Sergi Guardiola Navarro (Manacor, 1991) y se siente de Jumilla (Murcia). Es el máximo goleador del Córdoba CF , con 16 goles (14 en Liga y dos en Copa del Rey). Es el jugador «franquicia» y este verano los equipos se pegarán tortas por su fichaje. El delantero aplaza cualquier tema personal hasta junio, porque está centrado en el objetivo de la salvación. Pese a la dificultad, cree que es posible. Es prudente con los anteriores propietarios, pero alaba tanto a los nuevos que es evidente que el vestuario agradece, y mucho, el cambio. Han pasado de la nada al todo. Aquí lo explica.

—Ningún equipo se ha salvado tras llegar con 19 puntos a la jornada 27.

—Mientras que haya posibilidades vamos a seguir creyendo. Vamos a salir todos los partidos a muerte. Todos son finales. Mientras las matemáticas no nos digan lo contrario, vamos a pelear por conseguir la permanencia.

—Lleva 16 goles, ¿soñó con un año tan brillante a nivel personal?

—Soy muy positivo y siempre pienso que las cosas van a salir bien. Pensaba en acabarlo bien con 14 ó 15 goles. Era mi primer año en Segunda y la primera vez que siento confianza porque apostaban por mí. Todo ha salido muy bien. Espero que siga marcando goles hasta el final de temporada y ojalá logremos el ansiado objetivo.

—¿Le ilusiona el Pichichi?

—En todos los partidos que juego pienso que voy a marcar gol. No me planteo pillar a Mata porque mi único objetivo es ganar, ganar, ganar y volver a ganar. Si ganamos y todo va bien, seguro que sigo haciendo goles.

—¿Cómo lleva la contradicción del éxito personal con la situación del equipo a 13 puntos de la salvación?

—Es difícil de llevar porque vienes a hacer goles y los estoy haciendo, pero todo sería diferente y más bonito si el equipo estuviera en mitad de la tabla. Está siendo una temporada muy difícil en todo, porque creo que el equipo debería estar mucho más arriba.

—¿De verdad creen que pueden conseguir nueve victorias en 15 partidos cuando solo han logrado cinco en 27?

—¿Y por qué no? Claro que lo creemos. De hecho, así nos lo inculca y transmite el nuevo míster. Si no, tampoco él hubiera venido e igual que otros compañeros que han llegado. Todo el mundo sabía que en diciembre la situación era muy, muy, muy complicada y ha venido gente de Primera y gente a sumar. Eso te hace creer, porque si ellos creen, ¿por qué tú no vas a creer? Por supuesto que creemos que se puede lograr la permanencia.

—Pese a todo, será el tercer partido sin entradas (solo quedaban anoceh 415 localidades). ¿Qué le parece?

—¿Qué le podemos decir a la afición? Sabemos que con poquito que les demos ellos nos van a responder. Solo darle las gracias y que espero que vayamos juntos hasta el final.

—Le queda un año de contrato, ¿pero estas cosas le hacen replantarse su posible futuro para seguir aquí?

—Se verá con el tiempo. Ahora no es momento de pensar en eso. Sería injusto y egoísta si voy a lo mío y todo lo demás me da igual. Cuando acabe la temporada y ojalá nos salvemos, nos sentaremos y lo hablaremos. Pero te digo que tengo un año más de contrato y que estoy muy a gusto aquí.

—En enero, con González aún y con ofertas, ¿tuvo dudas de seguir?

—Los que me conocen saben que no quería salir de aquí. Ni siquiera he ido al club para decirle que tenía ofertas para salir y que me pagaban tanto. No se lo he planteado. Al final, tenía claro que quería acabar aquí la temporada porque fue el club que apostó por mí. Creo que lo justo era terminar el año, pero lo más fácil claro que hubiera sido marcharme, aunque realmente sentía que me tenía que quedar aquí hasta el final de año.

—Cuatro técnicos en una temporada no es normal. ¿Con qué se queda?

—Sobre todo con la ambición, lo que han creído en la plantilla y en el objetivo que se nos ha ido marcando. Todos han creído que se podía sacar.

—¿Coincide en que los principales problemas son fragilidad defensiva, la debilidad mental y malos finales?

—La realidad es que no puede ser que nos marquen tantos goles, pero no es un problema de la defensa si no de todo el equipo. Respecto a las otras dos cuestiones, no se puede controlar porque es inconsciente. Cuando te marcan un gol en tal minuto, al final piensas: “Otra vez nos van a marcar y nos va pasar”.

—¿Por qué no tiró el penalti en Zaragoza?

—Iba a tirarlo y se ve en la imagen. Lo que pasa es que Alfaro me pidió lanzarlo y no le puse ningún problema. Hay que recordar que él me dejó tirarlo a mí en Copa en Lorca cuando yo no estaba jugando titular. Lo quería tirar, pero me lo pidió y le dejé sin más. ¡El próximo lo tiro yo seguro!

—Ha habido un cambio en la propiedad del club. ¿Qué os ha aportado la llegada de Jesús León al vestuario?

—Ha sido un cambio radical. El cambio del césped solo es un detalle de todo lo que han hecho. Simplemente con ese detalle, ya nos ganan. El estadio lo han pintando; siempre buscan lo mejor para nosotros; si tenemos que irnos concentrados, nos lo dan; ahora llega un nutricionista. Es todo. No es un detalle, es todo. Antes se veía el club de una manera y ahora se ve de otra totalmente diferente. Ha mejorado absolutamente en todos los aspectos.

—¿Os sentíais abandonados antes?

—No digamos que abandonados, pero tenían un poco de dejadez. Ahora es todo lo contrario, todo el mundo está arropándonos y cuando necesitamos algo, nos lo dan. ¡Es todo, es todo! Todo lo que había antes con la nueva propiedad ahora es lo contrario con los nuevos. Es un cambio abismal. Lo tenemos todo. No podemos pedirle más.

—Por lo que me dice y cómo me lo dice, ¿da más rabia no conseguir resultados?

—Joder, la verdad que sí. Te sientes mal cuando ves una propiedad que viene con esas ganas y esa ilusión; también cuando llegas al campo y ves a la afición que nos lo da todo. Te vas con una sensación de me ... ¡Puff! Por eso lo que tenemos claro en el vestuario es que nos vamos a dejar el alma por salvarnos, ¡qué menos podemos hacer! Confío en que lleguen los resultados.

—Llega el doctor Escribano, ¿hay miedo en el vestuario por la dieta?

—No, no (sonríe). Al contrario, todo lo que venga a ayudarnos, es genial. ¿El club, qué más va a hacer? Si nos lo está dando todo.

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