Las piezas fueron expoliadas de diversos yacimientos arqueológicos
Las piezas fueron expoliadas de diversos yacimientos arqueológicos - ARCHIVO

A juicio una red que traficaba con cientos de piezas arqueológicas

Los cinco acusados expoliaban yacimientos y uno hasta vendía los objetos en su tienda

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Monedas de diversas épocas, vasijas, mosaicos, flechas de sílex, collares, máscaras y anillos; espadas, grabados y hasta fósiles. Estas son algunas de las centenares de piezas arqueológicas intervenidas por la Brigada de Patrimonio Histórico de la Comisaría General de Policía Judicial a los cinco miembros de una red dedicada al tráfico de piezas arqueológicas que desarrollaba su ilícito negocio desde la provincia de Córdoba, fundamentalmente. La Fiscalía solicita un año de cárcel para cada uno como presuntos autores de un delito de receptación.

Según relata el Ministerio Público en su escrito de conclusiones provisionales, la actuación de los agentes se produjo tras la interceptación del teléfono de uno de los encausados, J.L.M.T., tras las fundadas sospechas de su posible vinculación con una organización dedicada a la manipulación y venta ilícita de piezas arqueológicas procedentes de distintos yacimientos del territorio nacional.

Las pruebas recabadas tras el «pinchazo» permitieron las escuchas de otros dos números: el de J.C.A.G., empresario con una tienda de antigüedades abierta en Jaén y dedicado a la venta de objetos antiguos. Y el teléfono de F.S.A., socio de los otros dos procesados e involucrado en la trama.

Así, los agentes pudieron determinar que este último «ha mantenido una estrecha relación con J.L.M.T., quien se encargaba de la obtención del género, mientras que F.S.A. se ocupaba de su preparación y comercialización. También han colaborado juntos en labores de búsqueda y han compartido beneficios de las piezas comunes y su venta, para lo cual disponían de una cuenta corriente común», recoge la Fiscalía en su escrito.

El seguimiento efectuado por los efectivos de la Brigada de Patrimonio, tanto telefónico como personal, les llevó a la identificación de los otros dos componentes de la organización y su inculpación como supuestos colaboradores en la distribución o descubrimiento de objetos arqueológicos y paleontológicos.

Con todos los cabos atados, los agentes llevaron a cabo la entrada y registro en diversos domicilios de las localidades de Castro del Río y Baena, Jaén y Cadrete (Zaragoza). En estos inmuebles —uno de ellos, la tienda de antigüedades de J.C.A.G. — la Policía se incautó de una gran cantidad de piezas de diversas épocas, sobre todo monedas, además de fíbulas, hebillas, clavos, lucernas, vasijas, colgantes de símbolos fálicos o fotos de colecciones arqueológicas.

Decálogo del expoliador

Asimismo, los efectivos intervinieron más de 2.000 euros en billetes de 100 euros, facturas de compra del detector de metales, así como collares, piezas de vidrio, metal, tallas de madera. Incluso encontraron un decálogo de actuación ante una posible denuncia de agentes de la autoridad.

Fuentes de la Brigada de Patrimonio Histórico apuntan que internet se ha convertido en el punto de encuentro predilecto entre los expoliadores y sus compradores. En muchas ocasiones, los restos eran comercializados a través de páginas de subastas de la red, aprovechando la sensación de impunidad que ofrece, así como las dificultades que entraña la identificación de compradores y vendedores.

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