Aniversario Blas Infante

Sánchez se cuela en la fiesta de Blas

Susana Díaz se compromete a llevar a La Moncloa las reclamaciones que hijo a Rajoy ante una oposición incrédula

Susana Díaz durante su discurso ante el busto de Blas Infante en el Parlamento de Andalucía EFE/RAÚL CARO

J.J. Borrero

La bandera de Blas Infante, al ondear, alivia la calma chicha de la política andaluza, ensimismada en las peleas de los partidos y expectante ante las vacaciones y el más que probable anuncio a la vuelta de elecciones anticipadas.

El ambiente en el Parlamento es el propio de un final de curso con fiesta incluida. Ayer cumpliría 133 años el «padre de la patria» y ante el busto que preside el patio del antiguo Hospital de las Cinco Llagas la presidenta Susana Díaz y los representantes de todos los grupos de la Cámara depositaron las flores del recuerdo. «Hoy tiene plena vigencia el discurso regeneracionista, integrador y solidario con el resto de los pueblos de España» de Blas Infante, dijo Javier Delmás, nieto del notario.

Con ese testigo en la mano, la presidenta quiso revivir a Blas Infante, como el holograma de la casa museo de Coria, para asegurar que él «defendería hoy el empleo de calidad, la educación y la sanidad públicas , la atención a los más vulnerables y la igualdad de Andalucía en un proyecto común que es España». Lo mismo que asegura hace ella, versión maternal del huérfano andalucismo, cuyo «compromiso» –aseguró– es seguir manteniendo la defensa de todo ello y de «la igualdad de todos los ciudadanos vivan donde vivan» y la «unidad» nacional.

La sombra del Gobierno

Como en todas las fiestas, en la del histórico cumpleaños se había colado un no invitado. La sombra de Pedro Sánchez y la de las andanzas de su Gobierno se alargaron sobre el debate posterior en el Pleno, donde la oposición interpeló a la presidenta para saber si ha olvidado las reclamaciones que hizo a Rajoy o piensa posponerlas como ha hecho Sánchez con el modelo de financiación.

Díaz tiró de memoria para concretar la agenda que llevará a la Moncloa el día 23. Lo primero que reclamará a Pedro Sánchez es una financiación «justa» , además de una revisión de la distribución de los objetivos de estabilidad presupuestaria y que las inversiones se correspondan con el peso poblacional andaluz.

También un compromiso con los corredores ferroviarios , la confirmación de la liberación del peaje de la AP-4 Cádiz-Sevilla y que exija a Europa una «respuesta contundente» ante el contencioso de la aceituna negra de mesa. «Y hablaré del problema del paro y de la reforma de la Política Agraria Común», aseguró. Y de paso pedirá la paralización del proyecto gasístico del entorno de Doñana y reclamará la cofinanciación del sistema de atención a la dependencia y que desista el Gobierno del recurso contra la jornada laboral de 35 horas. Ypor último, y no menos urgente, la convocatoria de la Conferencia Sectorial de Inmigración....

Al portavoz de IU, Antonio Maillo, se le quedó corta la retahíla. Quiere ampliar la lista de los recados a Madrid y que oficialmente la consensúe la presidenta en el Parlamento. ¿Será por pedir? Por pedir, Maillo pidió a Susana Díaz que aproveche la reunión del día 23 y no «caiga en la tentación de adelantar las elecciones por un supuesto aprovechamiento de la ola de Pedro Sánchez».

Pero ya pocos dudan de que habrá elecciones en otoño. El que más claro lo tiene es el «socio acomodado» –como llamó Juanma Moreno a la versión andaluza de Ciudadanos–. El portavoz naranja, Juan Marín, teme que «si Díaz le da al botón», les coja la convocatoria en el banquillo y sin las botas puestas. En otro capítulo de suave oposición, Marín reclamó que la Junta gaste el presupuesto o no negociará el siguiente. Será la justificación del PSOEsi tiene que explicar a los andaluces el adelanto electoral. Por si acaso, Díaz quiere que Marín le explique «en qué han cambiado las cosas». ¿No es lo que se dicen las parejas cuando se presidente distanciamiento? Todo indica que en la fiesta del final de curso no hay muchas ganas de bailar agarrado.

Para fiestas no estaba este jueves el PP. Su presidente, Juanma Moreno, tiene la urgencia de cambiar la historia y la responsabilidad de evitar que con tantas primarias su formación olvide. Por eso, en su último turno, recordó a la presidenta el «doloroso precio de los pactos por debajo de la mesa que han llevado a Pedro Sánchez a la Moncloa», y en especial, el acercamiento de los presos etarras. Susana Díaz tachó de «indecente»la alusión para insistir en que nada va a cambiar de su ideario y de paso evitar la cita al invitado incómodo que amenaza con ensombrecerlo todo.

Por eso, al final, la presidenta reprochó a la oposición que agote su tiempo en hablar de España (¿o quería decir de Pedro Sánchez?) y no de Andalucía «para evitar trazar un horizonte de esperanza». Epílogo ideal para la fiesta de Blas Infante.

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