Jueves Santo en Cádiz: Con la alegría de ser perdonado

Oración en el Huerto

En Puertatierra volvían a escucharse los sones cofrades este Jueves Santo. La cofradía de Oración en el Huerto tenía todo listo para hacer su estación de penitencia desde la iglesia de San Severiano. Una parroquia que forma también parte de la historia de la hermandad.

De rojo como la sangre de Jesús, y verde como la Esperanza de María.

Una hermandad que estrenaba este año hermano mayor, Ignacio Robles, que aunque vinculado a la hermandad y miembro de junta de gobierno, nunca había ocupado éste cargo.

Ése no ha sido el único estreno de la hermandad. También la restauración y dorado de su vara en los talleres de Antonio García Falla de Jerez.

Una hermandad que sueña con ir creciendo, como lo demostró con los primeros tramos de penitentes como muchos hermanos de corta edad, ya ilusionados por hacer este largo camino acompañando a sus titulares.

Tras ponerse el cortejo en el Bahía Blanca comenzó a avanzar el paso para salir de ese espacio de la parroquia en donde se montan los pasos.

Y la primera levantá ordenada por un hombre de la cofradía, Francisco Igartiburu, que emocionado supo alentar a su cuadrilla y pedirle a su imagen titular una buena estación de penitencia. Ordenada la ‘levantá’, comenzó a andar el paso con el sonido de la marcha real, interpretada por la agrupación musical Ecce Mater, que acompañaba de nuevo a la cofradía en su estación de penitencia. Un paso que estrenaba una nueva fase del paso de misterio, avanzando en esta ilusión de la cofradía.

Comenzaba a andar el cortejo cuando salían los tramos de los hermanos que acompañaba a la Señora de Gracia y Esperanza. También iba seguido de muchos niños, la mayoría de monaguillos, que estrenaban las túnicas realizadas por Rosa María Reyna.

En apenas 30 minutos, la hermandad ya estaba puesta en la calle y salía la Virgen en su palio hacia el instituto Hidrográfico para adentrarse en la calle Acacias. La hermandad comenzaba a andar con los sones de la banda de la Soledad de Algaba, que además interpretaba la nueva marcha La Esperanza de Puertatierra, de Pablo Ojeda.

Bajada hacia la Carrera Oficial, pasando por los arcos de Puertas de Tierra, repitió una de las imágenes más características de la cofradía.

Afligidos

San Lorenzo era este Jueves Santo uno de los puntos de interés ya que desde el templo de la calle Sagasta salieron dos hermandades. Afligidos fue la primera en poner su cruz de guía en la calle. Este año, tras mucho debate y estudio por la modificación de la Carrera Oficial , la coporación salió a las 18.00 horas con intención de resgresar antes de la medianoche.

En el interior de la iglesia El hermano mayor de la corporación, Ramón Velázquez , se dirigió a los que iban a realizar estación de penitencia e igualmente el director espiritual, Jesús García Cornejo . Se prepararon como siempre las secciones de penitentes de una hermandad con muchos detalles. La procesión de Afligidos la abrieron cuatro bocinas y tras ellas el muñidor. Notable la cantera cofrade también ya que unos treinta niños formaban parte del cortejo vestidos de monaguillos. Pero cuenta la corporación con detalles como los símbolos de la Pasión, la espada y el cirio escoltando al simpecado (como imagen de la Inmaculada) e incluso la presencia encarnada de las tres virtudes teologales: la Fe, la Esperanza y la Caridad .

Lucía el espectacular paso de estilo barroco en el que se encuentran las bellas imágenes de Peter Sterling (el Cristo y la Virgen) acompañados por las tallas de la Verónica, San Juan y Simón de Cirene. Iba adornado con claveles rojos y destacaba sobre todo la restauración del manto de la Virgen de los Desconsuelos que han realizado Juan Carlos Romero y Francisco Javier Piñero . Se trata de un manto de gran valor con más de un siglo de antigüedad y catalogado como Bien de Interés Cultural que ahora ha recuperado la cofradía tras una compleja labor en la que también han intervenido la empresa Ars Nova y el historiador del Arte Lorenzo Alonso de la Sierra.

El impresionante misterio es uno de los más pesados de Cádiz por lo que la maniobra de salida se planteaba compleja , también teniendo en cuenta las dimensiones de la puerta de San Lorenzo. Con el martillo está una vez más, y ya son veintiséis, el veterano José Julio Reyeros que vivió el momento de la salida visiblemente emocionado. Frente a San Lorenzo esperan cientos de fieles para ver a una cofradía que brilló en la calle gracias una vez más a su orfebrería y ricos bordados. Juan Lamé dio la primera levantá este Jueves Santo. Junto al manto recuperado y el pañuelo de la Santa Mujer Verónica que ha sido este año pintado por Aníbal Bermúdez, la otra novedad venía sin duda marcada por el acompañamiento musical. Este año la hermandad apostó por un cambio y se decidió por la banda de cornetas y tambores Rosario. La formación gaditana, que el Lunes estuvo con La Palma y el Martes con Columna, cumplía así su tercer acompañamiento musical en su ciudad esta Semana Santa. Tras la Marcha Rea l, los primeros sones que se escucharon con maestría fueron llos de Consolación y lágrimas. Después le siguieron los de La Milagrosa y La Soledad de San Pablo cuando ya el misterio caminaba por Hospital de Mujeres.

Nazareno de Santa María

La tarde-noche del Jueves Santo es la del Nazareno . El Regidor Perpetuo 'encandila ' y reúne a numerosos fieles en torno a una de las salidas más esperadas para los cofrades. En Santa María no se hablaba mucho del tiempo porque casi ni cabe esperar que llueva. El barrio es pasión y fervor desde bien temprano porque es el día grande.

Por la mañana se había celebrado el tradicional acto de apertura de las puertas del templo con la presencia de numerosos hermanos y devotos para a Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores. Fueron horas intensas en las que se vieron las primeras muestras de fervor popular en forma de rezos, saetas y lágrimas de emoción .

El Obispo de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza, acompañó un año más a la hermandad, al igual que lo hizo el alcalde de la ciudad, José María González, que acudió junto con los condejales María Romay y Álvaro de la Fuente. También hubo representaciones de los distintos grupos municipales, entre otras autoridades civiles y militares. En este encuentro la junta de gobierno tuvo un especial recuerdo hacia la que fue alcaldesa de la ciudad durante 20 años, Teófila Martínez. La diputada nacional recibió muy emocionada una escultura con el busto de Nuestro Padre Jesús Nazareno que le entregó el hermano mayor, José Manuel Verdulla.

Los grupos de mujeres de mantilla de la ciudad presentaron sus ofrendas a los Titulares y las saetas de Pepi de Ignacio, Carmen Olmedo, Mari Carmen Serén y otras saeteras fueron el anticipo a lo que se viviría en la tarde.

Por Jabonería resultaba complicado pasar cuando aún quedaba un buen rato para que se iniciara la salida procesional. Ocurre siempre. La estampa se repite cada Jueves Santo. No hace falta estar cerca para palpar tanto fervor. Los rostros y las miradas hablan por sí solos. El ' Greñúo ' volvía a procesionar por las calles de Cádiz y había que estar junto a él. En el interior de la iglesia de Santa María pasó el tiempo a un ritmo insólito. Son numerosos los hermanos de esta corporación. Junto con las dos bandas el cortejo del Nazareno llega a las 1.000 personas, lo que supone que es el más numeroso de la ciudad.

Distintas autoridades civiles y militares acompañaron a esta cofradía y como es habitual también estuvieron representantes representantes de distintos colegios profesionales de la ciudad, como el decano de los abogados, Pascual Valiente, de graduados sociales, José Blas Fernández o el notario José Ramón Castro. El alcalde José María González, salió una vez más con su madre en la penitencia. Sí estaban otros políticos como Juan Manuel Pérez Dorao, Fran González y Teófila Martínez que formaron parte de la presidencia.

Para la exalcaldesa de la ciudad fue un Jueves Santo muy especial puesto que tuvo el honor de ordenar la primera levantá del paso del Señor. La junta de gobierno había decidido que fuera ella en reconocimiento a sus veinte años como alcaldesa.

Martínez Se mostraba visiblemente emocionada ante una cita a la que siempre acude. Entre los penitentes también se encontraban dos antiguos hermanos mayores de la corporación, José Luis Suárez y Santiago Posada. El fervor se hizo más evidente cuando se abrieron las puertas de Santa María. Empezaron a salir los penitentes y mientras el capataz Jorge Gómez mandó a los suyos mover el paso. Cuando estaba cerca de la calle empezó a sonar la Marcha Triunfal que interpretó la banda de música Gailín de Puerto Serrano. Por tercer año consecutivo estos componentes irían detrás del Nazareno. El Regidor Perpetuo lucía sobre un monte de claveles rojos, rosas rojas, siempre vivas moradas y lirios morados y como novedad en Jueves Santo llevaba su tÚnica de cola. Salía ya por fin después de tanto tiempo de espera. Aún era de día y pese al frío que traía el poniente se sentía el calor de los aplausos y los vivas de un barrio entregado. “ Ole el gitano guapo ”, se escuchó entre el público. Empezó entonces el largo caminar del Señor de Santa María entre los sones de Regidor Perpetuo y Nazareno de Santa María. Tras una primera parada la cuadrilla tuvo un recuerdo para el pequeño Gabriel Cruz en su levantá.

Tras el 'Greñúo' salió una densa penitencia y los penitentes de la Virgen de los Dolores. En su palio estaba uno de los estrenos más importantes de este año que ha sido la restauración de bambalinas laterales. Como ya se anunció hace algún tiempo, la cofradía busca recuperar el diseño que en su día realizó Antonio Accame para las andas de la Señora. Los vecinos se rindieron con «guapas» a los Dolores adornada con claveles blancos donados por los hermanos y devotos Pani culata, helechos, cuero, plosia blanca y clavelinas. Para ella sonó dentro del templo Virgen de la Victoria. La salida se hizo con Rosa de mis Dolores, Dolores de Santa María y Coronación. El capataz Antonio Ramírez daba instrucciones a los suyos durante un principio del recorrido cargado de emoción.

Medinaceli

En la parroquia de Santa Cruz, las luces volvía a encenderse cuando no habían pasado ni 24 horas desde que se habían apagado después de la entrada de la hermandad de las Aguas. La cofradía de Medinaceli esperaba ansiosa una nueva salida en este Jueves Santo, ya que es una hermandad devocional y de penitencia.

Aunque con pocos hermanos con hábito de penitencia, la hermandad de supo disponer un cortejo digno a partir de las 22.30 horas de la noche en la plaza de Fray Félix. Su característica cruz de guía lo abría mientras que se escuchaban los rezo de sus hermanos bajo el antifaz.

Poco a poco avanzaba mientras que José Luis Pájaro daba las primeras órdenes para acercar el maravilloso paso de plato hacia el dintel de la parroquia de Santa Cruz.

Aunque sin estrenos, veíamos al Señor de nuevo sobre su monte de claveles morados que, además, también fueron regalados por la mañana a las personas que visitaban Santa Cruz en la jornada del Jueves Santo. Un paso cuya mesa de orfebrería sigue sorprendiendo a propios y extraños. Realizado por los talleres de Seco Velasco, es de plata de ley, con la característica de las ocho capillas en los cuatro frentes con imágenes en marfil.

En poco más de 10 minutos desde que partiese la cruz de guía a la calle, salía la imagen del Señor a la plaza del Fray Félix con un gran silencio.

Una larga penitencia de nuevo acompañaba a esta imagen devocional que talló Laínez durante la Guerra Civil.

Después, mientras se seguía rezando, salían los hermanos que acompañaban a María Santísima de la Trinidad acompañado por San Juan Evangelista. Dos grandes obras que Buiza nos dejó en Cádiz y que de nuevo procesionaban bajo un palio incompleto.

En un sonoro silencio avanzaba el paso por la iglesia mientras que el público esperaba el momento de ver una de las grandes dolorosas de éste imaginero. Salía el palio dirigido por Gerardo Navarro, con mucho mimo y sin apenas mecido por la puerta de Santa Cruz.

La imponente baja de la cofradía por el barrio del Pópulo y la salida de la calle Pelota buscando la calle Cobos para llegar a la carrera oficial.

Una noche en donde el frío y el viento no dejaron encender una candelería que permaneció apagada casi todo el tiempo, pero que apenas le quitó a una cofradía que quiere seguir creciendo.

Descendimiento

La hermandad de Viernes Santo salía este año en Jueves también por la configuración de la Carrera Oficial en la jornada más debatida. Descendimiento supone este día la contemplación, la devoción, la sobriedad y la elegancia sin alardes . La espectacularidad y la belleza de este espléndido paso de misterio van de la mano con el buen hacer de una corporación modesta que año tras año es un todo un ejemplo en su estación de penitencia por las calles de Cádiz.

La salida comenzó según lo previsto. En el cortejo iba representación del Descendimiento de Córdoba y de la archicofradía de Ecce-Homo de Cádiz, con su hermano mayor Ramòn Sánchez Heredia. Para cruzar el dintel de la puerta de San Lorenzo hubo que bajar la altura del Cristo. Hay que recordar que la altura total de este paso es de más de seis metros por lo que no hay maniobra sencilla. La cuadrilla de hermanos cargadores comandada por Juan Pablo Estévez García y Juan José Calvo Romero solventó la situación sin problemas. Unos treinta minutos se emplearon en total. Tras quitarle las ruedas al paso y ponerle sus patas, se elevó la cruz y pudo iniciar su marcha con el solemne, discreta y sobria con el acompañamiento de la capilla musical Caligaverunt de San Fernando. Previamente, el periodista de Canal Sur y hermano de esta corporación, Juan Manzorro, ordenó la primera levantá . Dedicó unas palabras a la cuadrilla y pidió emocionado por los enfermos de cáncer.

En esta ocasión la hermandad estrenó la vara del pertiguero y la restauración de los ciriales.

El misterio, que representa el momento en el que Jesús es descendido de la Cruz, es obra de Francisco Buiza (el Cristo y la Virgen de los Dolores), Francisco Berlanga (los Santo Varones) y Luis González Rey (María Magdalena, San Juan, María Salomé y María de Cleofás). Las imágenes lucieron unos preciosos ropajes con colores vivos que ensalzan aún más la belleza del conjunto. Las andas iban bellamente exornadas con flores silvestres, lentisco, cardo, espinos y lirios. El paso del gaditano Antonio Velázquez y destacó una vez más por su perfección. Hace un par de años estrenó los cuatro faroles de orfebrería dorados, obra del taller de Nietos de Juan Fernández en Sevilla y diseñados por Juan Carlos Romero. Un privilegio contemplar este misterio en las calles gaditanas.

El Perdón

Cambio de hora, pero no cambio de estilo ni de tradiciones. La cofradía del Perdón abandonaba las 3 de la madrugada para salir a las 00.10, ya Madrugada del Viernes Santo.

Una hermandad que deseaba la salida procesional después del parón del año pasado y de haber sido intervenida por el comisariado.

En el interior se vivía un ambiente especial. Con muchas ganas e ilusión, pero también con pena, por la muerte de uno de los maniguetas de la cuadrilla del Señor, Manolo Sanz Davidú.

Una primera levantá sentida dentro de la iglesia de Santa Cruz, entre lágrimas y emociones que no podían contenerse por todo lo vivido y acontecido durante este último año.

Manolo Garrido recordaba también a su padre, Manolo Garrido, en el primer año como hermano mayor de la cofradía.

Muchos hermanos, bastantes de ellos muy pequeños, que querían acompañar al Santísimo Cristo del Perdón.

Salía el paso con la marcha real y después con la marcha interpretada por la agrupación musical Sagrada Cena, que acompañaba de nuevo a la hermandad.

En el interior se preparaba la salida de la Señora, exornada de flores rosas, dedicado a las mujeres que luchan contra el cáncer de mama.

Por eso, la primera levantá iba por ellas. Un bello gesto de la hermandad que además estuvo dudando en salir o no en esta madrugada, ya que amenazaba lluvias.

Finalmente la hermandad salió pero poco después tuvo que permanecer con sus Titulares en la Catedral por la amenaza de lluvia.