Junta y sindicatos buscan una alternativa al cierre de la cementera en Gádor

El anuncio de cierre de la cementera de Cemex en Gádor ha supuesto un «duro varapalo» para los más de cien trabajadores en plantilla y para la economía de la comarca del Bajo Andarax, donde se ubica esta planta. La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz se ha reunido este miércoles en Almería con UGT y CCOO en la búsqueda de una alternativa al cese de la actividad.

«No comprendemos cómo una fábrica rentable y de referencia, con un producto de calidad que se solicita dentro y fuera de nuestras fronteras, y que ha sido reconocida hace solo dos meses como la mejor fábrica de todo el grupo , en estos momentos se esté planteando su viabilidad», ha manifestado Díaz tras el encuentro con el comité de empresa. Por ello, le trasladará a la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio «la defensa de que siga abierta».

Cemex anunció la pasada semana un «profundo proceso de reestructuración» y el inicio de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE). Dentro de esta reducción de estructura se encuentra el cese de actividad en dos de las siete fábricas de cemento con las que cuenta en España, una de ellas en Gádor. « Las negociaciones correspondientes con los trabajadores se iniciarán en noviembre , por lo que hasta ese momento no se facilitará más información», indicaron a través de un comunicado.

Los representantes de los trabajadores han expuesto que el ERE planteado por Cemex «es un duro golpe» , ya que además de la pérdida de empleo «se dejarán de invertir en la comarca entre 17 y 20 millones de euros al año». El comité de empresa tampoco entiende los motivos del cierre. «La fábrica sigue siendo rentable y c on la inversión oportuna se podrían adaptar perfectamente a la nueva emisión de gases de 2020 », puntualizaron.

La alcaldesa de Gádor, Lourdes Ramos afirmó ayer que «si a Cemex no le conviene esta empresa, que deje que la compren otros inversores» . Un empuje más para buscar una solución al cese de la actividad que afectará a unos cien trabajadores de manera directa. «Son muchos millones de euros que se mueven, tendrá repercusión en pequeñas empresas que prestaban sus servicios a esta planta», añadió.

Los sindicatos han organizado una manifestación el 27 de octubre para protestar por el cierre que supone un «duro golpe» para la economía de la comarca del Bajo Andarax, donde apenas hay industrias. Esta planta, que pertenecía a Holcim, fue vendida en 2015 a Cemex y cuenta con una capacidad para producir 0,85 millones de toneladas de cemento.