Sucesos

La defensa de Ana Julia Quezada renuncia a la audiencia preliminar por el crimen de Gabriel Cruz

El 27 de febrero se cumple el aniversario de la desaparición y muerte del pequeño en Las Hortichuelas

La acusación pide para Ana Julia Quezada prisión permanente revisable. ABC

R. P.

Un año se cumple mañana de la desaparición y muerte de Gabriel Cruz en Las Hortichuelas (Níjar) . La defensa de Ana Julia Quezada, autora confesa del crimen del pequeño, ha renunciado a la audiencia preliminar por lo que el Juzgado de Instrucción 5 de Almería ya puede proceder a acordar la fecha del juicio oral . Según confirma el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), a partir de este momento, el juez tiene que redactar el auto de apertura del juicio oral que «estará en pocos días».

Quezada se enfrenta a presuntos delitos de asesinato, contra la integridad moral y lesiones psíquicas. En la audiencia preliminar, que se iba a celebrar coincidiendo con la fecha del aniversario , tanto acusaciones como defensa podían haber solicitado la práctica de diligencias complementarias encaminadas a determinar si procedía o no elevar el procedimiento a la Audiencia Provincial de Almería para la celebración de la vista oral con tribunal de jurado.

Tanto la Fiscalía como la acusación particular que ejercen los padres de Gabriel, Ángel Cruz y Patricia Ramírez, solicitan prisión permanente revisable para Ana Julia Quezada . La defensa de la autora confesa pide un máximo de tres años de prisión, y que consideran que los hechos se enmarcan en un delito de homicidio por imprudencia grave. «Habrían sido el resultado de una disputa y no un crimen planificado», mantienen.

El auto inicial el juez manifestó que «resultaba incuestionable» la participación de Quezada en la muerte del menor, ya que en las pruebas recopiladas «se desprende una malvada voluntad dirigida a asegurar la comisión del crimen» . En las actuaciones judiciales se concluyó que el 27 de febrero Ana Julia «aprovechó un momento temporal en el que sabía que estaría a solas con el niño, y que la abuela paterna no lo iba a controlar» para trasladarlo hasta la finca familiar en Rodalquilar, donde «lo mató y enterró».

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