Las playas más raras del mundo
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Las playas más raras del mundo

Con arena de todos los colores, formadas de conchas o de cristal, a pie de avión...

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Con arena de todos los colores, formadas de conchas o de cristal, a pie de avión...

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  1. Playa Escondida, México

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    ¿Quién dijo que todas las playas son iguales? Son muchas las que, en un conato de rebeldía, se alejan del esquema de una gran extensión de arena blanca o amarilla, totalmente abierta al mar.

    Alrededor del mundo existen playas cuyas características las convierten en un destino turístico único, ya sea por el color de su arena, la calidad de sus aguas o por estar particularmente escondidas o decoradas.

    Por ejemplo, en las Islas Marietas, un archipiélago deshabitado de México, existe una pequeña playa escondida, que puede verse por un gran agujero pero a la que no es tan fácil acceder, ya que es necesario nadar por un túnel.

    Islas Marietas queda cerca de Sayulita, una pequeña localidad localizada en la Bahía de Banderas en el sur del estado de Nayarit. Durante la temporada de ballenas pueden verse gran cantidad de ejemplares jugando y saltando en las playas de alrededor.

  2. Glass Beach, California

    Glass Beach

    Es, casi sin dudarlo, el vertedero más bonito del mundo, y se encuentra en el Parque estatal MacKerricher, California.

    Hace muchos años, la gente arrojaba la basura en esta zona costera, desde vidrio hasta electrodomésticos, incluso vehículos... Y comenzaron a llamar a la playa «Los Vertederos».

    Sin embargo, la Junta estatal de California cerró este área en 1967, dispuesta a recuperarla. Se necesitaron años de programas de limpieza, así como la inestimable ayuda de las olas, que rompían todo y limpiaban la playa, dejando solo el vidrio y la cerámica.

    Con el paso del tiempo, ambos materiales fueron sufriendo la ersoión del oleaje, que limaba los bordes y formaba una hermosa arena de colores que, por cierto, esta prohibido coger.

  3. Shell Beach, Australia

    Shell Beach

    Solo hay dos playas en el mundo que están formadas por completo por conchas, y una está en el deshabitado estado australiano de Western Australia.

    A lo largo de sus más 60 kilómetros, el sol se refleja en las conchas haciendo muy difícil resistir sin gafas de sol en este cementerio de fósiles; ya que los restos que hay en la orilla provienen de una caracola llamada Cardiid, que se siente particularmente cómoda gracias al alto porcentaje de sal de la playa; donde lleva miles de años.

  4. Playa de Vaadhoo, Islas Maldivas

    Playa de Vaadhoo

    Un curioso efecto de la naturaleza tiene lugar en esta playa de las Islas Galápagos, cuando los organismos microscópicos llamados fitoplancton bioluminiscente convierten las aguas en un reflejo del cielo nocturno.

    Estos plancton son parte de una marea roja, que es cuando la población «explota» en un lugar determinado, coloreando el agua de un color rojizo.

    Sin embargo, por la noche, los organismos reaccionan a los cambios en la tensión del agua y la acidez emitiendo luz, y con ellos el romper de las olas. Los pasos dados en la arena empapada deja huellas brillantes, y muchos surfistas aprovechan estas olas para hacer fotografías en las que dejan un rastro brillante.

  5. Maho Beach, San Martín

    Maho Beach

    Los pasajeros de los aviones que aterricen en el aeropuerto internacional Princesa Juliana, en la isla caribeña de San Martín, casi podrían tocar el agua con su mano.

    Y es que la playa de Maho se encuentra a escasos metros de este aeropuerto, especialmente de la pista número de 10, que además apenas tiene dos kilómetros de longitud. Por eso, los pilotos se ven obligados a tomar la pista lo más pronto posible, bajando el avión a la altitud mínima.

    Ver aterrizar a los aviones se ha vuelto tan popular que la mayoría de los chiringuitos de la playa ofrecen una tabla con las llegadas y salidas del aeropuerto; e incluso el Sunset Bar cuenta con un altavoz por el que escuchar las comunicaciones entre los pilotos y la torre de control.

  6. Koekohe Beach, Nueva Zelanda

    Sheila thomson

    En Nueva Zelanda está la playa con la que soñaría la Khaleesi de Juego de Tronos, pero también cualquier seguidor de la serie. Y es que en Koekohe la arena está repleta de lo que parecen huevos de dragón.

    Conocidos como Moeraki Boulders, estos grandes óvalos están creados a partir de sendimentos marítimos, y su forma se debe a la erosión del oleaje. Estudios realizados en ellos demuestran que provienen del Paleoceno, es decir, que tienen al menos 56 millones de años.

    Con ejemplares de casi 3 metros de diámetro, muchos tienen grietas que fueron cubiertas con cuarzo, creando lo que parecen escamas de reptil. Por ello, los maoríes también tienen su versión del origen de los Moeraki Boulders. En su caso aseguran que son los huevos caídos de los canastos de anguilas que portaba una canoa ascentral.

  7. Kourou beach, Guayana francesa

    arria belli

    En la Guayana francesa está la playa de Kourou y su peculiar color verde, que choca en ocasiones con un mar no muy azul, ya que se encuentra en plena selva amazónica. La localidad de Kourou es particularmente conocida porque en ella hay un centro de la Agencia Espacial Europea, desde donde parten gran cantidad de misiones. Por eso, el pueblo, y por tanto su playa, se cierran a la circulación cuando se lanza un cohete.

    La Guayana es un pequeño país, con una superficie de 91.000 km cuadrados dominado por la selva Amazónica, que cubre aproximadamente el 95% del territorio. Tiene, pues, una ubicación privilegiada, entre el Caribe y el «infierno» verde. El Parc Amazonien de Guyane tiene una extensión de 2 millones de hectáreas.

  8. Algar de Benagil, Portugal

    En Europa también contamos con nuestra propia playa escondida, se trata del Algar de Benagil, en el Algarve portugués. Una amplia cueva a la que solo se puede acceder por el mar, para llegar a una pequeña playa de arena en el interior.

    Como si la naturaleza hubiese pensado en todo, en el techo de hay un gran óculo natural por donde entra la luz del sol. Eso sí, las temperaturas no dejan de ser las de una cueva, es decir, algo fescas. Por eso, es importante visitarla al mediodía, ya que esa es la hora a la que el sol entra de forma directa e ilumina toda la cueva.

  9. Vik Beach, Islandia

    Vik Beach

    Las peculiaridades de Islandia la convierten en un país con varias playas curiosas, como es el caso de la playa de Vik, en el pueblo más al sur del país europeo.

    La de Vik es una playa donde el Atlántico deja sentir toda la fuerza de su oleaje, por lo que son muchos los monumentos levantados en esta pequeña población de 300 habitantes a los pescadores desaparecidos.

    Entre las peculiaridades de Vik se encuentra su arena negra, debido a que está situada en un terreno volcánico. Exactamente, al playa está al lado del glaciar Mýrdalsjökull, que se levanta sobre el volcán Katla, cuya última erupción fue en el pasado siglo.

  10. Jokulsarlon, Islandia

    moyan brenn

    Islandia es un país de contrastes, por eso no es difícil pasar del negro al blanco, el color predominante en el glaciar Jökulsárlón, el más grande del país.

    Sus playas están llenas de icebergs, que se desprenden del glaciar Breiðamerkurjökull, convirtiendo Jökulsárlón en el lugar del mundo en el que más sencillo es tocar un iceberg. Además, desde sus orillas se pueden observar las focas y gran cantidad de aves marinas.

  11. Playa de las Catedrales, Galicia

    Playa de las Catedrales

    En la costa gallega, entre Foz y Ribadeo, se encuentra la playa de Aguas Santas, más conocida como la playa de las Catedrales, como se conoce al conjunto de acantilados, algunos con más de 32 metros de altura, que decoran la orilla.

    Arcos y bóvedas esculpidos por el viento y el mar, logrando que esta playa sea una de las más espectaculares del mundo. Cuando más se puede disfrutar del paisaje es con marea baja, ya que es el único momento en el que se puede caminar por la arena entre los acantilados.

  12. Playa Pffeifer Purple, California

    Pamela ocampo

    En California se encuentra la playa de Pfeiffer Purple, en honor a una de las familias pioneras en la conquista del Oeste. Esta playa es una de las favoritas de los habitantes de las ciudades cercanas, y no solo por el color morado de su arena, sino porque es un pequeño paraíso casi oculto a los ojos.

    Ningún cartel anuncia la playa, que además es privada: pasar el día te costará 5 dólares. Un precio que merece la pena por un día en Pfeiffer Purple, cuyo curioso color se debe a los restos de amatistas pulidas por el mar.

  13. Calzada de los Gigantes, Irlanda

    Calzada de los Gigantes

    Escenario de películas como Harry Potter, la Calzada de los Gigantes es una de las zonas más visitadas de Irlanda del Norte, donde las erupciones volcánicas han modelado miles de columnas de basalto en formas hexagonales perfectas.

    Según la leyenda, las formaciones surgieron cuando, tras intercambiar gritos de amenazas por encima del mar, el gigante Finn McCool y un oponente escocés empezaron a construir, cada uno por su lado, una calzada para poder alcanzarse. De hecho, en el lado escocés, en la isla de Staffa, hay estructuras geológicas muy similares.

  14. Playa de Punaluu, Hawaii

    Playa de Punaluu

    También Hawaii cuenta con sus arenas negras, en este caso en la playa de Punaluu. Una playa que es muy especial, ya que las tortugas marinas depositan sus huevos en ella.

    La orilla es muy rocosa, y puede ser peligroso nadar en ella, aunque sus aguas son particularmente frescas, motivo en el que se basa la leyenda de Punaluu. Y es que según aseguran los foráneos, los antiguos hawaianos buceaban para conseguir agua fría.

  15. Red Sand Beach, Islas Galápagos

    Red Sand Beach

    En la isla de Rábida, en el archipiélago de las Galápagos, hay una playa muy especial con una arena de color rojizo, gracias al alto contenido en hierro de la lava.

    Con el nombre del convento onubense donde Cristóbal Colón dejó a su hijo durante su primer viaje a América, la isla y su particular lago de agua salada es el refugio de flamencos y de una gran colonia de leones de mar.

  16. Pink Sands Beach, Bahamas

    Pink Sands Beach

    Por último, en las Islas Bahamas, más concretamente en Harbour Island, está la única playa rosa del mundo, gracias a la mezcla de las partículas de coral con los granos de arena.

    Una tonalidad única que aumenta la belleza de esta isla, donde casi todas las casas son de planta baja y están hechas de madera, y muchas de ellas datan como poco del siglo XIX. De hecho, son tan pocos habitantes y la isla es tan pequeña que el medio de transporte más utilizado son los carritos de golf.

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