El fuerte de Ínsua, en la desembocadura del río Miño, será habilitado como un lujoso hotel
El fuerte de Ínsua, en la desembocadura del río Miño, será habilitado como un lujoso hotel

Los castillos portugueses reviven como hoteles

El Gobierno del país vecino impulsa un plan para que inversores privados los exploten durante varias décadas a cambio de rehabilitarlos

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Portugal ha tomado cartas en el asunto de la degradación de sus edificios históricos a través de un plan de choque para evitar que la situación de dejadez experimentada en Lisboa se extienda por todo el país. El Gobierno de António Costa se ha propuesto desplegar en todo el territorio luso (incluidos los archipiélagos de Madeira y Azores) una interesante iniciativa denominada «Revive», donde convergen ideas procedentes de tres ministerios: Cultura, Economía y Finanzas. El proyecto busca atraer a inversores privados para que exploten los antiguos conventos y castillos como hoteles llenos de lujo y encanto a cambio de rehabilitarlos. La titularidad de los edificios continuará siendo estatal, pero obtendrán la concesión por un periodo de tiempo que oscilará entre los 30 y los 50 años.

El proyecto busca atraer a inversores para que exploten antiguos conventos y castillos como hoteles de lujo

El programa «Revive» arranca en el convento de San Pablo, ubicado en Elvas, sólo 20 kilómetros al oeste de Badajoz, y que se convirtió en pasto para las llamas durante un incendio que asoló la zona el pasado mes de agosto. Otras de las joyas que se acogerán a este plan son el impresionante monasterio de Alcobaça, entre Lisboa y Leiria, y que ostenta el título de ser la primera obra gótica erigida en suelo portugués, o el fuerte de Ínsua, una coqueta isla emplazada junto a la desembocadura del río Miño.

Después el plan se extenderá a castillos y conventos de Portalegre, Amarante, Coimbra, Peniche, Arouca, Lagos, Évora o Caldas da Rainha. También se dejarán sentir sus efectos a las puertas de Lisboa, en Oeiras y en Cascais, el municipio con la renta per cápita más alta de todo Portugal.

Para impulsar esta iniciativa, el Ejecutivo habilitará una línea de crédito de 150 millones de euros para los inversores y así satisfacer la creciente demanda de alojamientos con características especiales, que no solo aporten comodidad sino que permitan vivir experiencias en entornos históricos de ensueño.

La coordinada batería de medidas se suma al carro de la pujante explosión turística (un 10% del PIB) del norte al sur de Portugal, en parte debido a las cancelaciones de reservas que se producen en Turquía, Túnez o Egipto a causa de la inseguridad que existe por el terrorismo (y, en ocasiones, directamente de los atentados). Las pernoctaciones en Lisboa se han disparado en los dos últimos años, beneficiándose también de esta eclosión la franja cercana a Galicia: Oporto, Guimaraes, Braga y un largo etc.

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