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Destinos / UNA RUTA EN PIRAGUA DESCUBRE EL INTERIOR DE HUELVA

El reto del kayak por el Odiel

Día 11/10/2012 - 18.16h

El recorrido tipo consta de nueve kilómetros y comienza muy cerca de Zalamea la Real para terminar en Sutiel Coronada. La duración del trayecto es muy variable, ya que depende del caudal que lleve el río. Y de la pericia de los tripulantes de los botes, claro. Lo cierto es que da para repetir, puesto que siempre parece una experiencia diferente aunque se esté rodeado de la misma arboleda. Yo he probado en temporada seca y en temporada de lluvias. la cosa cambia, y vaya si lo hace. Cuando la corriente baja con fuerza, las aguas se vuelven realmente bravas. Por supuesto, el riesgo de caerse es mucho mayor. Pero todo forma parte de la diversión y el reto.;

En caso de que la canoa vuelque, la corriente llega a arrastrarte a un ritmo que incluso asusta. El control en esos momentos es fundamental, es posible que tengas que olvidarte de los remos y del kayak para preocuparte de agarrarte a una piedra. Si es posible, claro. A veces la superficie de las rocas está; bastante dentada y le da aún más emoción a la inevitable operación de rescate. La presencia constante de los restos de la época minera decimonónica le confieren un irresistible encanto a la experiencia. Este tramo fluvial se conoce como la ‘ruta de los molinos’, debido obviamente a la presencia de molinos que abastecían de agua a una mina cercana. Todo el recorrido estás rodeado por árboles. Una alternativa al kayak es seguir a pie un sendero paralelo al río. Aconsejable para quien padezca hidrofobia. La dureza extrema finaliza cuando se atraviesa bajo los restos de unos pilares gigantescos por donde pasaba el tren que recogía los minerales. Si el tiempo lo permite se hace una parada en la mina donde se puede ver los distintos colores de los estanques según el lavado del mineral. Aquí se extraía manganeso, azufre y pirita. La jornada no es sólo deportiva, sino también instructiva. Clase de historia y geología mientras se tonifican los músculos. La época del año para hacer esta aventura es indiferente. Siempre está disponible, incluso si hace frío es posible. Entre los trajes de neopreno y el ajetreo se lleva estupendamente. Se requiere estar algo en forma. No hace falta demasiado, pero no hay que olvidar que pueden ser incluso hasta cuatro horas de travesía. La mentalización es importante; no conviene arrepentirse a mitad de camino. Una empresa organizadora con un buen índice de satisfacción entre los participantes es una empresa de aventuras, llamada Andevalo Aventuras. Es aconsejable llamar previamente para conocer el estado del río. No menos aconsejable, casi de obligado cumplimiento, es pegarse un picnic tras la llegada para recordar anécdotas de la experiencia. Sería una especie de remedo del tercero tiempo en rugby pero en versión Odiel. Impagable.

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