Cinco de los miradores más impactantes en las montañas de Innsbruck

Guía imprescindible para conocer la capital de los Alpes, en Austria, y sus maravillosas montañas

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  1. Nordkette, la espectacular cara norte de Innsbruck

    Dos ciclistas en pleno descenso por la Nordkette
    Dos ciclistas en pleno descenso por la Nordkette - Tommy Bause/iNNSBRUCK TOURISMUS

    La cordillera Nordkette domina el lado norte de la ciudad y es un popular destino para excursionistas, senderistas y deportistas que alcanzan el Hafelekar (2.256 m), con el funicular «Nordkettenbahnen», diseñado por Zaha Hadid e inaugurado el 1 de diciembre de 2007. El viaje permite en solo veinte minutos dejar el palacio imperial y otros edificios céntricos de Innsbruck y encontrarse en el Tirol más salvaje, a vista de pájaro. En la cima sorprende el paisaje arisco y pedregoso de las montañas alpinas desde el que se divisa Alemania y los viejos refugios de los pastores, algunos ya abandonados como el «Geierwally Hutte» a solo 200 metros del funicular, que recuerdan la dureza de una región que durante muchos siglos permaneció aislada. Una vez arriba, en la impresionante mole de la cordillera norte, es posible acometer un descenso sin temor al vértigo en unas laderas siempre nevadas bajo un llamativo cielo de color azul intenso o tomarse, por ejemplo, una cerveza fresca al aire libre presenciando una exhibición de snowboard o free skiing al borde de una pista negra de Nordpark/Seegrube.

    Más información: www.innsbruck.info

  2. Patscherkofel, la montaña olímpica

    Niños ante unas vistas inmejorables, en Patscherkofel
    Niños ante unas vistas inmejorables, en Patscherkofel - Helga Andreatta/TVB Innsbruck

    Para los que se conformen con los paseos a pie existen también estupendas alternativas en la capital tirolesa. La más aconsejable es la que conduce a Patscherkofel, la montaña más legendaria de Innsbruck con otra gran vista del valle. Se llega a esta altura de 2.000 metros en solo unos minutos a través de un funicular que parte de Igls (900 m.). Una vez en la cima y tras saborear una nueva panorámica de Innsbruck desde un «iglú», bar y restaurante, se puede realizar un paseo alpino de siete kilómetros hasta Glungezer, muy plano y muy sencillo para cualquier excursionista, sea avezado o no, y atravesar un bosque centenario de cembros («Zirbenweg») con algunos ejemplares de más de 300 años. El camino, adornado en las primeras semanas del verano, por cientos de «rosas de los Alpes», es el lugar favorito de los tiroleses principalmente los fines de semanas cuando los turistas llenan la famosa ciudad de Maximiliano I. Los habitantes de Innsbruck suben entonces a sus montañas y llenan sus numerosos refugios. Pueden llevar su comida o sus pic-nic siempre que consuman la bebida en estas antiguas cabañas. Tras la jornada no conviene perderse el descenso en el telesillas Glungezer. Durante cuarenta minutos se «vuela» a través de un estrecho pasillo por las copas de los árboles tocando sus hojas en un espectáculo natural inolvidable y relajante. El destino final es un coqueto pueblo llamado Tulfes.

    Más información: www.innsbruck.info

  3. Las asombrosas vistas alpinas de Stubai y Ötztal desde Kuhtai

    Paraje alpino en la zona de Kühtai
    Paraje alpino en la zona de Kühtai - Markus Moser/TVB Innsbruck

    En Kühtai, a unos 30 kilómetros de Innsbruck, en el considerado pueblo más alto de Austria (2.020 m.). El Conde Christian zu Stolberg-Stolberg, bisnieto del emperador Francisco José I y de la popular Sissi, regenta en un antiguo pabellón de caza lo que es hoy un restaurante y hotel de cuatro estrellas, rodeado de pistas de esquí y snowboard. Desde 1281 a 1930 éste fue el único edificio que se podía divisar en un paraje alpino encantador al final de un hermoso valle y hace 11 años su legítimo propietario, descendiente de Valéry, hija menor y favorita de la famosa pareja imperial, tomó la decisión de convertirse en el manager de un establecimiento turístico con alma aristocrática.

    En el interior del edificio el restaurante ha adquirido fama por sus especialidades regionales, con mención especial al Kaiser Schmarrn (La tontada del emperador), un enorme postre de frutos del bosque que apasionaba a Francisco José, pero también deleitan las 37 habitaciones del hotel decoradas en madera que desprenden un aire nostálgico de otras épocas. Todas ellas están presididas por un gran crucifijo en su interior y llaman la atención sus puertas de acceso, asombrosamente pequeñas, que el propio conde atraviesa con dificultad por sus más de 190 centímetros de estatura. En el exterior asombran las magníficas vistas alpinas de Stubai y Ötztal o los paseos por el Camino de los Mineros, una atractiva vía de pastores y cazadores furtivos restaurada que transcurre por el valle Wörgetal desde Kühtai hasta Hochötz. El camino muestra la actividad minera que tuvo lugar en este valle hace 400 años.

    Más información: www.innsbruck.info

  4. Por el Camino del Águila

    Vistas desde el Monte Hafelekar
    Vistas desde el Monte Hafelekar - Nordkettenbahnen/TVB Innsbruck

    Esta espectacular vía transcurre de este a oeste como las alas de un águila entre St. Johann y Arlberg. El camino se compone de 31 etapas con un recorrido total de 280 kilómetros. Tres de estas estas etapas atraviesan la región de Innsbruck y el valle Sellraintal, lugares para practicar senderismo en estado puro por paisajes con una vistas excepcionales que concentran las tradiciones y la historia del Tirol. Para iniciar la ruta de Adlerweg, el sendero del águila, lo más conveniente es tomar el funicular Nordkettenbahn hasta el apeadero de Seegrube. Desde este punto hay que remontar el monte Hafelekar hasta el refugio de Pfeisshütte por lo que se conoce como el sendero de Goethe, pasando por un observatorio de radiación cósmica del país. La marcha puede durar unas cinco horas. Inf: www.innsbruck.info / www.adlerweg-tirol.at

  5. La ciudad a tus pies desde el trampolín de saltos Bergisel

    Trampolín de saltos de Bergisel
    Trampolín de saltos de Bergisel - Christof Lackner/TVB Innsbruck

    El más famoso trampolín de saltos de Europa ofrece una vista excepcional de Innsbruck con su cementerio en primer plano. Esta plataforma alpina se encuentra en un lugar emblemático de la capital de la región donde los tiroleses lucharon por la independencia en 1809 contra los franceses y por eso es muy frecuente ver a sus habitantes pasear por estos alrededores. La pista de saltos de esquí fue construida en 1925, ampliada con motivo de los Juegos Olímpicos de 1964 y 1976 y renovada en 2002. La altura de la torre es de 50 metros, la longitud de la pista de despegue, 98 metros, y el aforo de 28.000 espectadores Vale la pena tomar una copa o un café en el restaurante panorámico, acondicionado en la cúspide del trampolín a 43 metros de altura.

    Más información: www.innsbruck.info

  6. Innsbruck card

    La tarjeta Innsbruck Card permite descubrir la capital del Tirol y sus pueblos de los alrededores. Es válida durante todo el año para 24, 48 o 72 horas consecutivas y sirve en verano también para disfrutar de la naturaleza. Con ella el transporte público en la ciudad y a algunas cercanías está incluido, así como la entrada a varias atracciones turísticas y subida a cuatro teleféricos de montaña y tres telesillas de forma gratuita. La tarjeta se adquiere en todas las oficinas de turismo de Innsbruck y de sus pueblos, en muchos hoteles y en muchas de las atracciones visitables, entre las que destacan la Iglesia de la Corte, el Palacio Imperial, el salto de trampolín de Bergisel, el castillo de Ambras,el Museo del tejadillo de oro y el zoo alpino. Precios: 33 € (24 horas), 41 € (48 horas) y 47 € (72 horas)

    Más información: www.innsbruck.info

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