LEÓN

La mina de oro más extensa del mundo antiguo está en España

Las Médulas, la gran explotación aurífera del imperio romano, acaba de celebrar sus veinte años como Patrimonio de la Humanidad

Vídeo: Descubre Las Médulas y sus secretos ATLAS

MAR RAMÍREZ

Desmesuradas, únicas y doradas, las areniscas del paraje leonés de Las Médulas fueron desenterradas hace más de dos mil años por los romanos quienes crearon esta gigantesca mina a cielo abierto para extraer oro . El resultado es un paisaje inverosímil de callejos y pináculos, tan hipnótico que mereció su inclusión hace veinte años (se cumplieron en diciembre) en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco . Y para celebrarlo recorremos el legado que el imperio romano, el mayor que ha existido en el mundo occidental, dejó en Las Médulas.

Las Médulas son unas montañas desgarradas en infinitos jirones de arenas rojizas con agujas de roca y esbeltos picachos que se contorsionan hacia el cielo entre barrancos bermejos y cavidades de una negrura de noche sin luna.

Antes de acceder desde el pueblo del que toman nombre conviene acercarse hasta la localidad de Orellán , para desde un mirador de lujo, por sus perspectivas, contemplar la explotación aurífera más extensa del mundo antiguo y una impresionante obra de ingeniería.

Un laberinto de formas anaranjadas que se incendia cada día a medida que avanza el ocaso y sobre el que los castaños, procedentes de semillas de Oriente traídas por los romanos, se encargan de pintar aún más dorado o salpicar de verde con sus matices vegetales y el paso de las estaciones.

Cueva de Orellán en las Médulas, León

Pero no siempre el panorama fue así. Hace dos mil años sobre estos materiales paleozoicos de origen aluvial, crecían las encinas, quejigos y enebros . Mientras, mediado el siglo I aC, Roma anexionaba por fin a su gran imperio el último bastión ibérico, el del noroeste. Durante dos siglos, los pueblos cántabro y astur que ocupaban esta área peninsular, se habían resistido con bárbara tenacidad a las ofensivas de las tropas romanas. La ansiada conquista llevó hasta Hispania al propio emperador Augusto comandando sus legiones. Ponerse al frente de tal ofensiva respondía no solo a la ampliación de su imperio sino por un codicioso interés ante la riqueza mineral de la zona.

Coincidía la conquista con la modificación del sistema monetario romano, que establecía a lo largo y ancho de su imperio la moneda de oro o aureus y la de plata o denarius como vehículo de las transacciones comerciales.

Esa misma tenacidad de la población de los castros prerromanos parece similar a la de las fuerzas de la naturaleza que 125 millones de años antes habían arrastrado el oro de los abundantes y lejanos yacimientos primarios o lugares donde el mineral se acumulara en forma de vetas o filones ligados a otros minerales como el cuarzo.

Las Médulas, lLa explotación aurífera más grande del Imperio Romano Maite Bartolomé

Junto con arena, cantos rodados, arcilla y grava se depositó en Las Médulas en forma de conglomerado quedando el oro desligado; lo que se conoce como oro libre . Cuando la partícula de oro, la pepita, queda en un curso de agua, brilla, pero si la arena aurífera se deposita entre otros materiales, la única manera de descubrirla es lavándolos.

Y es así como un paisaje mágico, Las Médulas, comenzó a surgir gracias a la erosión producida por el agua utilizada para desplazar colosales cantidades de tierra mediante el ruina montium, un sistema de explotación extensivo con el que lograron remover 240 millones de metros cúbicos de montañas.

El agua recogida de fuentes y arroyos de los cercanos montes Aquilianos, logró ese movimiento del terreno que no fue en vano: deparó a las arcas imperiales casi un millón de kilos de oro. Dejó 50 canales y grutas que suman más de 100 kilómetros sobre las 1.115 hectáreas que, en el oeste de León, abarcan el paisaje que hizo de Las Médulas una huella única a nivel mundial, un territorio dorado y silencioso cuyas sendas recorremos.

Sendas entre las minas

Las Médulas, en El Bierzo (León)

La senda Perimetral -14,3 km, en bici o a pie- permite descubrir todos los pasos de la minería romana y la importancia que el agua poseía en la extracción, que dio origen a humedales y lagos de la zona.

El itinerario de Las Valiñas es circular con inicio y fin en el pueblo de Las Médulas. En 1 km de camino asfaltado y senda nos lleva entre castaños, huella de la transformación del paisaje minero a una explotación agrícola, con bellos ejemplares así como los nogales que acompañan la senda.

Apta para toda la familia, así como para los amantes de la bici, la senda del lago Somido no presenta dificultad en su 1 km de longitud para ver el lago surgido por el drenaje diseñado por los romanos. El lago de Somido, hoy un paraíso para las aves, fue un canal de evacuación de la mina.

Caminos de tierra nos llevan al paraje de El Valgón , un canal que comunicaba con el área de explotación de los Jardínes del Rey y junto al canal de La Frisga al realizar el itinerario de Los Conventos de 4,3 km.

La ruta de Los Poblados permite conocer cómo los habitantes prerromanos cambiaron su forma de vida agrícola por las minas, lo que a su vez modificó su estructura social cuya huella aún se contempla en el castrelín de San Juan de Paluezas, el castro de Borrenes y el asentamiento metalúrgico de Orellán.

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