Torres del Pilar, vistas desde el Museo del Foro Romano de Zaragoza
Torres del Pilar, vistas desde el Museo del Foro Romano de Zaragoza - FABIÁN SIMÓN

Diez visitas para exprimir una escapada a Zaragoza

No solo de las fiestas del Pilar vive Zaragoza. Cualquier fin de semana es bueno para viajar a Aragón

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  1. La Expo

    La Torre del Agua, un alarde arquitectónico
    La Torre del Agua, un alarde arquitectónico - FABIÁN SIMÓN

    En 2008, la estampa de Zaragoza cambió para siempre. La silueta de su paisaje se remozó con la construcción del recinto de la Expo, un conjunto de edificios magníficos en diseño –y en esfuerzo inversor–. Pasear por sus amplios espacios y disfrutar de su estampa en plano corto no deja indiferente. La Torre del Agua, erguida como vigía del recinto, es un alarde de arquitectura y diseño, una suerte de minarete futurista. El Pabellón Puente es otro de los símbolos. Diseñado por la desaparecida arquitecta británico-iraquí Zaha Hadid, sorprende a quien lo ve y lo recorre por su interior.

  2. Las riberas del Ebro

    Basílica del Pilar, en Zaragoza, vista desde el Ebro
    Basílica del Pilar, en Zaragoza, vista desde el Ebro - FABIÁN SIMÓN

    El Ebro ha moldeado la historia y la identidad humana de Zaragoza. El profundo acondicionamiento de sus riberas llevado a cabo también al calor de la organización de la Expo de 2008 hace de este largo paseo junto a las aguas del gran río una forma de acercarse hasta la zona más histórica de la capital aragonesa desde la parte más moderna de la urbe.

  3. Mercado Central

    Fachada del Mercado Central de Zaragoza, diseñado en 1901 por el arquitecto aragonés Félix Navarro Pérez
    Fachada del Mercado Central de Zaragoza, diseñado en 1901 por el arquitecto aragonés Félix Navarro Pérez - FABIÁN SIMÓN

    Piedra, hierro y cristal tejen la estructura del Mercado Central de Zaragoza. Se terminó de construir en 1903, ocho años después de que empezara a concebirlo el arquitecto Félix Navarro con influencias parisinas de la época. Está declarado Monumento Nacional desde el año 1978. Es el testimonio vivo de la historia del comercio detallista, de la compra diaria en un edificio elevado –con sobrado mérito– al rango de joya arquitectónica. Está a un paso de la Plaza del Pilar. Su exterior está dominado por su cuidada fachada principal, que fue diseñada con elementos de gusto neoclasicista.

  4. Basílica del Pilar

    Basílica del Pilar, en Zaragoza
    Basílica del Pilar, en Zaragoza - FABIÁN SUMÓN

    Preside la ribera del Ebro en el corazón de la ciudad –no solo en el sentido geográfico, sino sentimental–. Con casi 9.000 metros cuadrados de planta, es un grandioso templo barroco que se empezó a construir a finales del siglo XVII. Su edificación, sin embargo, no acabó hasta bien avanzado el siglo XX –que fue cuando se terminó de construir la última de las grandes torres situadas en los ángulos del templo–. La sucesión de épocas arquitectónicas, sin embargo, no comprometieron la homogeneidad estética de una obra que se erige con espectacular sintonía artística. Conviene dedicar un tiempo reposado a disfrutar de los detalles interiores del templo. El conjunto incluye el Museo Pilarista y los domingos se ofrece la posibilidad de subir a lo alto de una de sus torres para disfrutar de una panorámica de la ciudad.

  5. La Seo

    SEO de Zaragoza
    SEO de Zaragoza - FABIÁN SIMÓN

    Es la otra gran catedral de Zaragoza y situada en discreta vecindad con la Basílica del Pilar, en uno de los extremos de su gran plaza. La Seo –Catedral de El Salvador– se levanta en la zona en la que estuvo el foro de la ciudad romana. Se empezó a edificar en el siglo XII: el románico de la Reconquista aprovechó el emplazamiento de la mezquita que por entonces había allí. El delicado arte mudéjar, el gótico y el barroco se funden en esta catedral.

  6. El Tubo

    Calle de El Tubo, en Zaragoza
    Calle de El Tubo, en Zaragoza - FABIÁN SIMÓN

    Junto a la Plaza del Pilar arranca el ovillo de calles que conforman el Casco Histórico de Zaragoza. Y, entre ellas, conviene buscar El Tubo, la emblemática arteria urbana cargada de historia y de presente gastronómico. Salpicada por veteranos bares y restaurantes, pasear por su histórico callejero –y hacer parada y fonda– es cita obligada.

  7. Museo Goya

    Interior del museo Goya, en Zaragoza
    Interior del museo Goya, en Zaragoza

    También en el Casco Histórico se abre paso la obra de Francisco de Goya en forma de museo, el Museo Goya creado y gestionado por Ibercaja. Se localiza en una de las muestras singulares de la arquitectura palaciega del Renacimiento zaragozano (calle Espoz y Mina, 23). Sus fondos los integran medio millar de obras, entre las que destacan quince de Goya, además de las colecciones completas de los grabados. Todo ello acompañado por piezas de autores anteriores, coetáneos y posteriores al genio de Fuendetodos.

  8. Teatro Romano

    Taatro romano, de Zaragoza
    Taatro romano, de Zaragoza - FABIÁN SIMÓN

    El Museo del Teatro Romano es uno de los que se ofrecen al visitante para aproximarse a la ciudad bimilenaria, Caesaraugusta, junto a los dedicados al Foro, a las Termas y al Puerto Fluvial. Este teatro tenía capacidad para unos 6.000 espectadores. Fue excavado con esmero y se asoma majestuoso, integrado ahora en el conjunto completado por el museo dedicado a este emblemático resto romano de Zaragoza. Está en la calle de San Jorge –perpendicular a C/Don Jaime y a tiro de piedra de El Tubo–.

  9. Paseo de la Independencia

    Paseo de la Independencia, en Zaragoza
    Paseo de la Independencia, en Zaragoza - Héctor Ochoa 'Robot8A'

    Centro neurálgico de la ciudad, está acotado por las plazas de España y Aragón. A una de sus orillas se alza una de las mejores portadas platerescas de España, la de la iglesia de Santa Engracia. Unos metros más allá, tras el otro extremo de Independencia, el bello edificio del Paraninfo, antigua sede de la Facultad de Medicina que actualmente alberga el Rectorado. Desde allí, un recorrido por el centro comercial y urbano por excelencia de la capital aragonesa es también una recomendable cita para el visitante.

  10. Palacio de la Aljafería

    Vista nocturna del exterior del Palacio de la Aljafería
    Vista nocturna del exterior del Palacio de la Aljafería - FABIÁN SIMÓN

    Es uno de los mejores exponentes de la belleza y sutileza del arte palaciego islámico que se conserva en España. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2001, fue levantado en el siglo XI como muestra del esplendor del reino taifa de Zaragoza. Sirve de sede a las Cortes de Aragón y conserva los elementos más característicos de lo que fue un edificio que, en su origen, fue conocido como el Palacio de la Alegría. Recorrer sus patios de arquitectura islámica aíslan al visitante en un viaje por el tiempo mil años atrás. Sobrio en su exterior, mole fortificada fruto de sucesivas ampliaciones y remodelaciones en siglos posteriores, su interior se asoma en múltiples dosis de refinamiento oriental. Recinto cuidado por los reyes cristianos tras la Reconquista, fue palacio de los Reyes Católicos. También quedó la belleza de esa impronta posterior. Dan fe de ello sus influjos renacentistas.

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