Castilla y León

Cómo exprimir una escapada de 48 horas en Ávila

La naturaleza, el patrimonio y la gastronomía son las piezas claves de la oferta turística de esta provincia a un paso de Madrid

Enigmática estampa del Valle del Tiétar DIP. ÁVILA

M. Gajate

Comenzar un sábado descargando adrenalina vía piragüismo, rutas ecuestres, senderismo o ciclismo de montaña y continuar la conexión con la naturaleza en una espectacular zona de «birding» en la que disfrutar de una de las mayores concentraciones de buitre negro de país, para, al día siguiente, cambiar de tercio, adentrarse en la historia de la Transición con el Museo en honor a Adolfo Suárez en su municipio natal e, incluso, viajar más muy lejos en el tiempo con los famosos Toros de Guisando de El Tiemblo, que remontan a la cultura celta. Todo ello, bañado con caldos de la Denominación de Origen Protegida Vinos de Cebreros y con un buen chuletón como receta infalible para tomar fuerzas. Es un ejemplo de cómo exprimir al máximo 48 horas en la provincia de Ávila, un territorio rico en patrimonio verde, artístico y gastronómico a un paso de Madrid .

No es un destino vacacional habitual pero su papel como escapada va ganando cada vez más peso. Y es que esta provincia es el lugar idóneo para quienes deseen vivir al máximo un breve viaje cargado de experiencias. La anterior ruta citada se corresponde con el Valle de Alberche y Tierra de Pinares , pero toda comarca abulense es apta para planificar un fin de semana similar.

Cada zona tiene su encanto. Desde los colores que tiñen el Valle del Corneja, cuna de una pléyade de hombres ilustres y sede de un rico patrimonio artístico, al turismo religioso que brindan Arévalo y La Moraña, tierra de San Juan de la Cruz, donde la escasez de canteras de piedra y la posible presencia de población de ascendencia árabe-converso propició la construcción de templos de estilo románico-mudéjar.

Nada que ver estos rincones con el Valle del Tiétar , un paisaje lleno de contrastes, con pintorescos pueblos con encanto, calles de piedra y floridos balcones -indispensable la visita a Las Cinco Villas-; ni con la Sierra de Ávila salpicada de sus particulares chozos; o con las altas cumbres de Gredos , corazón pétreo de España, como la definió Unamuno.

En todos estos puntos, el viajero encontrará el trinomio naturaleza-cultura-gastronomía. Así, en los distintos espacios hay hueco para las tres experiencias aunque el viajero escoja, en cada caso, dar mayor protagonismo a una de ellas. Los ávidos de aventuras se inclinarán por enclaves con oferta de turismo activo y se enamorarán de los cielos abulenses, el de Gredos es uno de los pocos certificados en el mundo como «limpios» de contaminación para disfrutar de las estrellas. Por su parte, los amantes del arte y la historia buscarán cobijo a la sombra del Patrimonio Mundial de la Humanidad de la capital amurallada o de los vestigios de los vetones que se conservan en sus castros. Los más tradicionales tratarán de ser testigos de la Semana Santa, las mascaradas de invierno o los carnavales. Finalmente, aquellos a los que les caracteriza el buen yantar harán que su camino se cruce con unas judías de El Barco de Ávila o un tostón de Arévalo.

Para poder planificar la escapada, en www.turismoavila.com se pueden tomar como ejemplo varias propuestas para viajes de 48 horas. Quienes solo tengan tiempo para una visita exprés, también cuentan con opciones de 24 horas. En cualquier caso, para que la experiencia sea más auténtica, nada mejor que optar por alojamientos rurales en un territorio líder en este tipo de turismo.

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