Foto subida a la red social Imgur de la estatua de Guan Yu en Jinzhou
Foto subida a la red social Imgur de la estatua de Guan Yu en Jinzhou - Imgur

Las estatuas más grandes (y horteras) de la «arquitectura rara» china

Dedicadas al general Guan Yu, héroe de los Tres Reinos, dos estatuas de dudoso gusto miden unos 60 metros y pesan, respectivamente, 1.200 y 2.500 toneladas

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Desde una licorería con forma de botella hasta un hotel cuya fachada se compone de tres estatuas gigantes de dioses, la «arquitectura rara» de China se ha erigido en sí misma en un monumento al «kitsch». A su amplio catálogo de horrores se acaba de sumar otra enorme horterada, no solo de mal gusto sino también de tamaño.

Con casi 60 metros de altura, se acaba de terminar en la ciudad de Jinzhou, en la provincia central de Henan, una descomunal estatua de bronce del marqués Guan Yu, famoso general de la Época de los Tres Reinos (220-280, después de Cristo) que es venerado por los chinos como un dios de la riqueza. Y, sin duda, una fortuna debe de haber costado su efigie, ya que ha sido construida con bronce y pesa 1.200 toneladas, cinco veces más que la Estatua de la Libertad.

A pesar de tan bárbaras dimensiones, no es la mayor estatua levantada en China en honor de Guan Yu. En Yuncheng, su pueblo natal de la provincia de Shanxi, se alza una estatua de 2.500 toneladas de acero y cobre que mide 61 metros, la edad con la que se supone que murió en el año 220. Debido a la admiración que le profesan muchos chinos, dicha estatua es el principal destino turístico de la zona a pesar de su más que dudoso gusto estético.

Quién fue Guan Yu

Admirado por su valentía y lealtad, el general Guan Yu servía a las órdenes del señor feudal Liu Bei al final de la dinastía Han Oriental (25-220). Además de por su rectitud, es famoso por cortar a sus enemigos en dos con el «yanyue dao», una alabarda que él mismo confeccionó. Muerto por la traición de dos de sus generales, su vida se plasma en el inmortal «Romance de los Tres Reinos», que mitificó su figura hasta convertirlo en un dios venerado especialmente en el sur de China, Hong Kong y Taiwán.

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