Cueva de luciérganas en Waitomo, Nueva Zelanda
Cueva de luciérganas en Waitomo, Nueva Zelanda - JOSEPH MICHAEL

La increíble cueva que parece una noche estrellada

Una especie de luciérnagas endémicas de Nueva Zelanda convierte esta cueva en un lugar único

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Bajo el suelo subterráneo de las verdes colinas de Waitomo yace un laberinto de cuevas que alberga un espectáculo de luces. Una especie de luciérnagas endémicas de Nueva Zelanda, conocidas como «Arachnocampa Luminosa», que durante su fase larvaria desprende una luminosidad que bajo la oscuridad de las cuevas recuerda a la visión de una noche estrellada.

Uno de los «culpables» del asombro que nos provoca este lugar es el fotógrafo neozelandés Joseph Michael, autor de un trabajo visual bautizado como Luminosity. Sus fotos son mágicas, a la altura del escenario. Con su autorización, publicamos algunas de sus fotos en esta página.

Esta mágica gruta donde verás esta galaxia de luciérnagas nativas forma parte de un viaje lleno de aventuras a través de cuevas, ríos y simas subterráneas que aloja las colinas de Waitomo, al sureste de la región de Waikato, a tan solo dos horas de Auckland (Nueva Zelanda).

El nombre de la zona de grandes colinas proviene de dos palabras maoríes «wai» (agua) y «tomo» (hoyo), y se dice que los «hoyos» o cuevas se originaron por la presión que ejercía las corrientes de los ríos sobre la piedra caliza blanda hace miles de años. En muchas de estas cuevas se asoman estalactitas y estalagmitas, unos puntiagudos conos de rocas estratificadas formadas por el goteo del agua que se formaron durante siglos.

Pero lo más sorprende de este recorrido es la luminosidad que desprenden estas famosas luciérnagas, que durante muchos años se creía que estaba relacionada con el escarabajo europeo, hasta que el 1886 un profesor de Christchurch, en la región Canterbury (Nueva Zelanda), mostró que era una larva de mosquito autóctona de la región y no un escarabajo como se creía inicialmente. La especie se llamaba Bolitiphila luminosa, antes de ser rebautizada como «Arachnocampa luminosa» en 1924.

Para acceder a las cuevas y observar la famosa noche estrellada se puede hacer a través de los tours que organiza la propia región de Waitomo. La forma de hacerlo, es desde una pequeña barca que navega silenciosamente por los ríos subterráneos, con sonidos acústicos de fondo que te dejarán atónito de la belleza que desprende en su totalidad.

Para los más aventureros, los guías ofrecen circuitos únicos donde podrás nadar y flotar en grandes cámaras de goma sobre pequeños estanques de agua, o descender por la oscuridad de las cuevas en rappel y tirolesa.

La cueva con luciérnagas «es probablemente una de las aventuras más memorables de su viaje», según comentó un turista en Tripadvisor. La experiencia merece la pena, pues un lujo a pocos metros bajo la tierra es algo que se debería ver una vez en la vida.

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