En venta la casa encantada más famosa de Massachusetts

En la vivienda, construida en 1875, murieron al menos seis personas

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Vivir en una casa encantada ha quien lo encuentra tentador. Dejarse llevar por lo desconocido y descubrir el misterio del más allá en una residencia donde los más prestigiosos estudios de lo paranormal han acreditado «efectos físicos» fuera de lo común es posible en Gardner, Massachusetts. Otros, sin embargo, preferirán hacer un viaje virtual por esta mansión victoriana en venta, construida por el magnate de los muebles Sylvester K. Pierce en 1875 y que guarda en su interior el recuerdo de, al menos, seis muerte.

Las más recordadas son las Edward y Bessie Pierce, junto con su hija, Rachel, los últimos miembros de la familia que habitaron la casa. Bessie Pierce murió en la década de 1950, la muerte de Edward fue en 1967 y tuvo lugar en el sótano de la mansión mientras que la niña perdió la vida a los dos años por la gripe española.

Otra muerte confirmada en el interior de la vivienda fue la de Jay Stemmerman, al parecer un inquilino que habitó la casa en la década de 1960. Su muerte es un misterio ya que se encontró su cuerpo calcinado pero el fuego no se había propagado por la habitación, al parecer fue víctima de una combustión espontánea.

Los nuevos propietarios

La mansión se puso en venta en 2008 y pronto atrajo a la pareja formada por Edwin González y Lillian Otero que la habitaron durante un tiempo en el que sus sueños por vivir en una mansión victoriana se transformó en pesadillas constantes por -según sus propietarios- presencias misteriosas que les atormentaban noche y día con portazos inexplicables a altas horas de la madrugada, voces en el sótano o figuras misteriosas por los pasillos.

Fue entonces cuando los nuevos dueños decidieron abandonar la vivienda, que ha sido estudiada por expertos en lo paranormal, y puesta en venta por 329.000 dólares, algo más de 300.000 mil euros, para una propiedad señorial de 1.875 que impresiona tanto en su exterior como su interior.

Con una fachada de época victoriana de tres plantas en tonos amarillos y verdes está cubierta por una rica ornamentación con extensiones de vivienda en forma de porches y galerías así como una torre central bajo cubierta de la clásica pizarra.

Su interior es digno de visitar. El hall de entrada da la bienvenida a un recorrido impregnado por la esencia de los años tanto en la decoración como en la estructura. Su noble escalera de madera maciza sirve de eje conductor por una mansión de planta irregular con diez habitaciones y tres cuartos de baño. La casa parece anclada en el tiempo: paredes empapeladas, clásicas molduras en los techos, ventanales decorados y visagras de 140 años trasladan al visitante a un mundo donde pasado y presente se dan la mano.

Ver los comentarios