«Rise of the Tomb Raider»: Lara Croft vuelve a brillar

Su vuelta marca un punto de inflexión.Tras el «reboot» protagonizado hace tres años en la que se trabajó el origen de la mujer de las dos pistolas, «Rise of the Tomb Raider» vuelve a colocar a la mayor heroína de los videojuegos en un espacio muy merecido. Al calor de los nuevos tiempos en los que se reclaman una mayor libertad de movimientos, la producción de Crystal Dynamics, de factura impecable, ahonda en una idea por la cual la historia y la acción se alinea.

Y hablamos de un título que sigue explorando el ascenso de una joven Lara Croft, que se ve obligada a emprender, por su fuerte sentido de la moralidad, una aventura que esconde varios secretos ocultos.

La figura de su padre, perpetuo en su mente, le sirve de guía hacia el éxito. O la adversidad, porque la dura mujer que se nos presentaba en otras épocas muta hacia una nueva imagen, más frágil, que sufre por las heridas y los rasguños, cuyo cuerpo se desvanece en un tira y afloja continuo con la muerte.

De una ternura muy voluble, el jugador toma los mandos de un personaje que conoce perfectamente, pero que, pese a todas las historias vividas, se sumerge en una atmósfera diferente. Nos encontramos en Siberia. Allí está ella, joven y guapa. Adorable en todos los sentidos. Pero por poco tiempo. El jugador ya entra en materia e intuimos por dónde van los tiros. Y decimos «tiros» porque, aunque al principio la presentación de los personajes se dilata en el tiempo, los hay. Y muchos. La trama se plasma en el enfrentamiento entre Lara Croft contra la llamada Trinidad.

El videojuego de acción en tercera persona cuenta con cuatro niveles de dificultad (Aventurera, Tomb Raider, Saqueadora Experta y Superviviente). Con un nivel de detalle excelente, en donde los paisajes y entornos son tremendamente bellos, cabe decir que en las secuencias jugables los rostros, por ejemplo, no rozan la perfección. Sí ofrece sensaciones excitantes como los momentos en los que nos adentramos por pasillos rocosos llenos de escorpiones que nos producen hasta estremecimiento. Las posibilidades de destrucción de escenarios son bastante altas, por lo que sufren deterioros ante las balas.

Es posible escalar paredes de rocas con un piolet, además de un convencional sistema «parkour», tremendamente vertical, que reflejan la esencia de una serie que muchos acabarán por comparar: Uncharted. El controlador de la consola Xbox One juega un papel importante para mejorar la experiencia. Momentos de peligro, vientos animan nuestras manos. El motor de vibración se ajusta a estas secuencias. La ambientación y el poderío técnico aúnan esfuerzos para procurar responder a las nociones más básicas de divertimento.

Juega con el espectáculo, con los imprevistos y las sorpresas para generar tensión y emoción. Ahí también entra la música seleccionada, muy cinematográfica, que desequilibra la balanza a favor de la experiencia de juego. El sistema de guardado automático es frecuente y los procesos de carga son ágiles, con lo cual podemos caer al vacío sin desesperar. El equilibrio entre las secuencias cinemáticas y las escenas jugables están bien implementadas. Se funden perfectamente. Para lograr ese equilibrio entre la narrativa y la acción, el juego mantiene esa lineabilidad propia de este tipo de juegos en donde uno no se puede salir del guión establecido ni tampoco intentar escapar de ello. Y esa es su fórmula.

No innova en ningún caso, pero se encuentra a la altura de las circunstancias a pesar de que algunas inconsistencias argumentales dan resultado a situaciones algo predecibles. De hecho, supone una correlación de conceptos: hace una llamada al pasado, pero mira al presente en cuanto a los títulos de acción se refiere. Se introduce otras maneras de deshacerse de los enemigos mediante el sigilo, atacando por detrás y ahogándolso. Lo que nos permite administrar la munición. Será una habilidad tremendamente eficaz.

El juego está pensado para la exploración, una tarea que bunda, y la resolución de puzles. Estos son dos de sus principales pilares que lo convierte en todo un desafío. Recogida de objetos, dinero, lectura de manuscritos permiten mejorar las habilidades del personaje. En consecuencia, es importante llevar a cabo diversas acciones que fomenten la subida de XP, tales como analizar los tesoros hallados para recibir más información de la historia. Se puede activar el llamado «Instinto de supervivencia» que ejecuta el truco de desvelar los objetos que nos rodean. Conocer las pistas, vamos.

El sistema de coberturas, automatizado, responde a la necesidad de derrotar a todos y cada uno de los enemigos a los que se enfrenta la protagonista. Todo sucede bajo una Inteligencia Artificial coherente (aunque claramente mejorable), en donde la presión ejercida por los pistoleros rivales es constante.

Hay momentos de tranquilidad, situados alrededor de una serie de hogueras (sistema de campamentos que replica de la anterior entrega) que nos vamos encontrando. En ellas se activa el árbol de las habilidades y la mejora de las armas. Sirve, a su vez, de acceso directo a la zona. También podremos cazar animales salvajes, algunos de los cuales nos harán pasar por delicadas situaciones. A lo largo de la exploración se pueden obtener elementos y consumibles para ponerlo en práctica en los combates. Así, recogiendo ramas de la vegetación y plumas se pueden fabricar flechas o uniendo varios elementos, explosivos.