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«Animal Crossing: Amiibo Festival»: Mercadeo infantil en un tablero de mesa

Mantiene sus conceptos de iniciación en la economía con una ligera estrategia pero en un formato lento y con menos alicientes

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El mundo blando y sin aristas de Animal Crossing es uno de los grandes exponentes actuales de videojuegos inocuos para los más pequeños. Un pueblo agradable, bien intencionado, una comunidad unida y colaborativa con unos personajes bondadosos. Una aldea de colores pastel que no se queda en el envoltorio de un dulce, sino que, sin ser educativo, introduce en el aprendizaje de valores económicos para asimilar el ahorro, la ley de la oferta y la demanda, el principio de la escasez y comprender dinámicas básicas de la economía.

La serie Animal Crossing cuajó como simulador de vida en un mundo relativamente abierto y con una concepción real del paso del tiempo. El éxito de la franquicia ha generado una serie de productos derivados con mecánicas diferentes, como el reciente «Animal Crossing: Amiibo Festival», solo disponible en Nintendo Wii U.

El título sigue un planteamiento de juego de mesa, con sus mismas cualidades y defectos, sobre todo teniendo en cuenta que es un videojuego. El respeto de los turnos, el lanzamiento de dados virtuales, la lentitud de la partida y la escasez de alicientes hacen que el juego tenga escaso interés para un público no muy infantil.

«Animal Crossing: Amiibo Festival» mantiene, sin embargo, elementos propios de la saga que enlazan con su tradición. Al fin y al cabo, la base del juego es conseguir riqueza mediante la compra de nabos en subastas y su venta en el mejor momento, acompañado por un tablero con variables en sus casillas. Un planteamiento que podría despertar interés a un público más amplio pero que, por su formulación en un sistema casi puro de juego de mesa, tiende al sopor para los ya iniciados.

No cuenta apenas con minijuegos que aderecen el recorrido ni inviten a la rejugabilidad; aunque los muy niños se podrán contentar con un planteamiento comprensible, asimilable y capaz de dominar, y unos diálogos hechos a su medida.

El juego requiere de la utilización de los «amiibo», esto es, figuras físicas de los personajes que, mediante el lector de reconocimiento de objetos incorporado en el mando de Wii U, pasan ser personajes jugables.

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