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Mira en el video un «gameplay» del juego - J.M.S.
ANÁLISIS

«Project Cars»: belleza pura

Slightly Mad Studios lanza la edición juego del año de este simulador de coches que rompe moldes pero vuelve a pecar de falta de contenido

MADRID Actualizado: Guardar
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La pasión por la velocidad se mueve en paralelo a la industria del videojuego. La infinidad de títulos que uno recuerda que reproducen vehículos es inmensa. Unos pequeños detalles, unos escasos matices equilibran la romana hasta apoderarse de los mandos. Es un desafío aportar una innovación y diferenciación en un género tan recurrente. «Project Cars», que acaba de presentar su edición de «juego del año», representa esa luz de esperanza en aquellas propuestas que se centran únicamente en las carreras y la competición en pistas.

El título de Slightly Mad Studios invirtió mucho tiempo con la comunidad para trazar las ideas de lo que representa y debe representar un videojuego de simulación de conducción. En esta edición se solventan los «bugs» y problemas técnicos de la versión original lanzada hace un año manteniendo, eso sí, su esencia y rozando casi el buen rendimiento gráfico.

Se incluyen todos los contenidos adicionales y, como atractivo para los amantes del mundo del motor, se añaden 50 nuevos coches hasta completar un catálogo de 125. Con honrosas excepciones como Ferrari o Porsche. Cuatro pistas, que se unen a las 35 ubicaciones, ofrecen una amplia variedad. La iluminación, el nivel de detalle es uno de su puntos positivos.

Donde más valor se imprime es el apartado técnico dedicado a la personalización de las prestaciones y características que casi hace falta un máster para sacarle partido. Requerimientos, valores, potencialidades y una infinidad de opciones sirven de base para el ascenso de los pilotos virtuales al universo de la competición. Se sumerge uno en una serie de carreras en donde, además del control de vehículos, hay que sortear esa llamada climatología dinámica que hace que, de golpe y porrazo, uno se vea envuelto en un trazado cubierto de lluvia cuando hemos salido con un sol embriagador. Y eso repercute en el pilotaje.

En el manejo de los vehículos se saborea esa visión de acercarse a las físicas reales y los comportamientos de un simulador. Pero el paso es adecuarse a esas circunstancias partiendo de la base que se trata de un videojuego diseñado para entretener. Requiere, no obstante, de un tiempo dadas las dificultades para dominar el volante, que permite hasta seis perspectivas distintas en carrera. Como decimos, es el claro ejemplo que los simuladores son exigentes, aunque se pueden modificar algunos parámetros y para aquellos que no se hayan subido a esta aventura todavía se recomienda probar suerte en los niveles más básicos hasta conseguir que los poco aficionados puedan casi meterse en un terreno más «arcade». Además, cabe destacar que cada marca e incluso coche ofrecen experiencias diferentes.

Contiene un modo carrera que permite a los jugadores emprender su propio camino, de menos a más, hasta alcanzar el trono del éxito. Se distribuye a través de una visión de calendario. A lo largo de las diferentes actividades uno siente que el equipo está encima de ti, que el sistema da pie a pensar que formamos parte del mundo de la competición, por lo que aparecen sucesivas invitaciones de equipos, firma de contratos y participar en premios. Se puede participar en entrenamientos libres, clasificación hasta llegar a la carrera, una fórmula quizá algo escasa.

Se abre la puerta a la estrategia en el momento en el que el sistema solicita la entrada a boxes, una circunstancia que habrá que tener en cuenta para lograr las mejores posiciones en la clasificación. El desgaste de los neumáticos y el sistema de daños, uno a una Inteligencia Artificial bastante lograda (que además el jugador puede modificar en función del nivel de los rivales) son otros alicientes que consiguen un nivel de realismo asombroso y dando como resultado una gran experiencia. La ayuda en la conducción y esa capacidad para evitar que los pilotos se aprovechen del terreno (las salidas de pista están penalizadas) para los adelantamientos le confieren una buena sensación, aunque para gustos, ya se sabe…

El juego domina a la perfección ese binomio de carrera-diversión dejando en cierto modo a un lado el apartado más social, y que por cierto se han venido centrando algunos juegos de coches en los últimos años. Ahí, en los escasos modos de juego, se encuentra una de sus grandes flaquezas. Además, es interesante la motivación extra que aporta gracias a las instrucciones recibidas por el equipo y que, en el caso de la versión para PlayStation 4, se reproducen desde el altavoz del mando DualShock 4 dotándolo de una mayor inmersión. Existen otros apartados como carreras multijugador (hasta 24 pilotos), competiciones a contrarreloj o la interesante propuesta de carreras del fin de semana libre.

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