Los videojuegos más difíciles de la historia
El recién estrenado «Bloodborne» presume de llevar al límite al jugador dentro de una casi extinta tradición de exigencia máxima
Actualizado: GuardarEl recién estrenado «Bloodborne» presume de llevar al límite al jugador dentro de una casi extinta tradición de exigencia máxima
123456789«Bloodborne»
El recién estrenado « Bloodborne» de llevar al límite al jugador, dentro de una casi extinta tradición de exigencia máxima, en una época con tendencia a generar la menor frustración posible al consumidor. Juegos complicadísimos, pero no injustos, con retos que requieren una enorme habilidad y paciencia, prácticamente imposibles de superar. El director de los aplaudidos y muy difíciles «Demon's Souls» y los dos « Dark Souls», Hidekata Miyazaki, ha creado con «Bloodborne», exclusivo en PS4, otra obra con la misma base de rol y acción de dificultad extrema y muertes constantes. Se diferencia de sus predecesores por la mayor variedad de armas y, sobre todo, su vocación más ofensiva en el combate contra un amplio rango de enemigos y monstruos en un escenario tétrico y fantástico de marcado estilo romántico tenebroso.
«Super Mario Bros.: The Lost Levels»
«Super Mario Bros. The Lost Levels» era en realidad la segunda parte de «Super Mario Bros.», el título de plataformas de avance lateral que cambió la industria de los videojuegos y convirtió a la mascota de Nintendo en un icono de la cultura popular. Sin embargo, la secuela lanzada en Japón en 1986 era tan difícil que, en el mercado exterior, fue reemplazada por una versión de otro juego, sin ninguna relación con el predecesor salvo los personajes. Aquel «Super Mario Bros.2» japonés no salió de Japón hasta el recopilatorio de Super Nintendo en 1993 bajo el nombre «Super Mario Bros.: The Lost Levels», un título casi idéntico al primer Super Mario pero con una exigencia muchísimo mayor para el jugador, especialmente en la precisión de los saltos.
«Contra»
«Contra» (1986) entra dentro de la tradición de los héroes de acción musculados tan comunes en los años ochenta. Sin embargo, la tarea hercúlea a la que se enfrentaban los protagonistas era mayor que la de cualquier otro. El desorbitado número de enemigos por pantalla hacía insuficiente el armamento entre tantas balas silbando alrededor en un clásico de los juegos de disparos de desarrollo lateral. Las tres vidas disponibles nunca eran suficientes.
«Battletoads»
«Battletoads» está considerado tradicionalmente como el juego más difícil de la historia, y uno de los mejores de la consola NES, lanzado al final de su recorrido, en 1991. En plena moda de la Tortugas Ninja, la compañía Rare lanzó un título de acción y recorrido lateral protagonizado por sapos mutantes luchadores. Saltos milimétricos, carreras en moto a una velocidad endiablada y con necesidad de una precisión absoluta, enemigos constantes combatidos a puñetazos y puntapiés… Si el desarrollo en solitario era ya complicado, jugar a dobles, en lugar de facilitar la tarea, multiplicaba el castigo: el jugador sufría daños por ataques amigos en las acciones del compañero de juego, y la muerte de uno obligaba a volver al inicio a ambos.
«Super Ghouls 'n Ghosts»
«Super Ghouls 'n Ghosts» (SNES, 1991) fue la versión más difícil de la ya de por sí complicada serie «Ghosts'n Goblins». El mítico Sir Arthur afrontaba pantalla tras pantalla, abarrotada de monstruos, zombies y demás engendros, protegido con su armadura y sus armas medievales. Sin embargo, el problema del protagonista era que la armadura desaparecía al primer toque del enemigo, que dejaba al pobre Sir en ropa interior, y al segundo toque directamente estaba muerto. Toda una crueldad teniendo en cuenta el número masivo de atacantes a cada instante. Aunque nada comparable al hecho de que, una vez superada toda la historia, el jugador debía empezar desde el principio para encontrar el brazalete, volver a superar todas las pantallas, vencer al malo final y, entonces sí, completar el juego.
«Ikaruga»
La variedad de juegos de naves comúnmente denominadas matamarcianos es tanta que es complicado destacar. Sin embargo, «Ikaruga» (2001, DreamCast y Game Cube) despunta entre todas gracias a su vertiginosidad, su estética, su peculiar sistema de juego y, sobre todo, su dificultad extrema. En plena vorágine de acción, el piloto debe afrontar con reflejos sobrehumanos un sistema bipolar de colores blanco y negro para atacar o no a las naves enemigas, en un ejercicio de atención y habilidad extrema.
«F-Zero GX»
La gran virtud del título de carreras futuristas «F-Zero GX» (2003, Game Cube) es la vertiginosidad, la sensación de velocidad en circuitos diseñados para ser recorridos con una precisión milimétrica a una rapidez casi imposible. Sega, Namco y Nintendo crearon una aplaudido título de carreras que no daba ninguna ayuda al jugador, con tramos sin ni siquiera quitamiedos para evitar el precipicio. Cada vehículo contaba con sus propias características de conducción para exigir todavía más al jugador.
«Ninja Gaiden Black»
«Ninja Gaiden» es otra saga con tradición de gran dificultad. Entre todos sus títulos destaca «Ninja Gaiden Black» (Xbox, 2005) como el más exigente de todos, entre otros motivos, porque está concebido para ser prácticamente imposible, casi una enorme broma de su director, el japonés Tomonobu Itagaki. Ataques imposibles de repeler, acoso simultáneo de un inabordable número de enemigos… El modo de dificultad más bajo, Perro Ninja, era inaccesible si no se tenía un control absoluto del escenario y las armas. En el máximo nivel de dificultad, Master Ninja, era directamente casi un milagro pasar de la primera pantalla.
«Dark Souls»
Tanto «Dark Souls» como su secuela, «Dark Souls 2», considerado uno de los mejores juegos del año pasado, tienen un elevado nivel de complejidad, variedad de personajes, armamentos y magias; pero, sobre todo, una despiadada dificultad. Un oscuro mundo medieval fantástico, recorrido por muertos con vida en un descenso a los infiernos, protagonizado por caballeros y magos, plagado de bestias y monstruos, combatidos con luchas y hechizos, con un uso inteligente de los recursos encontrados y acumulados (donde las almas son monedas de cambio), en un enorme espacio para explorar con paciencia y sin miedo a morir para volver a resucitar constantemente. La característica más recordada del juego es el número de veces que el jugador inevitablemente muere para seguir avanzando.
