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«Sombras de Mordor»: brutalidad y violencia contra el ejército de Sauron

El jugador, que encarna el personaje de Talion, un montaraz en busca de venganza, arremete contra los uruks con diversas armas

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Es uno de los tapados del año. Y como figura su base de discreción, no se le ha dado la atención que quizá mereciera este sensacional juego de aventuras inspirados en las novelas de «El Señor de los Anillos» y «El Hobbit». Puesto que se trata de una historia con miles de fans acérrimos, nunca se le había hecho justicia en los videojuegos. Con este título se intenta resarcirse de todo con una propuesta muy conseguida, que toma elementos de importantes sagas como «Batman Arkham» y «Assassins Creed» y los mezcla con una ambientación asombrosa y un revolucionario Sistema Némesis.

Esta es la principal característica distintiva respecto a otros «sandbox». Aquí, el jugador experimenta unas batallas particulares y singulares contra los uruks, una raza de seres monstruosos al servicio de Sauron.

Los capitanes tienen una personalidad distinta cada uno de ellos. Los rivales se acuerdan del personaje, evolucionan en cada batalla, son capaces de huir despavoridos y plantarse en retirada e, incluso, pugnar con otros compañeros por un cargo dentro del ejército.

El jugador, que encarna el personaje de Talion, un montaraz en busca de venganza, arremete contra los uruks con diversas armas. Sus habilidades se van mejorando conforme derrotamos a los enemigos y recogemos los objetos que nos encontramos a nuestro paso. Flechas más precisas, espadas más poderosas forman parte de su arsenal. Tiene un amplio nivel de profundidad y mejora a medida de que el jugador va ganando en experiencia. Y todo gracias a un amplio árbol de habilidades, runas y mejoras para las armas del personaje, que por cierto, es capaz, también, de utilizar un poder que habita en su brazo izquierdo que le permite aturdir a los rivales e interrogarlos en busca de información. Uno de los inconvenientes es, sin duda, la simpleza de la trama y la argumentación así como algunas misiones algo repetitivas, pero bueno.

Estrategia por batalla

Esta información obtenida dará para desbloquear la ubicación de nuevos enemigos. El sistema permite conocer los puntos débiles para tratar de explotarlos de la manera más efectiva posible. Algunos uruks temen a los caragors, unos monstruos que habitualmente permanecen encerrados y conforme avanzamos en la historia podremos cabalgarlos incluso. La estrategia de cada batalla cambia, por lo que hay que tener bien presente estas flaquezas y el entorno, puesto que otros enemigos son débiles a ataques sigilosos.

Es otra de las dinámicas de este juego (que carece de modo multijugador) y que tiene reminiscencias de la saga de los Asesinos. La vegetación juega a nuestro favor. Podemos escondernos, atraer a enemigos para matarlos de forma sigilosa, ocultarnos a la espera de que un grupo de ellos se distancien de nosotros u observar la situación para trazar un plan. Con el modo espectral, detectamos a los enemigos más poderosos y los objetos a recolectar. Hacemos uso del sistema parkour para escalar posiciones y torres y visualizar desde lo alto a los enemigos, aunque hay que tener cuidado de no ser vistos por los interminables arqueros que se encuentran en las fortalezas.

El sistema de combate (el jugador utiliza hasta tres armas) va mejorando hacia un modo más profundo e intenso, aunque en muchas ocasiones bloquear una espada y atacar se convierte en la técnica más utilizada. Llama la atenciónn la brutalidad con la que se sentencian a algunos de ellos por ejemplo en el suelo cuando están agonizando de dolor o en las decapitaciones. Los enemigos no siempre esperan a atacar, lo que convierte cada batalla en una lucha cruenta y a veces difícil y rápida en donde habrá que estar pendiente de girar, bloquear, saltar, atacar todo ello a la vez. Y eso tampoco ayudará a la supervivencia, aunque existe una opción de recuperación en última instancia que nos permitirá continuar la lucha aunque hayamos perdido vitalidad.

Unos efectos visuales muy conseguidos, sobre todo en los entornos (no tanto en la definición de los personajes). El resultado es una ambientación muy lograda. Las misiones ruedan sobre un mapa muy abierto en donde el jugador debe buscarlas e iniciarlas, aunque algunas secundarias resultan un tanto repetitivas (como ayudar a liberar a presos). Un buen aspecto a tener en cuenta es que desbloquear las habilidades consigue una gran experiencia y mejora considerablemente el modo de luchar. Así, por ejemplo, ganaremos en fuerza y en destreza para arrollar al contrario con hasta ocho golpes seguidos con nuestra espada. En definitiva, matar orcos nunca fue más bonito.

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