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análisis

«God of War 3»: Kratos se da un nuevo banquete de golpes

La tercera parte de este juego, que salió hace cinco años, regresa a las nuevas consolas remasterizado en alta definición para ofrecer más detalles de los entornos y personajes

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Es una de las referencias del género llamado «hack and slash». Mirando siempre hacia adelante, sin amilanarse, sin miedo. Así viaja Kratos, el dios de la guerra, por la senda de su vengaza en este título, «God of War 3», que se remasteriza para la consola de nueva generación PlayStation 4. ¿Estará a la altura de la potencia de esta plataforma?

A decir verdad, nos encontramos con el mismo juego que apareció hace cinco años. Se han limpiado algunas porosidades, se ha pasado el plumero y se ha conseguido dar un aire más actual a este juego de acción en tercera persona que imprime frenetismo en sus combates contra dioses y otros seres mitológicos.

Aunque el resultado resulta aceptable, no podemos obviar que se trata de un nivel gráfico que se concibió para otra generación de consolas.

Y eso se nota en algunos momentos, dado que no se aprecian esos detalles y movimientos que que acercan al fotorrealismo de algunos títulos más actuales. Pero, para muchos jugadores, es beneficioso acudir a esta entrega en caso de no haberla aprovechado en su momento.

Porque el juego consiste, básicamente en eso; azotar, golpear, acuchillar, destrozar, matar, asesinar a todos los enemigos que deciden pasar por alrededor del fornido Kratos, cuyas habilidades van más allá de ser un guerrero. Los combates, cargados de espectacularidad, han ganado en detalles. La sangre luce de manera más violenta y despiadada. Las armaduras gozan de luz y los gestos también se han redefinido pero sin llegar, realmente, al nivel que nos gustaría. Quizá una nueva (ojalá) entrega esos pequeños defectos se pulen, pero se aprecian considerablemente esos 60 fps y la resolución a 1.080 p. que ha conseguido un buen acabado.

En cuanto a sus mecánicas, nada cambia en su jugabilidad tal y como se concibió. El personaje, vehemente, inmisericorde y soberbio, se enfrenta a los dioses para culminar una venganza que se desarrolla en anteriores entregas. En ese sentido, mantiene el nivel alto de sus predecesores. Aunque quizá no hace falta haberlas completado para disfrutar de esta aventura, de parcos diálogos (no se reconoce por su sofisticada narrativa, la verdad) y mucho azote. En cualquier caso, el juego permite sumergirnos en épicos (y brutales) enfrentamientos. A lo largo de los pasillos nos encontramos con cofres que, abriéndolos, obtendremos los llamados orbes, algunos de lo cuales dan vitalidad (verdes), magia (azules) o mejora la experiencia (rojos).

La aventura parte de una fastuosa escalada en el monte Olimpo, donde Zeus, el dios de dioses, espera pacientemente para acabar con él. A Kratos, aquí, le quedan pocos aliados. Ahí está Gaia, con sus agigantados andares. Y allí el furioso Poseidón, otro de los múltiples enemigos que se ponen en su camino. Asusta, pero la misión de acabar con él es posible.

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