Juan José Cañas, en uno de sus videos populares
Juan José Cañas, en uno de sus videos populares - ARCHIVO

YouTubeEl tatuado abuelete español que lo «peta» en YouTube con una legión de 10.000 seguidores

Residente en Málaga, Juan José Cañas ha logrado superar la franja de diez mil seguidores en su canal en solo cuatro meses gracias a sus videos grabados y editados por su nieta, y en los que cuenta desde recetas de cocina a su experiencia en viajes

MADRID Actualizado: Guardar
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Cuando uno piensa en un «youtuber» le saltan pronto a la cabeza nombres como el español «El Rubius» o «PewDiePie», un sueco cuyos comentarios le han costado recientemente romper relaciones comerciales con Disney. Pero ellos, al igual que otros tantos, son los que se suelen llevar la fama en esta camada de nuevos creadores de contenidos que han sabido aprovechar las herramientas digitales a su alcance para dar a conocer su espectáculo y conectar con un público actual. Y de paso, además de sumar millones de suscriptores, forjarse un trabajo que le reporta varios ceros a sus cuentas bancarias.

Lo extraño, y a veces sorprendente, es alejarse de esa idiosincrasia de joven y aficionado a los videojuegos. A la vejez, viruelas, dicen.

Y vaya que sí, porque Juan José Cañas puede presumir de ser «youtuber» a los 81 años. Este entrañable andaluz, nacido en Sevilla pero residente en Torremolinos (Málaga), creó hace tan solo cuatro meses un canal de YouTube llamado « Atrapatuabuelo» con la ayuda de dos de sus doce nietos y ha logrado, en este escaso tiempo, alcanzar más de diez mil suscriptores, a los que llama tiernamente «nietos virtuales».

La idea surgió a raíz de comentarios que recibía su nieta Esther, también «youtuber», cuyos seguidores les emplazó a continuar publicando videos de su abuelo en todas sus facetas. «Ha sido verdaderamente genial», comenta a este diario este «joven de espíritu» como él mismo dice. Se prestó a grabarse como si tal cosa. «Apenas hay gente mayor en YouTube», lamenta. Pero ese espacio ha querido rellenarlo con gracia y salero.

Por lo pronto, este ingenioso y espontáneo octogenario digital ha comenzado a recibir comentarios procedentes de Marruecos, Argelia o Argentina, en donde le invitan incluso a viajar, a los que presta atención: asegura contestar el 99% de todos ellos. «Es una carga de actividad verdaderamente agradable; te envían de cariño y también ha hecho que mi vida sea alegre. Y yo que puedo aparentar serio a través de mis videos mi humor se ha reblandecido».

«Muchos de mis nietos virtuales me hacen caso porque ellos responden y te dan las gracias por los consejos»

Entre sus videos hay de todo. Aborda multitud de temas diferentes, desde recetas de cocina, comentarios sobre sus viajes (Venecia, Vietnam) o, incluso, un momento en el que este entrañable abuelo se hace un tatuaje, la paloma de la paz del infinito artista Pablo Picasso en honor a su mujer, Antonia, quien falleció en el día de la paz y en su lápida está grabada este símbolo. «Yo también quería llevarla conmigo», recuerda.

Pero entre sus consejos subyace una cierta inquietud por la situación de los jóvenes, a los que anima a seguir estudiando para labrarse un futuro. También les aconseja que cuiden, respeten y quieran a sus abuelos. «Muchos de mis nietos virtuales me hacen caso porque ellos responden y te dan las gracias por los consejos».

Videos con moraleja que le han permitido granjearse miles de suscriptores, que ya querrían para ellos otros «youtubers» más mediáticos, aunque no deja la oportunidad de darles un pellizquito a aquellos comentaristas y creadores que se pasan un poquito de la raya. «Hay gente que utiliza YouTube equivocadamente». Lo que sí le gustaría es que más abuelos le siguieran los pasos. Tal vez, a partir de ahora, la Tercera Edad encuentra un nuevo espacio en el que contar sus batallitas.

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