Biotecnología

Por fin podrás comer carne de unicornio

Una «startup» de biotecnología norteamericana explora un nuevo tipo de comida que considera el futuro de la Humanidad

ENVIADO ESPECIAL A SAN FRANCISCO Actualizado: Guardar
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No, no podrás comer carne de unicornio, pero sí fabricada por una empresa unicornio estadounidense. El director general de la «startup» de biotecnología Hampton Creek, Josh Tetrick, ha anunciado que la empresa, valorada en 1.100 millones de dólares, da el salto a revolucionar la industria cárnica este año.

El objetivo de esta firma es cambiar la forma en que los ciudadanos comen. Lo hacen mediante sus productos «Just», que ya lleva unos años en el mercado, aunque solo en Estados Unidos, entre los que destacan mayonesa sin huevo o masa para galletas sin componentes animales sustituidos con proteínas vegetales. Pero ahora, la compañía de biotecnología da el salto a crear carne. La idea es aplicar una base de cultivo de células que denominan «carnes limpias o cultivadas».

Es decir, carne que ha «crecido» en un bioreactor, un depósito que no es diferente a una cuba, igual que las que se utilizan para macerar el vino. Una propuesta interesante a tener en cuenta como una de las vías a explorar como alimento del futuro.

La idea es que ante la sobreexplotación del mundo y la superpoblación diversos informes anticipan un problema alimenticio para dentro de varias décadas en una época en la que la tecnología y los dispositivos conectados moverán millones de datos. La ganadería, la avicultura y la pesca tal y como las conocemos hoy en día no son lo suficientemente productivas para alimentar a todo un planeta. Primero, porque el actual crecimiento de la población plantea un gran reto, que no va en consonancia con los recursos naturales del planeta. Segundo, tanto la ganadería como la avicultura intensivas necesitan de mucho terreno, provocando talas masivas a favor de pastos. Y, tercero, además, el ganado bovino es uno de los responsables del efecto invernadero y la contaminación de la tierra.

No es un momento de plantearse cómo mejorar los procesos productivos que llevan con nosotros desde el Neolítico sino de cambiarlos desde la raíz haciéndonos la pregunta de ¿es realmente necesario criar una vaca, para consumir su carne? Si hoy mismo, tuviéramos que replantearnos desde cero la industria cárnica, ¿cómo lo haríamos? ¿Cuál será, pues, la comida del futuro?

Los recursos naturales del planeta empiezan a dar muestras de saturación. La contaminación y el efecto invernadero son situaciones preocupantes en un contexto en el que algunos informes cifra en 1.100 millones las personas que pasan hambre cada día. Y, mientras el primer mundo investiga en vehículos autónomos, ciudades inteligentes, redes 5G, la sensorización de la sociedad o la inteligencia artificial, es algo que no va a ir a mejor.

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En ese sentido, Tetrick ha asegurado que Hampton Creek lleva más de un año con el proyecto de carnes limpias que considera uno de los elementos alimenticios del futuro. Su objetivo es tener un producto comercial en los supermercados a finales del 2018. Y que, producir este tipo de alimento es hasta diez veces más eficiente que hacerlo de forma tradicional. Además, de que, evidentemente, necesita menos energía, recursos y produce menos contaminación.

En su opinión, lo ideal es que los ciudadanos dejaran de consumir paulatinamente productos cárnicos y pescado por su sobreexplotación, pero eso es algo que no va a ocurrir. La idea es que, al igual que los fabricantes y empresas sueñan con un futuro conectado y robotizado, se den respuestas a una necesidad aún más básica. Por esta razón empiezan a surgir voces que animan a pensar en cómo mejorar la producción actual, ya que las previsiones son que durante el 2050 harán falta 1,2 billones de libras de carne para alimentar el mundo. Un cifra inalcanzable a día de hoy.

Utilizando algunos de los avances tecnológicos que se han dado en los últimos años, la «startup» promete un nuevo sistema de producción. El proceso de producción de esta llamada «carne limpia» es relativamente simple, según apuntan fuentes de la compañía. Las células se dividen constantemente en un bioreactor, que no es más que una cisterna, donde permanecen en una solución que las alimenta, igual que si estuvieran dentro de la placenta.

Impulso de «machine learning»

Puede que una bio-impresora 3D las imprima en la forma deseada. Al fin y al cabo, la carne no es más que una expresión de músculo y grasa. La clave de este proceso, que no es nada novedoso, y con el que se viene experimentando desde hace décadas, está en la alimentación de las células.

Hasta ahora, lo que se venía haciendo era utilizar los nutrientes extraídos de una placenta, lo que convertía el proceso en algo totalmente inviable económicamente. Gracias a su motor de descubrimiento de moléculas de plantas, la firma promete crear directamente alimento. «Fabricarlo», para entendernos. Una solución para alimentarlas, más sostenible y económica, consiguen hacer viable la carne a partir del cultivo de células.

Así podría ser la granja del futuro, tal y como la visiona Hampton Creek. Construida en colaboración con las empresas cárnicas tradicionales en cada país, gracias a su motor de descubrimiento de moléculas de plantas, que lleva años enriqueciendo a base de robótica y «machine learning», es capaz de crear el alimento de las células a base de plantas. Una solución para alimentarlas, más sostenible y económica, promete conseguir, por primera, hacer viable la carne a partir del cultivo de células.

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