El edificio de madera más alto del mundo
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El mafioso ruso que construyó el edificio de madera más alto del mundo

Un empresario condenado por corrupción levantó una torre de 44 metros de altura para presumir de su estatus social

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Algunas personas son capaces de dedicar todos sus esfuerzos y gran parte de su vida a construir singulares proyectos arquitectónicos. De esta forma, en nuestro habitual recorrido por los temas más llamativos de la blogosfera hemos descubierto historias tan asombrosas como la del hombre que excavó una catedral subterránea durante más de 25 años o la del despechado enamorado que construyó un castillo de piedra sin ningún tipo de ayuda.

Sin embargo, ninguno de estos ejemplos puede superar las desventuras de Nikolai Sutyagin, un empresario ruso relacionado con la mafia que decidió construir una mansión con la que presumir de su nivel de vida y acabó poseyendo una estrafalaria torre de madera.

Todo comenzó en 1992, cuando Sutyagin decidió construirse una nueva casa.

La obra, en principio, no debía de ser muy complicada de finalizar, pero pronto las exigencias del peculiar empresario comenzaron a complicar el proyecto. Según cuenta Javier Peláez en el blog “La Aldea Irreductible”,ganador del premio Bitácoras al Mejor Blog del Jurado en 2009 y al Mejor Podcast en 2010, la idea original era alzar únicamente dos plantas, una altura similar a la de la mayoría de las viviendas de la localidad de Arkhangelsk, en el noroeste de Rusia.

Para Sutvagin, una casa así no reflejaba su estatus social. Él era mucho más importante, por lo que su casa tenía que ser aún mayor. Por eso, decidió levantar varios pisos encima de los que originalmente contemplaba el proyecto. Cuando la vivienda contaba ya con cuatro plantas, Nicolai Sutyagin fue detenido, juzgado y condenado por delitos relacionados con la mafia rusa y el crimen organizado.

Ni siquiera este contratiempo frenó sus planes porque una vez cumplida su pena, decidió continuar con la construcción de su inacabada mansión. Aunque su fortuna había sido confiscada por el estado y se encontraba en la ruina, tenía que cumplir su sueño. Su enorme imaginación suplió su carencia de recursos y optó por emplear madera barata como principal material para la obra.

Durante quince años, el exmafioso ruso se dedicó con enorme esfuerzo a ir añadiendo pisos a los cuatro iniciales con los que contaba la casa. La estrafalaria estructura de madera se elevaba cada vez más, hasta alcanzar trece plantas y 44 metros de altura. Aunque aquella construcción era un enorme motivo de orgullo para Stuvagin, que no dudaba en invitar a sus vecinos a visitarla con frecuencia, estos contemplaban el inestable edificio con enorme preocupación.

Sus quejas llegaron hasta las autoridades de la ciudad, que decidieron tomar cartas en el asunto. Tras una visita por parte de técnicos municipales, la conclusión fue que era necesario demoler aquel sinsentido de madera y clavos, debido a un elevado riesgo de incendio. Cuando los encargados de derruir la torre llegaron a su casa, Nikolai Sutyagin los recibió entre insultos. Aunque trató de frenar la demolición, sus intentos fueron infructuosos y, en apenas unos segundos, su sueño arquitectónico acabó en el suelo como se puede ver en este vídeo, convertido en un amasijo de astillas y polvo.

El mayor edificio de madera del mundo era ya historia. Pese al triste final, es innegable que su propietario consiguió destacar entre todos sus vecinos.

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