Con la empresa descabezada, ¿llegará la publicidad a WhatsApp?

La salida del cofundador de la empresa Jan Koum deja en bandeja a Mark Zuckerberg explorar nuevas vías de negocio

WhatsApp, principal servicio de mensajería para móviles, con 1.500 millones de usuaios ARCHIVO

J.M.SÁNCHEZ

«Sin anuncios, sin juegos, sin trucos». Este era el mantra que Jan Koum ha defendido hasta la fecha en WhatsApp. Mucho ha llovido desde entonces. La aplicación de mensajería forma parte del entramado Facebook y, desde la semana pasada, ya no forma ni siquiera parte de la empresa que fundó en 2009. Sin él como parapeto y tampoco sin la ayuda de Brian Acton , cofundador, el futuro del servicio puede romper con un principio en el que se había sostenido hasta entonces, la ausencia de publicidad.

No hay excusas que valga. El principal valedor de esta estrategia, Jan Koum , ha salido por patas de la compañía después de haberse convertido en multimillonario y, sobre todo, escocido después de discrepar con Mark Zuckerberg , dueño y consejero delegado de Facebook, acerca de su política de seguridad. Su idea de mantener la aplicación siempre gratuita había girado como una centrifugadora. Pero poco a poco, y tras el escándalo de la filtración masiva de datos, hay una tendencia que empieza a cobrar forma; la de cobrar por acceder a estos servicios como medida de protección.

Una decisión, la de cobrar por acceder a algo que hasta ahora era gratuito, que chocaría, sin embargo, con la estrategia de WhatsApp en todos estos años. Y la razón por la que en principio se creó la aplicación de chat se transformaría en algo distinto y más codicioso, la llegada de inserciones publicitarias. Poco a poco se ha abierto esa puerta. WhatsApp Business , por ejemplo, se ha diseñado como puente entre empresas y potenciales clientes. Y, como tal, sí está contemplado un modelo de negocio algo más tradicional, basado en una especie de cuota por suscripción a la empresa que decida abrirse un perfil, de momento solo disponible para dispositivos Android.

Según las previsiones de analistas de Barclays, es «probable» que WhatsApp empiece a recurrir y a emplear más anuncios para rentabilizar el proyecto de manera «más agresiva» ahora que su fundador ha abandonado la empresa. Las disputas entre los diferentes equipos para buscar un canal de monetización se había dirimido, hasta ahora, en favor de Koum y sus aliados, pero el futuro de la «app» en el mundo de los negocios sigue sin estar claro.

Porque WhatsApp, pese a ser una de las aplicaciones más descargadas del mundo (1.500 millones de usuarios registrados), aporta muy pocos ingresos a su empresa matriz Facebook. De hecho, no se encuentra ni por asomo entre las «apps» que más dinero producen. Son los juegos móviles, sobre todo aquellos que han abordado modelos intermedios como el «free to play», los que se llevan la palma. Solo en 2017, Clash Royale obtuvo unos ingresos que rondan los 13,3 millones de euros, seguido de Candy Crush Saga, con 6,8 millones de euros. En ese ranking se cuela, como curiosidad, la «app» de citas Tinder que dispone de una versión «premium». De acuerdo con diversos informes consultados, China es el principal mercado para el gasto por consumidor de las tiendas de aplicaciones.

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