Deutsche Bank quiere velar por la privacidad y seguridad
Deutsche Bank quiere velar por la privacidad y seguridad - REUTERS/Dado Ruvic/Illustration

Deutsche Bank prohíbe WhatsApp a sus empleados

El banco quiere aumentar sus estándares de conformidad y confidencialidad, de modo que ha elaborado un nuevo memorándum en el que avisa al personal que la popular aplicación será eliminada a lo largo de este trimestre de los teléfonos corporativos

CORRESPONSAL EN BERLÍN Actualizado: Guardar
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Los empleados de Deutsche Bank tendrán prohibido a partir de ahora el uso de aplicaciones de mensajes cortos, muy concretamente WhatsApp, en los «smartphones» de la empresa. El banco quiere aumentar sus estándares de conformidad y confidencialidad, de modo que ha elaborado un nuevo memorándum en el que avisa al personal que todas las funciones para este tipo de mensajería instantánea serán eliminadas a lo largo de este trimestre de los teléfonos corporativos. «Somos conscientes de que la desactivación afectará al día a día del trabajo y lamentamos y pedimos disculpas por las molestias», firma una de las responsables de este cambio, Sylvie Matherat, advirtiendo además que la norma «no mensajes» es válida también para los teléfonos privamos en la medida en que estos sean utilizados para asuntos de trabajo.

Si bien es cierto que el uso de aplicaciones como WhatsApp ha servido para agilizar muchos procesos en el entorno laboral, esta nueva herramienta también ha traído consigo toda una serie de situaciones problemáticas que acaban llegando a los tribunales y son ya muchas y variadas las sentencias dictadas sobre casos que tienen su origen en un mensaje de WhatsApp, en el texto de un perfil de usuario o incluso en la elección de la foto con la que la persona se identifica en la plataforma. Elaborar una normativa al respecto o implementar medidas de seguridad que garanticen la cadena de custodia de los mensajes, fácilmente modificables y susceptibles de reproducción y publicación prácticamente sin fin, son tareas inabarcables para una empresa, por lo que Deutsche Bank se inclina por la opción preventiva y opta por lo sano.

Pero además de los potenciales gastos judiciales y de las fallas de seguridad de WhatsApp, la decisión está tomada en un contexto de sospechas de posibles fugas de información. Más de mil millones de personas usan este sistema, cuyos datos son almacenados en servidores situados en Estados Unidos, una administración en la que los bancos y empresas alemanas perciben una creciente hostilidad. Alemania prohibió el año pasado a WhatsApp sincronizar sus datos con Facebook, pero aun así el riesgo de espionaje de datos es elevado y además se trata de una herramienta concebida para el uso personal en la que no siempre resulta fácil delimitar los límites personales y profesionales. La productividad de los equipos se resiente por la gestión del conglomerado de comunicaciones a través de ese sistema y su uso no genera una buena imagen de cara a los clientes.

Deutsche Bank se encuentra actualmente inmerso en un gran esfuerzo por mantener a flote su reputación, después de penosas sentencias por manipulación de medidores de tipos de interés y tras un año, 2015, en el que registró pérdidas récord de 6.500 millones de euros. Esta misma semana ha anunciado una severa reducción de los bonos a sus cargos de mayores rangos en 2017, una concesión a las reiteradas súplicas de sus accionistas.

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