¿Por qué los politonos dejaron de estar de moda?

Quizás ya casi no te acuerdes, pero en algún rincón de tu memoria aún tienes guardada la siguiente frase: «Envía politono al 5555». Las canciones de verano, los temas de moda y alguna famosa frase podían sonar en los antiguos teléfonos si, a cambio, enviabas un mensaje de texto o «SMS Premium» (en peligro de extinción, también). Por entonces, no existían los smartphones y los tonos y politonos se reproducían en formato MIDI.

El formato MP3 condenó a un mercado que llegó a facturar en torno a 700 millones al año en la Unión Europea. Las principales compañías de teléfonos como Vodafone o Movistar, así como Club Zed o Movilisto, se lucraron durante unos años con este tipo de descargas hasta que irrumpieron en el mercado los teléfonos inteligentes, capaces de reproducir música real.

Movlisto, MyAlert o Club Zed fueron líderes. De hecho, los tonos y politonos para el teléfono móvil llegaron a liderar las ventas de música digital en España, pues según los datos del Anuario SGAE 2010, supusieron el 39% de toda la música que se vendió en dicho formato en 2009.

Pero la evolución, la misma de la que estas compañías se beneficiaron por entonces, acabó con este tipo de negocios. La posibilidad de compartir los temas vía Bluetooth, primero, y de descargarse una canción directamente desde Internet o a través del PC, segundo, fueron las las causas que provocaron un cambio de rumbo que ya no volverá.

La realidad es que los politonos quedaron obsoletos. Nada podía competir con la posibilidad de reproducir la canción original en el smartphone. Y tampoco contribuyó el oscurantismo que siempre marcó a un mercado cada vez más cuestionado.

No hay que olvidar que en 2008 la Comisión Europea determinó que todos los sitios web de venta de politonos y fondos de pantalla para teléfonos móviles investigados en España incumplían la normativa comunitaria sobre protección de los consumidores. De hecho, en el conjunto de la UE, en el 80% de los sitios controlados se detectaron irregularidades, como falta de información sobre los precios o publicidad engañosa.

En el caso de España, se investigaron 25 sitios y todos ellos vulneraban la normativa europea. Graves faltas teniendo en cuenta que el valor de las ventas de melodías para móviles a escala europea se estimaba, en 2007, en 691 millones de euros, el 29% del mercado total de contenido móvil en Europa.