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Mira en el video algunos procesos de digitalización - ADRIÁN PUEYO

La tecnología: la (actual) magia del cine

«La mitad de las cosas que ves en una película son digitales y no te das cuenta», resalta Adrián Pueyo, un joven madrileño que ya ha trabajado en la creación de los efectos visuales de películas como «The Martian» y la más reciente «El Libro de la Selva»

MADRID Actualizado: Guardar
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A los 11 años ya se imaginaba formando parte del equipo de alguna película como «Avatar», que subió el listón del cine digital y la animación. A los 14 se le metió de lleno el gusanillo que acabaría siendo su profesión. Uno nunca sabe las vueltas que da la vida, pero Adrián Pueyo, un joven madrileño de 22 años amante del «parkour», ya puede presumir de haber estado detrás de una superproducción, « El Libro de la Selva», como miembro del equipo de efectos visuales en Londres, un recurso que no solo se aplica en las películas de animación sino en todo tipo de géneros. La tecnología se aplica, cada vez más, al séptimo arte.

En el cine poco es real.

Gran parte de los entornos donde se ruedan las escenas, los efectos visuales de impacto como las salpicaduras de sangre o elementos existentes están recreados de manera digital mediante complejos programas informáticos. Es, en efecto, un universo cada vez más virtual. «Muchísimo más de lo que te imaginas», señala a este diario este joven que recientemente ha concluido sus estudios del Máster de VFX e Iluminación 3D en U-Tad, centro universitario de tecnología y arte digital.

Rentabilidad y espectacularidad

Cree que la tecnología aplicada al cine es un complemento, no un elemento sustitutorio de otros objetos, efectos o maquetas. Estos últimos, por ejemplo, se conservan en los planes de rodaje. Aunque se trata de una cinta de ciencia ficción, « El Despertar de la Fuerza», nueva entrega de la veterana serie Star Wars, recurrió a maquetas para la creación de personajes, mejorados estéticamente desde un ordenador a posteriori. «Se hace para ampliarlo digitalmente en postproducción», anticipa. «Se puede hacer una explosión, por ejemplo, pero luego le vas a meter el triple de fuego y de objetos volando».

Esa «magia» que genera el cine mediante la tecnología se mueve por dos vertientes. Una de ellas, se debe al ahorro de costes que facilita la digitalización de los efectos especiales y visuales y, por otro, mantener en ascenso la atracción. El objetivo es cautivar al espectador, lo que resulta cada vez más difícil. «No solo hacerlo más espectacular, sino más barato. Hay más recursos si se aprovechan de forma adecuada», sostiene este experto que por su mano se componen todos los elementos de un plano.

Más de mil años para renderizar

Su puesto, como el de tantos otros, permite darle sentido a todo lo grabado y digitalizado. El resultado es asombroso, únicamente hay que revisar cómo se recrean mayor afluencia de tráfico o montañas más altas para darse cuenta de que la tecnología impregna todos los estamentos de una película actual. «Un plano de tres segundos puede llevarme un mes», recuerda. Para comprobar el nivel al que se ha llegado en la actualidad, como curiosidad, para llevar a cabo el proceso de «renderización» de una película como «El Libro de la Selva» desde un solo ordenador se requerirían más de 1.500 años, por lo que las productoras recurren a granjas de renderizado formada por varias computadoras para repartirse este trabajo.

Y es que crear una película es, a todas luces, un trabajo colaborativo en donde se requiere de una inteligencia colectiva. Cada departamento tiene asignada su tarea y funciona como un todo. «Dentro de la estructura de las películas, la postproducción ocurre al final, pero tiene que estar presente desde el primer momento», explica. Ahí se preparan los momentos en donde deben utilizarse la digitalización de los contenidos, por lo que se requiere que, por ejemplo, se coloque en su sitio el llamado croma, una técnica audiovisual utilizada muy habitualmente en el mundo del cine y que consigue extraer un color de la imagen (normalmente, verde) y reemplazar ese área por otra imagen o video gracias a la ayuda de un ordenador. Este sistema permite, solo por hacerse una idea, que un actor que encarna a un superhéroe parezca realmente que tiene el don de volar. Todo es mentira, sí, pero el resultado es cada vez más realista. «La magia del cine es que tú estés dentro y te lo estés creyendo y cualquier recurso que puedas tener es importante, y por supuesto ayuda la tecnología es uno de ellos».

Efectos especiales «made in Spain»

Él es un ejemplo del talento residente en España. Ahora, se dispone a hacer las américas. Tiene previsto viajar a Vancouver (Canadá) para continuar explotando su faceta. Ya tiene cerradas entrevistas con importantes empresas de este sector en auge a nivel mundial. Y bagaje, pese a su juventud, tiene. Ha trabajado en proyectos internacionales como « Marte (The Martian)», film de Ridley Scott en donde se presenta a un Matt Damon impecable cuya actuación, por cierto, le valió para estar nominado a los premios Oscars. «El sector de los efectos especiales es, por decirlo de alguna forma, muy mercenario; las empresas tienen que ser capaces de ampliarse muy rápidamente. Por eso, tienes que tener la capacidad de irte a otro país en cualquier momento», matiza. De hecho, este tipo de trabajos se reclaman cada vez más. Según «Hollywood Reporter», hay una fuerte demanda actual de profesionales de efectos visuales en el cine.

«La tecnología ha ayudado a crear escenarios que de otra manera hubiese sido imposible crear, por ejemplo, irse al espacio. No puedes poner poner dinosaurios que sean totalmente creíbles. Se está llegando a un nivel de hiperrealismo que incluso a los detractores les comienza a gustar cada vez más», subraya. «La mitad de las cosas que ves en una película son digitales y no te das cuenta». ¿Quiere decir que se engaña al espectador? «Desde luego. Cualquier recurso que crea una imagen donde no lo había es engañar». Pero el reto es ser honesto. A su juicio, «la tecnología es una herramienta para contar historias».

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