James Armstrong: «El éxito de la realidad virtual en el videojuego está asegurado»

James Armstrong, vicepresidente senior del sur de Europa y consejero delegado para España y Portugal de Sony Computer Entertaiment, recibe el premio honorífico, a veinte años de carrera en la industria del videojuego. Ha sido durante estos años una de las personas más relevantes del sector, y uno de los agentes de cambio, que ha hecho posible el mercado de los videojuegos, tal y como los conocemos hoy en día. Este 30 de noviembre cesará en su cargo, que ostenta desde 1995.

Después de 20 años de carrera en Sony. ¿Cuál es su principal orgullo y cuál su mayor decepción?

Mis principales orgullos son el programa de desarrollo local llevado a cabo en España (PlayStation Talents), y el lanzamiento y éxito de PlayStation 4.

Recuerdo momentos complicados, como el inicio de la crisis en 2008, período en el que las previsiones se reducían con el paso de los meses, o los resultados obtenidos con las ventas de PS Vita.

Todos tenemos en el punto de mira a la realidad virtual. Sony apuesta por ella con sus gafas de RV. ¿Cómo piensa que va evolucionar esta tecnología? ¿Qué futuro/éxito le encuentra?

La realidad virtual inaugurará una nueva experiencia de juego, pero será un fenómeno que arrancará despacio, y que irá creciendo a medida que mejoren la tecnología y los contenidos. El éxito está asegurado, eso no lo dudo.

Siempre ha existido una gran competitividad con Xbox. ¿Todavía sienten la amenaza o ya se ven ganadores?

PS4 es ahora mismo la consola más vendida del mercado en la mayor parte de países, con una amplia diferencia sobre Xbox One, sin embargo, creo que la competencia es sana y necesaria, y que en este barco estamos todos, y no debemos vernos mutuamente como una amenaza, sino como una oportunidad de crecimiento del sector.

Cómo ha evolucionado el sector de los videojuegos desde que empezó a trabajar. ¿Qué es lo que más ha cambiado en 20 años?

El sector ha cambiado prácticamente por completo en dos décadas, desde la potencia de las máquinas hasta las preferencias y hábitos de los consumidores, pasando por la calidad gráfica de los juegos. Por supuesto, tampoco debemos olvidarnos de la revolución que ha supuesto para el sector la conexión a Internet y el juego «online».