Fotografías en Alan Photostudio. Varios establecimientos le permieten a los nostálgicos recuperar la fotografía analógica
Fotografías en Alan Photostudio. Varios establecimientos le permieten a los nostálgicos recuperar la fotografía analógica - ISABEL PERMUY

Vuelve la magia de las fotografías en papel

Frente al dominio de la fotografía digital y los «smartphones», aumenta la venta de cámaras fotográficas que imprimen las imágenes al instante

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

En aquellos maravillosos años (pasados) el fotógrafo que cada uno lleva en su interior esperaba hasta lograr la imagen que deseaba. Encuadraba. Probaba suerte. Y se capturaba la vida. Los profesionales y expertos en la materia lograban extraer del corazón de los carretes algunas postales. La revolución digital ha intentado borrar ese concepto de uso al calor de las nuevas tecnologías. Los ciudadanos, hoy en día, tienen en sus bolsillos, gracias a los teléfonos móviles más avanzados, sus propias cámaras fotográficas. La falta de mejores sistemas de ordenamiento y la ampliación de las capacidades de los dispositivos ha provocado una situación paradójica: si una imagen vale más que mil palabras, las que se suelen hacer con el «smartphone» se pierden en un recuerdo borroso al que nunca más se regresa.

«Los humanos no somos píxeles, somos analógicos»

El espíritu por lo «retro», el amor por la fotografía tradicional alejada de los píxeles y la magia de la imagen en formato papel intenta abrirse camino en plena era de la digitalización. Y ese ímpetu queda constatado con el interés cada vez entre más personas por las cámaras analógicas y el alma que queda en ellas en algunos nuevos modelos que permiten imprimir las imágenes en papel al instante. La demanda por la impresión directa ha crecido, según confirman a ABC diferentes establecimientos de venta. Fuentes de El Corte Inglés apuntan incluso que se han comenzado a utilizarse con asiduidad en eventos y presentaciones «por su instantaneidad».

Ello, sumado a la cultura de la lomografía, que promulga una corriente de amantes de los enfoques y filtros fotográficos convencionales, ha llevado a más de una persona a poner el foco en este tipo de productos que, como Polaroid, busca su hueco en plena vorágine de lo inmediato. En el última año han aparecido varios modelos, uno de ellos, Cube, para competir con otra categoría (las cámaras de acción) como GoPro, pero otro modelo, Snap, permite la impresión de la fotografía en papel mientras emula a las tradicionales de papel película.

ISABEL PERMUY
ISABEL PERMUY - Cámaras analógicas en Alan Photostudio

Todo parece regresar. Hubo un tiempo que Polaroid llegó a colocar hasta mil millones de estas cámaras en todo el mundo, cuyo modelo más famoso fue la SX-70. Se estima que actualmente más de 300 millones de ejemplares aún funcionan. En el año 2008, cuando se anunció el cierre de los míticos carretes, los amantes de este tipo de fotografía se sintieron huérfanos. Uno de los iconos del siglo XX, sus instantáneas con marco blanco han sido un fetiche de artistas y aficionados a la fotografía.

Resucitar a la fotografía analógica

En los últimos para devolverla a la vida han surgido iniciativas formadas por obstinados seguidores. Es el caso de Impossible Project, que reaccionó al adquirir la maquinaria que hace posible este tipo de películas. De la mano de Forian Kaps y André Bosman se firmó la esperanza. «Mucha gente, también joven que desconoce la fotografía analógica, ha comenzado a introducirse en este mundillo por lo digital, pero comienzan a investigar en filtros que provienen de la era analógica y quieren conocer un poco el origen y la esencia de la misma», explica a este diario Iván Moreno, uno de los responsables de firma en Barcelona.

Una de las claves que apunta es el deseo de perdurabilidad para las imágenes que se toman. «Se hacen millones de fotografías con el móvil, pero muy pocas acaban en formato papel. Dejarlas en formato físico permite colgarse o mostrarse. Viene un poco por la saturación de fotos que acumulamos y luego no vemos nunca. Cambia la mentalidad al tener que controlarse a la hora de disparar. Porque cada una de ellas es especial. A la gente le encanta tener fotos únicas», sostiene.

Alan Prodanov y Nina Prodano en su negocio familiar
Alan Prodanov y Nina Prodano en su negocio familiar - ISABEL PERMUY

Desafiando al tiempo, cada vez más personas se muestran interesadas en las célebres Polaroid. «No es moda, es necesidad. Los humanos no somos píxeles, somos analógicos», resuelve Nina Prodanova, del estudio madrileño Alan Photostudio, que cuenta con un espacio específico, My Vintage Shoot, dedicado a la fotografía tradicional, una pasión que ha movido cuatro generaciones en su familia. «La gente está buscando otras alternativas a las fotos del móvil. Hay quienes tiene una cámara desde hace años. Es gracioso, porque treintañeros a quienes les regalaron una Polaroid en su comunión nunca más la usaron. Y ahora quieren darle un nuevo uso».

Ver los comentarios