La lucha contra los delitos cibernéticos es uno de los grandes problemas a día de hoy
La lucha contra los delitos cibernéticos es uno de los grandes problemas a día de hoy - EFE
Ciberdelincuencia

¿Está preparada España para un ciberataque?

Expertos y autoridades aseguran que la ciberdelincuencia es, junto al terrorismo, «el gran peligro del siglo XXI» y lamentan que no se destinen más recursos a la lucha contra los peligros de la red: «Se invierte mucho en seguridad física, pero no en la cibernética. Qué es más fácil, atacar cruzando una valla o por internet?», dicen los expertos

Madrid Actualizado: Guardar
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«El siglo XXI tendrá dos grandes peligros: el terrorismo yihadista y los ciberataques». Con esa hipótesis tan concisa arrancó Antonio Gavilanes, el presidente del Club Diálogos para la Democracia, la Jornada sobre Ciberseguridad organizada en la mañana de este jueves en Madrid por la asociación, en colaboración con Telefónica, que dejó patente que todavía queda un mundo entero por descubrir en la lucha contra la ciberdelincuencia.

Con las consecuencias masivas del ciberataque reciente por el secuestro de detos llamado WannaCry en la retina, los expertos y autoridades asumen las consecuencias de los peligros que tienen los ataques cibernérticos, un mal cada vez más instaurado al que es muy difícil ponerle freno, pero reclaman más inversión y presupuesto para hacer frente a futuros ataques.

«El ataque del 12 de mayo de Wannacry fue muy grave y afectó a más de 180 países a niveles muy profundos», explicó el Secretario de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior, José Antonio Nieto, que habló también de la «importancia de que exista una cooperación entre Ministerios, administraciones y países de todo el mundo para luchar contra los ciberataques».

Los peligros del voto electrónico

El peligro de la delincuencia por internet es tan alto -sostuvo Nieto- que desde el Gobierno no pueden plantearse instaurar el voto electrónico en España, por los riesgos de que este se vea afectado por criminales online y las elecciones se vean adulteradas. «Hoy estamos más lejos del voto electrónico que hace diez años, porque es muy manipulable por las tecnologías», señaló, aludiendo a que, si se implantase, «se asumiría un riesgo innecesario» y que sería muy complicado «garantizar la seguridad y veracidad» de los resultados electorales.

El político también incidió en la dificultad de encontrar a los responsables de los ataques. «El lucro y el anonimato están detrás de la ciberdelincuencia. Es muy difícil perseguir a los infractores», aseguró, instantes antes de hablar del autodenominado Estado Islámico y de su incidencia en este tipo de delitos. «Daesh ha encontrado en la potencialidad de la red la manera de difundir sus mensajes de odio en países desconocidos».

Por otra parte, comentó que la lucha en España contra el ciberterrorismo «está siendo un éxito», a pesar de que desde que arrancó 2017 «han aumentado en un 22% las denuncias por estos delitos». También comunicó que en España estaba surgiendo un nuevo perfil de agente de policía, «encubierto», especializado en este tipo de delitos y que será «más importante en el futuro».

La cumbre también contó, como no podía ser de otro modo, con la participación de Telefónica, una de las compañías nacionales más afectadas por el virus ransomware WannaCry, que afectó a más de 300.000 equipos de 180 países. «Nadie está a salvo de sufrir un ciberataque», advirtió el Director de Administración, Defensa, Big Data y Seguridad de Telefónica, José Luis Gilpérez.

«WannaCry no fue el primer delito de delincuencia de este tipo al que nos tuvimos que enfrentar, ni será el último al que lo hagamos. En Telefónica nos intentan atacar continuamente, pero por eso cada vez estamos más preparados», aclaró, al tiempo que recordó la importancia que tiene la constante renovación y actualización de los sistemas informáticos. «La innovación es esencial para luchar contra la ciberdelincuencia».

Asunto de estado

La lucha contra los ciberdelincuentes, por tanto, es ya un problema de seguridad nacional. Así lo remarcó también Enrique Cubeiro, Jefe de Operaciones del Mando Conjunto de Ciberdefensa del Estado Mayor de la Defensa español, que lamentó la falta de recursos destinados a la lucha contra estos ataques. «En el ciberespacio, cualquier individuo tiene armas para poder hacer daño. Es frustrante ver cómo, aunque estos ataques son reconocidos como peligrosos, no pasamos de las palabras a los hechos para tratar de combatirlos», señaló el militar.

Según Cubeiro, tres de cada cuatro empresas han sido víctimas de un ciberataque en los últimos cinco años, y califica estos delitos de «cada vez más masivos y peligrosos». «El WannaCry es solo una pequeña muestra de lo que puede hacer la ciberdelincuencia en un mundo cada vez más global», reprendió. «No se está respondiendo cómo se debe. Es muy duro que tenga que pasar algo grave para que se tome conciencia de los peligros que tienen estos ataques», aseveró.

«Se invierte mucho en seguridad física, pero no en la cibernética. Y yo me pregunto, ¿qué es más fácil, atacar cruzando una valla o por internet?», refirió Cubeiro. «Hay que quitarse ese estereotipo de que la gente que ataca por la red es gente rarita, que está encerrada en un cuartucho. No podemos hacer nada si no se ponen las medidas para ello y no observamos a lo que está sucediendo en nuestra historia. Y si no prestamos atención a la historia, estamos perdidos», concluyó.

En la última década, lo cierto es que los ciberataques se han multiplicado y son cada vez más peligrosos. «Hace diez años, Estonia sufrió un ataque masivo que le dejó desconectada del mundo. El año pasado, el Banco de Bangladesh perdió 100 millones de dólares tras un ciberataque. Otros países como Georgia o Ucrania, donde un ataque dejó sin suministro a más de 600.000 hogares, también se han visto muy afectados y en España los casos cada vez son más comunes», explicó por su parte Marcos Gómez, subdirector del Instituto Nacional de Ciberseguridad en España.

El mensaje del congreso, al que asistieron cerca de 300 personas, fue muy claro. Se deben poner todos los recursos posibles en luchar contra la ciberdelincuencia, con una cooperación más que necesaria entre instituciones, organismos y países y concienciando a la población de la extrema vulnerabilidad a la que está expuesta. Porque, como subrayan los expertos, nadie queda libre de poder sufrir un ciberataque.

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