La ibicenca María Teresa Gregorio Roig ha llegado este jueves por la noche a Ibiza con su bebé Karla
La ibicenca María Teresa Gregorio Roig ha llegado este jueves por la noche a Ibiza con su bebé Karla - EFE

Un año sin poder salir de Moscú con su hija nacida de un vientre de alquiler

La española María Teresa Gregorio Roig llegó este jueves a Ibiza tras otorgarle el gobierno ruso un pasaporte a la niña

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La ibicenca María Teresa Gregorio Roig ha llegado esta noche a Ibiza con su bebé Karla después de un año sin poder salir de Moscú, ya que el Consulado de España en la capital rusa se negó a inscribir a su hija, nacida por gestación subrogada, un procedimiento no reconocido por las autoridades españolas.

María Teresa Gregorio, que ha aterrizado en la isla pitiusa pasadas las 21.00 horas de este jueves, ha explicado a su llegada que fue finalmente el gobierno ruso el que desbloqueó la situación al otorgarle un pasaporte a la niña.

«Gracias a Dios la administración rusa le dio la ciudadanía a la niña, con su correspondiente pasaporte y, de esa manera, nos han permitido salir», ha detallado Gregorio.

La ibicenca, que llegó a Moscú el pasado 29 de junio de 2015 y ha permanecido allí 359 días, ha asegurado que vivió «con miedo» cuando se le terminó el visado de tres meses para su estancia legal.

«No me lo han hecho pasar mal tampoco, todo hay que decirlo, pero como tienes miedo, no haces nada, no sales a la calle por si haces algo que no tenías que hacer y te coge la policía... Yo supongo que una persona ilegal en Ibiza debe hacer más o menos lo mismo, vivir con miedo», ha asegurado.

La ibicenca ha afirmado que se ha sentido «desprotegida» por el Gobierno español y, de hecho, aún está pendiente de que se pronuncie el Tribunal Superior de Justicia de Madrid ante el que recurrió la decisión del Consulado Español en Moscú de no reconocer su maternidad.

Gregorio, que ha acudido a donantes anónimos para tener a su hija Karla, quien por lo tanto no tiene su material genético, ha destacado que ella es su madre para el Gobierno ruso y que, ahora, empezará los trámites para intentar que también reconozca su maternidad el Gobierno español.

Sobre su estancia en Moscú ha explicado que «ha sido un poco difícil porque no hablas el idioma, el clima es muy diferente y estás realmente en un sitio donde no quieres estar».

Ha asegurado que ha llorado cuando ha pisado hoy suelo español tras el viaje de regreso, para el que ha contado con la ayuda de su madre. «Hacía muchísimo tiempo que deseábamos llegar aquí y hasta que no hemos pasado el control de pasaportes ruso, que todos los sellos estaban donde tenían que estar y todo, hasta ese momento, no estaba segura de que pudiéramos volver», ha relatado.

La ibicenca, que ha asegurado que todo lo que ha vivido «es para escribir un libro», ha reclamado ayuda para otra familia de Baleares que se encuentra en la misma situación, y que las próximas navidades cumplirá dos años sin poder salir de Rusia.

Y es que, según ha explicado, la concesión del pasaporte ruso para la niña ha sido una situación extraordinaria. «No lo suelen hacer; simplemente ya llevábamos un año, la niña no era de ningún sitio, no era apátrida, no era rusa y la situación ya era difícil», ha asegurado.

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