Segundo Píriz, presidente de los rectores: «Hay que acordar la nota que se exigirá para superar a la prueba de acceso»

La Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) que ha sido sustituida este curso por la evaluación final de Bachillerato se diseñaba de manera conjunta por Educación y las universidades. La principal diferencia de la reválida de Bachillerato respecto de la antigua PAU es que en la nueva prueba, el Ministerio es el que marca los estándares de aprendizaje evaluables, aunque deja a las comunidades la potestad de redactar las preguntas concretas.

En conversación con ABC, el presidente de los rectores españoles, Segundo Píriz, reconoce que la decisión tomada por Rajoy les parece «razonable» y valoran el que las nuevas características de la reválida «se supediten a la adopción de un pacto nacional por la Educación». Según Píriz, es bueno que se recupere el consenso, ya que «en la negociación de la Lomce faltó diálogo», afirma.

Y por eso valora positivamente el gesto de Rajoy.

Desde que los rectores se ofrecieron a negociar con el departamento que dirige Íñigo Méndez de Vigo una evaluación final de Bachillerato que se pareciese lo más posible a la PAU han tenido muchas reuniones. «Nuestro objetivo fue, desde el principio, mantener el distrito único, que desaparecía con la Lomce al permitir a cada universidad realizar sus propias pruebas de acceso. Eso hubiese obligado a los alumnos a moverse por toda España haciendo exámenes hasta ser aceptados. Era una locura y una merma de la igualdad de oportunidades por el coste que eso implicaría a los estudiantes y a sus familias», dice Píriz.

Con el acuerdo alcanzado entre rectores y Educación, el distrito único no se romperá. Pero aún quedan algunas cuestiones por cerrar en el acceso a la universidad, como es el tema de las notas. En la PAU Se consideraba que un estudiante había superado la prueba cuando hubiese obtenido una nota igual o mayor a 5 puntos como resultado de la media ponderada del 60% de la nota media de bachillerato y el 40% de la calificación del examen, siempre que en el examen de la PAU hubiese obtenido un mínimo de 4 puntos.

Los rectores quieren que eso se mantenga, al igual que la ponderación del tramo de 10 a 14 puntos previsto para los alumnos que de manera voluntaria y en un examen posterior quisiesen obtener una nota superior a 10 para poder optar así a carreras universitarias en las que la demanda de plazas superaba la oferta.

«El ministerio tenía la intención de que ese tramo fuese cubierto con un examen o una entrevista por cada universidad, pero le hemos propuesto que la puntuación de 10 a 14 puntos se mantenga como estaba en la PAU pero sin necesidad de que tengan que hacer un segundo examen para subir nota. Bastaría con que los alumnos, eligiesen dos de las asignaturas de las que tienen que examinarse para que en esas materias se puntuase sobre 14».