Sagradas formas bajas en gluten y comunión con vino consagrado: Cómo comulgan los celíacos católicos

La mecha de la polémica la ha encendido la carta remitida por el Papa Francisco a todos los obispos del mundo el pasado 15 de junio, en el que se recordaban los requisitos que rodean a la fabricación, consagración y distribución del pan y el vino utilizados el sacramento eucarístico: ¿Pueden comulgar los celíacos? ¿Se pueden utilizar formas consagradas de materias primas diferentes del trigo como el arroz o los cereales? Un debate que no es nuevo, y cuya materia lleva regulada por la Congregación para la Doctrina de la Fe (el antiguo Santo Oficio) desde, al menos, el año 1995 a través de la Carta circular «Questo Dicastero». También la C onferencia Episcopal Española ha mediado en el tema, a través de una nota del 20 de febrero de 2003.

Pero, ¿qué dice exactamente el Santo Pontífice a través de la Congregación para el Culto Divino? El documento establece que el pan de las formas consagradas debe «ser ázimo, de sólo trigo y hecho recientemente, para que no haya ningún peligro de que se corrompa». Lo que se justifica en lo establecido por Jesús en el Nuevo Testamento. De igual forma, considera como materia no válida el pan elaborado a partir de otras sustancias como los cereales o que tengan una presencia insignificante de trigo. En concreto, la carta de Francisco, afirma citando a textos anteriores que «las hostias sin nada de gluten son materia inválida para la Eucaristía». En cambio, sí serían «materia válida las hostias con la mínima cantidad de gluten necesaria, para obtener la panificación sin añadir sustancias extrañas ni recurrir a procedimientos que desnaturalicen el pan».

Alternativas

Como ha recordado la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (Face), las sagradas formas aptas para celíacos tendrían que tener «menos de 20 ppm (partes por millón)» de gluten para no poner en riesgo la salud de los celíacos menos intolerantes. Como afirma esta asociación en un comunicado colgado en su web oficial, en el análisis de las hostias sin gluten comercializadas en España estas no sobrepasan el límite mencionado.

A juicio de José Antonio Belmonte, párroco de Nuestra Señora de Moratalaz (Madrid) y consiliario de la delegación madrileña del Movimiento Scout Católico (mSc), se trata «de salvaguardar la materia del sacramento para que sea válida» y ha recordado que es «un debate antiguo dentro de la Iglesia, como cuando se planteaba si se podría consagrar el arroz o la cerveza en lugares como el antiguo Egipto». En una línea similar se expresan desde la Diócesis de Alcalá de Henares (Madrid) el responsable de la Parroquia de San Cipriano en Cobeña, Juan Antonio Martínez, quien ha admitido estar «sorprendido ante tanto revuelo» y califica de «absurdo» sostener que los celíacos no pueden comulgar.

Pero, ¿cómo se funciona a pie de obra? Por ejemplo, tanto en Nuestra Señora de Moratalaz y en Scouts de Madrid ha comentado Belmonte que «a los celíacos ya los conocemos y tenemos reservadas sagradas formas especiales» en el sagrario para cuando alguien lo solicite. «Se consagran por separado sin que tengan contacto con las demás hostias durante la Eucaristía, y son los celíacos quienes suelen comulgar primero». Por su parte, Martínez (Diócesis de Alcalá de Henares) también da opción a consagrar sagradas formas con poco contenido en gluten y, para los más intolerantes «comulgar bajo la especie del vino». Es decir, toman vino consagrado en un cáliz propio para evitar contaminaciones con las formas sagradas. «Un cáliz para celíacos está disponible en cualquier tienda de artículos religiosos y se puede adquirir a un precio de entre 15 y 20 euros», ha apuntado este sacerdote.

En el caso de la Diócesis de Santander (Cantabria), según han apuntado fuentes oficiales, «las grandes parroquias ya tienen formas consagradas especiales para celíacos» ante la llegada de turistas a las zonas de costa durante este verano, mientras que en el interior «se les da de comulgar así o con vino a través de un cáliz aparte» ya que suele haber una relación más próxima entre los sacerdotes y los fieles afectados.

«Made in Italy»

Preguntados sobre el origen de estas sagradas formas bajas en gluten, desde Cantabria, han explicado que se pueden adquirir en la librería diocesana de pastoral y que son fabricadas por una orden de monjas. De forma similar, en Nuestra Señora de Moratalaz las hostias que se bendicen en las eucaristías provienen del Centro Catequético Diocesano, un organismo dependiente de la Diócesis de Madrid. En la parroquia de Cobeña, Diócesis de Alcalá de Henares, «se las proporcionan las asociaciones de celíacos» cuyos proveedores son unas religiosas italianas.

También existe la opción de comprarlas en tiendas especializadas como Alsina, en Madrid, quien vende formas para celíacos a 8 euros el paquete de 50. Todas ellas importadas de una relevante panificadora italiana. Al respecto, la carta de Francisco sugería la posibilidad de que las conferencias episcopales pudieran encargar «a una o más congregaciones religiosas u otras entidades» la verificación de las condiciones de comercialización del vino y el pan eucarísticos.