La plataforma donde se ubica el almacén subterráneo del proyecto Castor
La plataforma donde se ubica el almacén subterráneo del proyecto Castor - ABC

El riesgo sísmico impide al Gobierno reabrir el almacén de gas Castor

El ministro encargará nuevos estudios para saber qué hacer en el futuro con esta instalación subterránea subterráneo

Madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Los movimientos sísmicos que provocaron la alarma entre los habitantes de la costa norte de la provincia de Castellón en octubre de 2013, fueron provocados por la inyección de gas en el depósito submarino Castor. Esta es la conclusión a la que ha llegado el equipo multidisciplinar del Instituto Tecnológico de Massachusetts y la Universidad de Harvard en el informe presentado ayer en el Ministerio de Energía.

Estos trabajos comenzaron en 2015, en cumplimiento de lo exigido en el Real Decreto-ley de 3 de octubre de 2014, por el que se adoptan medidas urgentes en relación con el sistema gasista y la titularidad de centrales nucleares. El mismo regula la renuncia a la concesión del almacenamiento subterráneo de gas Castor por parte de su promotor, la sociedad Escal UGS.

El peligro de que estos terremotos puedan volver a producirse si se reabre esta infraestructura marina localizada en las costas de Vinaroz, ha llevado al Gobierno a mantener su paralización, como así lo confirmó el ministro de Energía, Álvaro Nadal.

El Ejecutivo, antes de adoptar una decisión o desmantelar las instalaciones, encargará nuevos estudios. «Cuando se pueda desmantelar, se hará, pero hay que tener garantías», precisó el ministro, que confirmó la necesidad de contar con «estudios muy buenos de que eso no va a producir ningún problema. Esto es como si hinchamos un globo y toca unos cimientos. Cuando se desinfla también podría mover los cimientos. Eso hay que hacerlo con prudencia y seguridad».

Desmantelar

El informe presentado ayer arroja luz sobre lo qué sucedió entonces y aporta una serie de recomendaciones sobre lo que se debería hacer en el caso de reanudar las operaciones. El ministro destacó la alta fiabilidad del documento, que ha utilizado las técnicas de geólogos, sismólogos e ingenieros para abordar este problema de forma conjunta.

La primera conclusión es que «la inyección de gas desencadenó sismicidad en fallas del yacimiento y en segmentos próximos del sistema de la falla de Amposta». Estos terremotos «causaron sismicidad en el sistema de la falla de Amposta y posiblemente otras fallas del yacimiento, a raíz de cambios tensionales estáticos o dinámicos, teniendo lugar incluso mucho después del cese de la inyección». Esta secuencia «incluyó el mayor de los terremotos, el cual ocurrió en segmentos del sistema de la falla de Amposta, desestabilizados por la inyección».

La segunda conclusión que destacó el ministro de este documento es que la medida adoptada en su día por el Gobierno de paralizar la inyección de gas «fue la correcta», aunque recordó que se produjo un desfase de entre diez o quince días entre la inyección de gas y los terremotos».

Falla de Amposta

Otro de los datos importantes de este documento es que la falla que originó los movimientos sísmicos es diferente a la que los estudios anteriores habían localizado. Nadal subrayó que «la inicialmente prevista, no era la de Castor, sino la de Amposta. Los sismógrafos están situados en el Mediterráneo y detectan temblores, pero donde se ha producido el temblor es muy difícil de saber y nadie va a volver a inyectar gas para ver dónde es».

Este equipo multidisciplinar de expertos afirma que los estudios que se hicieron antes de poner en marcha el proyecto fueron correctos, pero que los riesgos de la zona eran imposibles de detectar. Los posteriores que realizaron el Instituto Geológico Minero y el Instituto Sismológico «están bien, pero tienen el inconveniente de que son parciales», subrayó Nadal.

A la vista de la opinión de los expertos, el Gobierno considera que lo mejor es «mantener las cosas como están, ya que existe un riesgo alto si se inyecta gas, pero también por sacarlo». Esto le lleva al ministro a afirmar que «los mejor es dejarlo como está y ver cómo se asienta y hacer posteriores estudios para ver qué se hace en el futuro».

Desestabilización

El informe advierte de que «dada la estructura de las fallas, y los antecedentes de desestabilización, existe la posibilidad de terremotos de magnitud significativamente mayor a los registrados». Además, indica que «es extremadamente complicado definir límites de operatividad segura y fiable en términos de presiones, tasas o volúmenes de inyección».

Nadal confirmó que esta instalación no puede volver a funcionar y «tenemos mucho tiempo por delante para ir tomando una decisión». Lo que sí tiene claro, tomando como base una de las recomendaciones de los expertos, es que hay que «subir las exigencias a futuro cuando alguien quiera hacer este tipo de instalaciones. Cualquier movimiento a futuro se tiene que hacer con un estudio integrado y con prudencia».

Los expertos recomiendan, en caso de que se determine reanudar las operaciones de almacenamiento, «desplegar una red de estaciones sísmicas en el fondo marino más cercano a la plataforma», así como incrementar paulatinamente «la inyección en varias fases, con un análisis específico de la sismicidad, presión de yacimiento y recalibración del modelo geomecánico». Finalmente, proponen la «puesta en funcionamiento de un protocolo de acciones en caso de que se registre sismicidad o de que ésta se incremente durante la inyección»

El polémico «Proyecto Castor» transformó un antiguo yacimiento de hidrocarburos situado en el Mar Mediaterráneo, a 22 kilómetros de la costa en la provincia de Castellón, en un emplazamiento para el almacenamiento subterráneo de gas natural. El 16 de mayo de 2008, el Gobierno concedió a Escal UGS una concesión de explotación para el almacenamiento subterráneo de gas natural Castor. El objetivo era contar con un almacenamiento subterráneo para hacer frente a las necesidades del sistema gasístico previstas en el momento.

Almacenamiento

La perforación de los pozos de inyección/extracción de gas se iniciaron en 2010. Pero el 5 de septiembre de 2013, estando en fase de pruebas y durante la inyección de gas colchón, comenzaron a producirse una serie de terremotos en el entorno de la plataforma. El 17 de septiembre se ordenó detener la inyección, pero los movimientos continuaron produciéndose hasta el 4 de octubre. Por ello, también se suspendió la operación de almacenamiento.

En julio de 2014, Escal UGS presentó la renuncia a la concesión de explotación y en octubre de ese mismo año el Gobierno encargó a Enagás la hibernación de las instalaciones. A día de hoy, esta infraestructura se encuentra en situación de seguridad tanto para las personas como para el medio ambiente. Los pozos están sellados y no existe gas ni en la plataforma ni en los gasoductos de conexión.

Ver los comentarios