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Reino Unido prohibirá en 2040 la venta de vehículos de petróleo

El Gobierno reacciona ante la reiterada exigencia de los tribunales de que ataje la contaminación

Corresponsal en Londres Actualizado: Guardar
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El aspecto verde, a veces bucólico, de Gran Bretaña no se corresponde con la realidad de lo que se respira. Según datos del propio Gobierno británico, la contaminación provoca 40.000 muertes prematuras anuales en el Reino Unido, 23.000 de ellas en Inglaterra y 10.000 en Londres. Pero el problema no radica solo en la capital: 37 ciudades exceden los límites comunitarios. El Parlamento y los tribunales han reiterado una y otra vez que la polución es «una emergencia pública nacional» que no está siendo atendida. Un Alto Tribunal demandó formalmente por dos veces al Gobierno que tomase medidas y ahora por fin lo hace. A finales de este mes se aprobará una estrategia que prohibirá en 2040 la venta de nuevos vehículos alimentados por petróleo, aunque no retirará los existentes.

El Reino Unido adopta así la misma medida que anunció en Francia el presidente Macron a comienzos de mes. Europa camina hacia el coche eléctrico. Esta semana, BMW ha anunciado que producirá en su planta de Oxford los nuevos Mini alimentados por electricidad.

La estrategia del Gobierno incluye un fondo por el equivalente a 3.360 millones de euros para mejorar la calidad del aire, de los que 285 irán a los ayuntamientos. También se fomentará una flota de autobuses más limpia y se reordenarán los semáforos, rotondas y jorobas ralentizadoras de las calzadas para que el tráfico discurra de manera más fluida. Pero el plan ha recibido críticas de los ecologistas, porque no establece nuevas tasas para los vehículos contaminantes que entran en zonas ya altamente congestionadas. Además demandan que se establezcan áreas libres de contaminación.

La normativa europea establece que no se deben superar más de 18 veces al año los 200 microgramos de NO2 por metro cúbico de aire. Pero a Lambeth, un barrio del Sur de Londres, le bastaron los cinco primeros días de este año para desbordar ese límite. No es la única calle aberrantemente sucia. La mayor arteria comercial de la ciudad, Oxford Street, rompió también ese techo a comienzos de año, al igual que el Strand, o Putney High Street, que en 2016 fue la vía más sucia de Londres, superando el techo de NO2 la friolera de 1.221 veces. Calles de tiendas tan elegantes como Marylebone High Street, Knightsbridge o Kings Road en Chelsea suponen también paseos muy nocivos para la salud. El alcalde anterior de Londres, Boris Johnson, se distinguió por su nula acción ante este problema e incluso desdeñó los datos científicos que certificaban la contaminación.

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