Polonia se presta a salvar una estatua de Juan Pablo II que Francia quiere derribar

La máxima instancia administrativa gala exige que se retire la cruz de un monumento erigido en 2006 en una localidad de Bretaña

La estatua de Juan Pablo II en la localidad de Ploermel ABC

AGENCIAS

La primera ministra polaca, Beata Szydlo , se ofreció hoy a salvar una estatua de su compatriota Juan Pablo II de la «censura» francesa y a acogerlo en suelo polaco si las autoridades galas deciden retirar una parte del monumento. En declaraciones a la agencia polaca PAP, Szydlo reaccionó a la decisión del Consejo de Estado francés , la máxima instancia administrativa en ese país, que ordenó la semana pasada retirar la cruz que corona la estatua de Juan Pablo II en la pequeña localidad de Ploërmel (oeste del país) porque ese símbolo viola el laicismo que establece la legislación francesa.

«El dictado de la corrección política -de la secularización estatal da un espacio a valores extraños a nuestra cultura y conduce al terror en la vida cotidiana de los europeos», advirtió Szydlo, al frente del Gobierno conservador y nacionalista de Ley y Justicia que dirige Polonia desde finales de 2015. La primera ministra comprometió así a salvar el monumento y a trasladarlo a suelo polaco «si las autoridades francesas y la comunidad local están de acuerdo».

Tras señalar que Juan Pablo II advirtió de que la democracia sin valores conduce al totalitarismo, afirmó que el Papa «gran polaco y gran europeo» es símbolo de la Europa unida y cristiana.

Al ordenar eliminar la cruz del grupo escultórico de Ploërmel, el Consejo de Estado francés avaló parcialmente la decisión de un tribunal administrativo al que habían acudido la Federación de Libre Pensamiento del departamento de Morbihan (de carácter masónico) y dos habitantes del municipio con la intención de que se retirara por completo la estatua.

La estatua está en la plaza de esa localidad de la región de Bretaña desde 2006 , cuando su instalación fue aprobada por el Ayuntamiento. La obra, que mide 7,5 metros, está coronada por un arco y una cruz. Para el tribunal, el arco no constituye un elemento que simbolice la religión, de acuerdo con la ley francesa, pero sí la cruz.

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