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El Papa Francisco porta el cirio pascual en la cereonia de la Vigilia - AFP

El Papa: «La esperanza es la auténtica fuerza de la vida, que no consiste en la ausencia de problemas»

Bautiza a doce adultos en la misa de la Vigilia Pascual durante el Sábado de Gloria

Corresponsal en El Vaticano Actualizado: Guardar
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El Papa Francisco inició en la noche del Sábado Santo la ceremonia más solemne de todo el año encendiendo el cirio pascual en el atrio de la basílica de San Pedro, donde le esperaban unos siete mil fieles, completamente a oscuras. Después, al entrar en el templo, los participantes en la Vigilia Pascual se fueron pasando unos a otros la llama para encender sus pequeñas velas hasta que, al final las luces de la basílica se encendieron, radiantes, como una imagen visible de la Resurrección.

En una homilía cuidadosamente preparada, el Papa reflexionaba sobre la fe de las mujeres, las primeras en darse cuenta de que Jesús había resucitado, y la falta de fe de Pedro que, al menos, «aunque no había creído a las mujeres, sin embargo se levantó» y se fue al sepulcro a ver qué había pasado.

Incluso en los momentos más duros es posible mantener la esperanza y el buen humor

Según Francisco, el momento en que se da cuenta de que Jesús ha resucitado, «fue el comienzo de la resurrección de Pedro, la resurrección de su corazón», y el nacimiento de su esperanza.

Para Francisco, esta esperanza «es la auténtica fuente de la vida, que no consiste en la ausencia de problemas sino en la seguridad de que Cristo, que ha vencido al pecado, siempre nos ama y nos perdona. Hoy es la fiesta de nuestra esperanza».

Por eso el Papa imploró «que el Señor nos libre de esta terrible trampa de ser cristianos sin esperanza, que viven como si el Señor no hubiese resucitado y como si nuestros problemas fueran el centro de la vida». Incluso en las condiciones más duras es posible mantener la esperanza y el buen humor, mientras que se amarga siempre la persona que piensa en sus problemas, incluso cuando son pequeños.

Un don de Dios

El Papa insiste siempre en darse a los demás, en ayudar a los necesitados porque ese es el camino para encontrar la esperanza cristiana, «que no es simple optimismo y ni siquiera una actitud psicológica», sino «un don que Dios nos da si salimos de nosotros mismos y nos abrimos a él».

Igual que las personas, la Iglesia necesita también olvidarse de sí misma para anunciar al Resucitado, «si no, seremos un organismo internacional con muchos seguidores y buenos reglamentos, pero incapaz de apagar la sed de esperanza que tiene el mundo».

En la ceremonia, el Papa bautizó a doce adultos de Italia, Albania, Camerún, Corea, India y China.

El Domingo de Resurrección celebrará la misa de la Pascua a las diez de la mañana y, justo al mediodía, impartirá la bendición «Urbi et Orbi», a «la Ciudad y al Mundo».

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